El sistema eléctrico afronta vencimientos de deuda por 4.500 millones de euros en 2015

La secuencia de vencimientos del FADE incluía un primer escollo en 2014 de más de 2.500 millones que quedó resuelto sin problemas en febrero, gracias a las ventanas de oportunidad en el mercado que rebajaron a menos del 3% la refinanciación de una deuda que, en el momento de su emisión, en plena crisis del bono soberano, alcanzó un coste cercano al 8% anual. Tras el escollo de 2014, entre 2015 y 2018 se producirán los vencimientos de mayor envergadura, si bien por primera vez comenzará a amortizarse una parte de la deuda eléctrica. Si a 2015 le corresponden 4.500 millones, para 2016 el FADE afrontará vencimientos por 3.750 millones, frente a 3.400 en 2017 y casi 4.000 en 2018.

Estas cifras aparecen recogidas en el folleto anual del FADE remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el que se describe la actividad de un fondo que empezó a colocar deuda eléctrica en 2011 y que, al margen de los vencimientos, titulizó los déficit tarifario hasta 2012. El de 2013 será titulizado directamente por las eléctricas, mientras que los de 2014 en adelante deberán ser financiados por los agentes del sector.

En el folleto, el FADE cita la refinanciación del déficit de tarifa entre los riesgos para su actividad. «A partir de ahora, las nuevas emisiones del fondo solo se destinarán a refinanciaciones de la series de bonos emitidas con anterioridad» y los riesgos se materializarían sólo en caso de que «no pueda producirse la refinanciación por las circunstancias concretas del mercado«, afirma. Fuentes del sector reconocen la existencia de estos riesgos, pero auguran no sólo que no haya problemas en la refinanciación, sino que se obtengan tipos aún más bajos.

3.000 millones por los consumidores

El principal y el interés de los bonos del FADE lo sufragan los consumidores a través del recibo de la luz, si bien estos títulos cuentan con el aval del Estado. Según el borrador de orden de peajes eléctricos de enero, la amortización del déficit de tarifa implicará un coste de 2.969 millones en 2015 para el conjunto de los consumidores. A cierre del año pasado, la deuda eléctrica era de 25.456 millones, después de que desde 2003 se dedicará un total de 13.169 millones de euros a restituirla. A estas cifras se suma el déficit tarifario de 2013, que se sitúa en 3.540 millones.

De los 25.456 millones de la deuda identificados por el regulador, el 88,51% ha sido titulizada por el FADE y debe devolverse a los mercados. Las emisiones del FADE de 2011 y 2012, años de mayor actividad, tuvieron un tipo de interés medio del 5,56%. Mientras, el 11,49% de la deuda restante está cedida a terceros a un tipo de interés menor, de Euribor a tres meses más un diferencial del 65 puntos básicos. El déficit de tarifa que se colocó por esta vía fue el de 2005 y el de la segunda subasta del déficit ex ante, un mecanismo que se ensayó y luego se descartó en la etapa del ministro Joan Clos. De toda la deuda, las compañías eléctricas financiarán el desajuste de 2013, para lo que el Gobierno establece mediante real decreto las condiciones para esta operación.

Galicia pide al Gobierno colaboración para que Alcoa pague unos precios «competitivos» por la energía

Así se pronunció al ser preguntado sobre el anuncio de la multinacional de aplicar un despido colectivo en sus plantas de Avilés (Asturias) y La Coruña tras no haber obtenido precios competitivos en la subasta eléctrica de los servicios de interrumpibilidad celebrada hace dos semanas. «Todos tenemos que cumplir nuestras obligaciones. Alcoa tiene que cumplir sus obligaciones, presentándose a la nueva subasta, y el Gobierno tiene que darse cuenta de que las compañías que consumen mucha energía necesitan unos precios competitivos para poder quedarse en España y seguir creando puestos de trabajo y mantener su actividad», subrayó el dirigente gallego.

