Ingenieros de Montes apuestan por la biomasa para generar energía y absorber emisiones

Con motivo del Día de la Eficiencia Energética, que se celebra este jueves, los ingenieros de montes recordaron que es posible ahorrar en el consumo de combustibles fósiles y crear empleo generando energía y calor con la misma materia prima que lo hicieron los primeros hombres capaces de controlar el fuego, es decir, con la madera de los bosques.

Para Carlos del Álamo, decano del Colegio de Ingenieros de Montes, el desarrollo tecnológico de la actualidad permite controlar en todo momento la generación de esa energía calorífica y obtener de ella un mayor rendimiento. «En esencia, sigue siendo la misma fuente de energía renovable con la que contaban entonces», señaló.

Del Álamo recordó que el hombre se ha esforzado por cuidar y preservar los bienes naturales que le aportaban algún beneficio. Sin embargo, en su opinión, el reto está en hacer conscientes a los Gobiernos de «la inmensa riqueza» que aporta el monte español «en todos los sentidos».

En concreto, aseguró que España es el tercer país en energía producida por biomasa forestal mientras que cada año aumenta el índice de masa forestal, pese a la ausencia de una gestión correcta de los bosques y los incendios forestales. «Tenemos un gran potencial», insistió.

Además, Del Álamo consideró que el sector de la biomasa es de los «pocos factores positivos que pueden garantizar beneficios» a la economía porque con la apuesta por la producción y el consumo de biomasa forestal, «un combustible inagotable con una correcta planificación», es posible generar empleo y beneficios económicos.

Asimismo, auguró que este sector puede generar mayor recaudación al Estado por IVA, Impuesto de Sociedades e IRPF y que el ahorro de divisas que supone evitar la importación de combustibles fósiles en la medida de lo posible, el ahorro en las prestaciones por desempleo y ahorro en la prevención de incendios forestales.

El decano manifestó que el Colegio profesional calculó que el aprovechamiento anual de 10 millones de toneladas puede suponer la creación de 10.000 empleos en los trabajos de recogida, tratamiento y distribución del combustible.

Por ello, el colectivo defendió a la biomasa como una energía «fundamental» en España por ser la que más empleo y riqueza genera en el medio rural, la que más residuos valoriza y la que más emisiones de CO2 evita, convirtiéndola en una energía capaz de aportar incontables beneficios para la sociedad y conservación del planeta.

«La tendencia es clara: en el año 2010 se generaron 2 millones de toneladas de biomasa; en 2010, 15 millones de toneladas; para el año 2020 hay una previsión de más de 46 millones de toneladas de biomasa generados», subrayó.

Finalmente, Del Álamo destacó que con una gestión sostenible se genera empleo, se contribuye a la mitigación del cambio climático, se facilita la energía y la diversificación económica, se reduce la cantidad de CO2 y otros gases contaminantes liberados a la atmósfera. «Es un campo de investigación tecnológica, el mayor centro que existe de ocio y recreo. ¿Se puede pedir más por tan poco?», concluyó.

Enel Green Power construye en la Toscana la primera geotérmica del mundo que utilizará biomasa

Según la compañía, invertirá más de 15 millones de euros en el proyecto que estará terminado en la primera mitad de 2015.

La instalación, integrada en el complejo geotérmico de «Cornia 2», utilizará la biomasa para calentar vapor para aumentar la eficiencia energética y multiplicar la potencia de salida del proceso.

A la planta actual, por tanto, se añadirá esta instalación, más pequeña, que utilizará la biomasa forestal de los bosques para aumentar la temperatura del vapor desde los 150º-160º hasta los 370º-380º.

Esto provocará el aumento de la potencia neta para la producción de electricidad tanto para una mayor entalpía del vapor como para el rendimiento del ciclo vinculado a una menor humedad en la fase de producción.

Esta planta aportará una potencia de 5 megavatios (MW) a la planta de «Coria 2», que actualmente cuenta con una potencia instalada de 13 MW y por lo que podrá incrementar su producción a cerca de 37 gigavatios (GW) anuales.