En cualquier caso, Feijóo recordó que tanto el Gobierno como la dirección de la empresa han de cumplir con sus obligaciones, lo que supone que también Alcoa deberá presentarse a la próxima subasta, que se celebrará antes de que acabe el año según Feijóo. «Espero y deseo que en esa subasta se encuentren, dentro de las leyes y de la publicidad y concurrencia, unos precios competitivos para que Avilés y La Coruña mantengan sus instalaciones y sus puestos de trabajo. Estamos trabajando en eso», insistió.

De hecho, tanto Asturias como Galicia y el Gobierno central comparten la «voluntad» de que Alcoa mantenga su actividad en España, por lo que las tres administraciones trabaja con la empresas para «cuadrarlo todo». «Hemos hablado con el ministro de Industria, José Manuel Soria, y estamos teniendo una relación fluida. También con el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández. Saldrá a subasta el precio de los megavatios de interrumpibilidad para las industrias que consumen mucha energía, y es un encaje complejo y difícil», explicó.

El Gobierno aumenta los derechos de emisión de CO2 a los titulares de seis instalaciones industriales

La asignación gratuita de derechos de emisión para las instalaciones sujetas al régimen de comercio de derechos de emisión viene regida por reglas comunes de ámbito comunitario, en las que se valora el concepto de fugas de carbono. Se entiende que una actividad tiene un riesgo significativo de fuga de carbono cuando los costes incrementales que afectan a esa actividad por su inclusión en el régimen europeo de comercio de derechos de emisión pueden provocar la deslocalización a terceros países donde la emisión por unidad de producto puede ser mayor.

Para evitar las citadas fugas, la normativa establece que las instalaciones que realicen actividades en riesgo tengan un nivel de asignación gratuita mayor. A su vez, para determinar qué sectores están en riesgo de fugas de carbono una Directiva comunitaria de 2003 estableció criterios cuantitativos y cualitativos, en base a los cuales se adoptó un listado de actividades afectadas, un listado que es objeto de revisión periódica y en el que cada cambio debe compensarse.

La tarifa del gas tendrá un déficit de 87 millones de euros en 2014, pero llegará al superávit en 2015, según datos de la CNMC

En concreto, el organismo pronosticó que en 2014 los costes del sistema serán de 3.062 millones de euros, o de 3.003 millones de euros una vez publicada la orden ministerial de desarrollo de la Ley 18/2014, donde se recogen algunas de las líneas maestras de la reforma del gas.

Frente a estos costes, el sistema recibirá unos ingresos de 2.916 millones de euros, 131 menos de lo previsto, debido al descenso de la demanda. La CNMC se limitó a aportar la cifra de costes e ingresos, sin ofrecer la diferencia entre unos y otros, que asciende a 87 millones de euros.

Estas cifras aparecen recogidas en el informe de previsiones de costes e ingresos del sistema gasista elaborado por el regulador a petición del Ministerio de Industria, que presentó a su vez un borrador de revisión de peajes de gas para 2015 en el que no se contemplan subidas de la parte regulada del recibo y en el que no se tuvieron en cuenta los pronósticos de la CNMC.

Para 2015, el regulador prevé que los ingresos serán de 2.987 millones de euros, mientras que los costes caerán un 15% con respecto a 2014 y se situarán en 2.873 millones de euros. El resultado sería un superávit de 114 millones de euros.

Por otro lado, el regulador estimó que la demanda de gas natural en 2014 se reducirá un 7,5% respecto de la registrada en 2013, si bien aumentará un 1,2% en 2015 con respecto a 2014.

La CNMC prevé cerrar 2014 con un superávit de la tarifa eléctrica de 52,4 millones de euros, pero ve posibles «incertidumbres» en el resultado final

Estas cifras aparecen en el informe sobre el escenario de ingresos y costes del sistema eléctrico para 2014 y 2015 elaborado por la CNMC a petición del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

El departamento dirigido por José Manuel Soria ya elaboró, en paralelo y sin contar con las previsiones del regulador, un borrador de orden de revisión de peajes en el que pronosticó un leve superávit de tarifa de 11 millones de euros en 2014 y otro de 33,7 millones de euros en 2015.