Enel consideró que la construcción es una «gran innovación tecnológica» que no tendrá «ningún impacto en el medio ambiente», por integrarse en un complejo industrial ya existente, reciclar los recursos y combinar dos fuentes de energía limpias que «abren nuevas perspectivas a nivel internacional».

Además de ahorrar 17.000 toneladas de CO2 al año, Enel aseguró que tendrá un «gran impacto» en el empleo, con la creación de entre 35 y 40 puestos de trabajo directos e indirectos.

Señaló también que otros de los beneficios resultarán del uso eficiente de productos agrarios e agroindustriales, el mantenimiento de los recursos forestales y la prevención de riesgos hidrográficos o el desarrollo sostenible de cultivos energéticos.

Abengoa construirá la mayor planta de biomasa del mundo para la compañía belga Bee en Gante

El 100% de la materia prima empleada será biomasa, en concreto astillas de madera o «chips» y residuos agrícolas, y el importe del proyecto superará los 315 millones de euros, según informó la compañía.

Abengoa será la responsable de acometer la ingeniería, el diseño y la construcción de la planta, y se prevé que el proyecto generará hasta 1.100 puestos de trabajo durante la fase de ejecución.

Mediante la tecnología de «Circulated Fluidized Bed« que utilizará la planta, la biomasa es transformada en vapor de alta presión, que posteriormente se hace pasar por una turbina de vapor para producir energía eléctrica.

Al no requerir combustibles fósiles de apoyo, la planta generará 215 MW de energía limpia, libre de emisiones de dióxido de carbono, que será empleada para el suministro eléctrico de la industria.

Además, gracias a un sistema denominado «district heating», se distribuirán alrededor de 100 MW de energía térmica para abastecer de calefacción a la industria y los hogares de la ciudad de Gante.

La plantilla de Ence ratifica un preacuerdo que pone fin a la producción de celulosa en Huelva

Según informaron desde el comité, el preacuerdo obtuvo el respaldo de 215 trabajadores de los participantes en la asamblea, 28 negativas y dos abstenciones.

Con la decisión de la plantilla, explicaron, el preacuerdo queda «automáticamente» formalizado, por lo que el cese de la actividad es ya un hecho y se comenzará a aplicar.

Al margen de los 60 trabajadores que finalmente se quedan en la empresa, y que desempeñarán su trabajo en la planta de biomasa ubicada en el mismo complejo que la de celulosa, el resto se podrán acoger a indemnizaciones por despido que alcanzan los 45 días por año trabajado.

La empresa vincula una bolsa de empleo a la posible futura creación de 193 nuevos puestos de trabajo industriales, logísticos y forestales, mediante la transformación de sus plantas de cogeneración en una planta de energía con biomasa.

Además, durante el período de construcción, estimado en 24 meses, hasta cien trabajadores podrían recolocarse temporalmente en los trabajos de construcción, mientras que el acuerdo alcanzado contempla, asimismo, la recolocación en la planta de 20 MW de la compañía en Mérida (Badajoz), una vez que finalice el periodo de operación de la empresa constructora el próximo mes de septiembre de 2016.

La empresa presentó ante la administración competente el cese de la actividad de su planta de celulosa, a la espera de iniciar el proceso para su nueva actividad y la recolocación de los trabajadores.

Junta respeta acuerdo pero dice que «no es una buena noticia»

Por su parte, el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, José Fiscal, mostró su respeto por el acuerdo alcanzado entre el comité de empresa y Ence sobre el cierre de su planta de celulosa pero se ratificó en que «no es una buena noticia» para la economía provincial.

En declaraciones a los periodistas cuestionado por este asunto, señaló que «si ha habido un acuerdo será porque le ha interesado a las dos partes».

Asimismo, destacó el hecho de que «al menos» se mantengan abierta las instalaciones de biomasa y que haya una intención a futuro de incrementar el volumen de biomasa tratada en ella, «menos es nada».

El delegado del Gobierno, que se ratificó en que esto «no es una buena noticia para la economía de la provincia», señaló que los propios miembros de comité han indicado que este preacuerdo es «lo menos malo» y «ellos mejor que nadie conocen la situación de la empresa».

También se refirió a este preacuerdo el coordinador provincial de IU en Huelva, Pedro Jiménez, quien manifestó que desde esta formación confiaban en «una solución al conflicto diferente, nos hubiese gustado un acuerdo que garantizara todo el empleo».

Jiménez señaló que hay que ser «prudentes» porque se trata de un preacuerdo sobre el que han de decidir los trabajadores, si bien expresó su confianza en la gestión del comité de empresa porque «nadie como ellos querían lo mejor para los trabajadores de celulosa».

Por su parte, el presidente del PP de Huelva, Manuel Andrés González, valoró el acuerdo ya que «la empresa mejora las condiciones de recolocación, amplía el número de empleos que se mantienen y el proyecto alternativo a la celulosa, lo que conlleva más puestos de trabajo que se quedan en Huelva».

«No es la mejor solución pero, sin duda, es una noticia que mejora las previsiones iniciales», indicó, subrayando que «desde el PP siempre dijimos que íbamos a estar del lado de los trabajadores en este asunto y lo hemos hecho; todo el PP, los alcaldes de Huelva y San Juan del Puerto, la Dirección Provincial y la ministra de Empleo han estado trabajando desde el primer minuto».

Sin embargo, el presidente del PP afirmó que «hemos echado de menos la lealtad y colaboración de otros partidos políticos y administraciones ya que, quizá, con su ayuda se hubiera logrado un mejor resultado».

Expobiomasa atraerá a 16.000 profesionales de cuarenta países

Son datos facilitados por el presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (AVEBIOM), Javier Díaz, quien confirmó la participación en la nueva edición del certamen de la bioenergía de más de 417 expositores procedentes de 25 países.

Éstos se distribuirán en 26.000 metros cuadrados de superficie, dentro del recinto de la Institución Ferial de Castilla y León de Valladolid, lo que convertirá a la ciudad en «el centro neurálgico de la biomasa en Europa y en el mundo, ya que esta feria se ubica en la quinta posición del ránking internacional», añadió.

En este sentido, se podrán ver expositores de África, Uruguay, Chile, Argentina, Estados Unidos o Canadá, además de diversos países europeos, que mostrarán los avances en esta energía especializada, que cobra especial relevancia en Valladolid «ya que cuenta con 75 megavatios de biomasa técnica instalados, en más de 600 centros».

«Es una de las provincias que, en este momento, más está apostando por la biomasa, y un ejemplo de ello es que, de las ocho visitas programadas durante la feria a instalaciones especializadas en esta energía, seis son en Valladolid», detalló Díaz durante la presentación del certamen «Expobiomasa».

Una presentación a la que también asistió el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, quien destacó esta feria por su gran impacto económico para la ciudad, que presume de «contar con una gran riqueza forestal», al estar «previstas más de 5.000 pernoctaciones».

La biomasa podría llegar al 60% del consumo energético renovable para el año 2030, según asegura la IRENA

El organismo, que lanzó REmap 2030, un plan de acción global para el modelo energético en el futuro, prevé un «rol primordial» para la biomasa, siempre y cuando sean introducidas las tecnologías «modernas y sostenibles» que propone al respecto en el documento, bautizado como «Global Bioenergy Supply and Demand Projections for the Year 2030«.

De cara a ese potencial escenario, la IRENA estimó que, del total de 108 exajulios, un 40% sería generado a partir de residuos procedentes del sector agrícola, de coste «mucho menor» al que exigen los cultivos energéticos. Además, habría un 30% adicional que provendría de productos forestales sostenibles.

En el informe, el organismo aseguró que, si se mantienen las políticas que ya aplican en la actualidad los países e instituciones, el peso que el conjunto de las energías renovables tiene en el mix mundial sólo pasaría del 18% al 21% de aquí a 2030.

En su opinión, de aplicarse tecnologías «ya disponibles» en la actualidad sobre eficiencia energética o el acceso a la energía, ese 18% podría duplicarse hasta un 36% e «incluso más». No obstante, esto último exigiría una reflexión «más allá de lo convencional», hitos tecnológicos, así como un «cambio social» liderado por los propios consumidores.

«Una biomasa basada en residuos y en una tecnología más eficiente podría convertir a la bioenergía sostenible en un actor decisivo en el mix energético global, reduciendo la contaminación del aire y contribuyendo a salvar vidas», destacó el director de Innovación y Tecnología de IRENA, Dolf Gielen.

Por el contrario, Amigos de la Tierra difundió el informe «Quemando Tierra«, en el que reclamó la introducción de «grandes restricciones» en la Unión Europea para el sector de la biomasa; una fuente energética que implica un «uso excesivo» de tierras cultivables y forestales.

La investigación, encargada a la Universidad de Viena, cifró en 45 millones las hectáreas de huella de suelo que exigió el uso de bioenergía en la Unión Europea durante 2010, una superficie equivalente al área de Suecia.

De mantenerse la tendencia actual, la organización espera que el consumo a nivel comunitario aumente un 58% hacia 2013, lo que implicaría el uso de una superficie de 70 millones de hectáreas, lo mismo que Suecia y Polonia juntas.

Según la ONG, la mayor demanda de suelo para la producción de bioenergía que generó la actual política de subsidios de las autoridades comunitarias está causando deforestación, pérdida de biodiversidad, acaparamiento de tierras, así como un aumento del precio de la comida que podría poner en riesgo la seguridad alimentaria global.

Amigos de la Tierra pide limitar el uso de la biomasa como energía mediante «grandes restricciones»

La investigación, encargada a la Universidad de Viena, cifró en 45 millones las hectáreas de huella de suelo que exigió el uso de bioenergía en la Unión Europea durante 2010, una superficie equivalente al área de Suecia.

De mantenerse la tendencia actual, la organización espera que el consumo aumente un 58% hacia 2013, lo que implicaría el uso de una superficie de 70 millones de hectáreas, lo mismo que Suecia y Polonia juntas.

Según la ONG, la mayor demanda de suelo para la producción de bioenergía que generó la actual política de subsidios de las autoridades comunitarias está causando deforestación, pérdida de biodiversidad, acaparamiento de tierras, así como un aumento del precio de la comida que podría poner en riesgo la seguridad alimentaria global.

Por ello, juzgó como «crucial» el marco europeo para clima y energía para 2030 y reclamó, en ese sentido, que sean añadidos mecanismos «sólidos» que devuelvan el uso de biomasa como fuente de energía a niveles «más sostenibles».

Además, la normativa europea debería poner en marcha un sistema «exhaustivo y obligatorio» de recuento de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que incluya una referencia a la contaminación generada por el cambio de uso del suelo o la sustitución de productos para así asegurar un «ahorro real».

De este modo, Amigos de la Tierra propone una bioenergía que abandone los materiales cultivados expresamente para uso energético, también conocidos como materiales primarios, y que esté producida exclusivamente a partir de residuos forestales y agrarios gestionados de forma sostenible, sin superar en ningún caso su capacidad de regeneración ni generar impactos nuevos.

«Si queremos usar la biomasa como fuente de energía renovable, tenemos que entender que tiene un alcance limitado y sólo puede considerarse sostenible dentro de unos límites razonables y sin ejercer presión sobre los usos del suelo o los bosques«, recalcó el responsable de Clima y Energía de Amigos de la Tierra, Alejandro González.

En su opinión, debe ponerse el énfasis sobre políticas de eficiencia que minimicen las necesidades energéticas como, entre otros, una rehabilitación de viviendas con la que podrían conseguirse ahorros «muy significativos» en este sentido.

Ence participa en un estudio sobre el potencial y disponibilidad de biomasa en la Unión Europea para producir biocombustibles de 2ª generación

El proyecto CASCATBEL, cofundado en 2013 por la Comisión Europea y diecisiete entidades empresariales y universitarias, procedentes de diez países europeos, permitirá desarrollar biocombustibles renovables con propiedades muy similares a los derivados directos del petróleo.

El trabajo de investigación de Ence ha facilitado un detallado mapa de las posibilidades de Europa para la aportación de biomasa, que según la compañía es una de las materias primas energéticas con mayor potencial de desarrollo en los próximos años gracias a su aprovechamiento para la sustitución del petróleo por combustibles renovables y autóctonos.

«Este avance hará posible una mayor implantación comercial de los biocombustibles basados en biomasa lignocelulósica, que no compite con la producción de alimentos, no necesita de nuevas infraestructuras y se adapta a motores existentes en la actualidad», según indicó Ence.

Finalmente, Ence señaló que «está impulsando su desarrollo internacional en el campo de la generación eléctrica con biomasa, objetivo que le permitirá poner en valor en los próximos años su potencial tecnológico en cultivos energéticos y generación con biomasa, tecnologías en la que la compañía está a primer nivel mundial».

APPA Biomasa pide a Industria mejoras en el real decreto para su retribución con el fin de garantizar el futuro del sector en España

En concreto, las alegaciones consideraron necesario el reconocimiento de unos costes de combustibles «reales o al menos los oficiales reconocidos por el IDAE y el Ministerio de Industria», así como la modificación de las limitaciones máximas y mínimas de horas de producción, indicó la directora de APPA Biomasa, Margarita de Gregorio.

La asociación consideró que los límites de horas incluidos en el borrador de decreto suponen un «sinsentido» y resultan «prácticamente imposibles de alcanzar en una instalación eficiente y bien gestionada».

Además, señaló que las alegaciones también tienen como objeto «corregir el desamparo que se produce en el mercado horario al eliminar su límite inferior», pues se inhabilita la venta de energía a partir de un combustible consumible como es el caso de la biomasa.

APPA Biomasa destacó que las normas aprobadas por el Gobierno 2012 han «castigado» a la biomasa. Entre otras, citó la moratoria a las renovables, la tasa del 7% a la producción de energía eléctrica y la «expulsión» del mercado al eliminar el valor de la prima de referencia y actualización de las retribuciones al IPC subyacente, «a pesar de que todo el modelo de negocio de la biomasa está vinculado al IPC común».

De Gregorio realizó estas consideraciones en una jornada organizada en Genera por la «Unión por la Biomasa«, en la que se ofreció una visión sobre la situación actual y las perspectivas de futuro a corto y medio plazo del sector.

Durante la jornada, el presidente de la Asociación de Empresas para el Desimpacto Ambiental de los Purines (ADAP), Josep Capdevilla, informó de la «inviabilidad» a la que se enfrentan las 30 instalaciones de valorización de purines existentes en España.

Ence pone en marcha una planta de biomasa de 20 MW en Mérida que obtendrá 160 millones de kWh al año

Según informó la compañía, la central, que supuso una inversión de 80,9 millones de euros, creará hasta 24 empleos para su operación y mantenimiento y unos 400 puestos de trabajo. Hasta 24 de estos empleos serán de personal que se encargará de la operación y el mantenimiento de la instalación.

El resto son empleos indirectos e inducidos, fundamentalmente en las zonas de campo donde se recogerán las cerca de 150.000 toneladas de biomasa que se emplearán cada año en la planta para producir energía eléctrica.

Además, la planta, puesta en marcha una vez recibido el Acta de Puesta en Servicio Definitiva por parte la Consejería de Agricultura, Desarrollo rural, Medio Ambiente y Energía de la Junta de Extremadura, incrementará en casi un 9% la potencia instalada de biomasa de Ence, que pasa de 230 a 250 MW.

La planta subirá de forma gradual la energía exportada hasta alcanzar su máxima potencia en las próximas semanas. Una vez vierta al sistema eléctrico los 20 MW que puede producir, la nueva central de Ence evitará la importación de combustibles fósiles para generación eléctrica en España por valor de 12,5 millones de euros al año.

La central fue construida de acuerdo con las Mejores Técnicas Disponibles recomendadas por la Unión Europea para el transporte, almacenamiento y producción de energía con biomasa. Destacaron entre otras tecnologías, la apuesta por un ciclo con recalentamiento y la incorporación de un eficaz filtro de mangas para la captación de gases de combustión a la salida de la caldera, que permitirán a Ence cumplir con su objetivo de minimizar el impacto ambiental de sus operaciones.

Ence cuenta actualmente con 280 MW de potencia instalada, de los que 230 MW son de energía renovable a partir de biomasa. Su producción anual de energía eléctrica se eleva a más de 1.600 millones de kWh.