Pese a que aporta una cifra final para 2014 más optimista que la de Industria, la CNMC advirtió de «elementos de incertidumbre», entre ellos el «incierto» panorama de reliquidaciones por las primas a las renovables pagadas de más a los productores entre el segundo semestre de 2013 y parte de 2014, y que deben incidir positivamente como ingresos del sistema en 2014 y 2015 aportando 1.868 millones de euros.

La CNMC también advirtió de que no hay información suficiente acerca del impacto del proyecto de real decreto sobre los sobrecostes extrapeninsulares y de que la liquidación definitiva del decreto del carbón puede suponer un coste adicional de entre 170 y 230 millones para 2015.

También indicó que si no llegan ingresos procedentes del canon hidráulico cobrado a los productores de electricidad por usar aguas continentales, que se estiman en 318 millones de euros, «se podría producir un desajuste negativo en 2014» y aparecer por tanto déficit de tarifa.

El sistema eléctrico está también pendiente de las sentencias de la Audiencia Nacional sobre la minoración en 2006 y 2007 a las eléctricas del importe correspondiente a los derechos de emisión de CO2 recibidos de forma gratuita.

En cuanto a la demanda de electricidad, el regulador advirtió de que ha optado por un «escenario conservador» y prevé acabar 2014 con una caída del 0,9% con respecto a 2013, pero que en 2015 se produzca un incremento del 0,6%.

Según los últimos datos de REE, la demanda bruta cayó el 1,1% en los nueve primeros meses del año.

Escenario de 2015

Sin ofrecer de forma expresa una cifra de déficit o superávit para 2015, la CNMC sí pronosticó que los ingresos por facturación serán de 13.508 millones de euros el próximo año, un 1,4% menos por la menor potencia contratada, parcialmente compensado por el aumento de demanda de los consumidores conectados en media y alta tensión.

Habrá otros 3.382 millones de euros de ingresos exteriores procedentes de los impuestos eléctricos, que aportarán 3.036 millones de euros, y de las subastas de derechos de emisión de CO2, por valor de 345 millones de euros.

En el lado contrario, en el de los costes, la CNMC estimó que se situarán en 15.884 millones de euros, lo que supone un descenso del 8,4% con respecto a los 17.331 millones de euros previstos para 2014, debido a las reliquidaciones para las renovables y la eliminación del mecanismo de garantía de suministro.

En cuanto al precio de la electricidad en los mercados, que incide directamente sobre la parte del recibo de la luz en la que se recoge el coste de la energía, los mercados a futuro contemplan en la actualidad encarecimientos del 12% en 2015 con respecto a 2014.

En concreto, el informe de la CNMC pronosticó un precio medio de 42,68 euros por megavatio hora (MWh) de la electricidad en 2014, mientras que los mercados a plazo fijaron en la actualidad un precio de 47,93 euros para 2015.

En el ámbito de los ingresos por peajes del sistema eléctrico, la CNMC prevé que el sistema eléctrico deje de ingresar 768 millones de euros en 2014 por bajadas de potencia contratada solicitadas por los consumidores, sobre todo los que tienen menos de 15 KW, fenómeno que continuará en 2015, ejercicio para el que prevé un descenso de ingresos de 195,5 millones de euros.

Los usuarios con bono social se reducirán el 2,4% en 2015

El número de consumidores acogidos al bono social de la electricidad al cierre de 2015 ascenderá a 2.457.864, lo que supone un descenso del 2,41% respecto a este año, según las estimaciones de la CNMC.

La reducción se suma a la prevista para 2014, cuando los clientes del bono social, que se benefician de descuentos en el recibo de la luz al cumplir determinados criterios, descenderán el 1%, hasta 2.493.006 clientes, frente al año pasado.

Del total de este tipo de consumidores, 1,88 millones disfrutan de descuentos al tener una potencia contratada en primera vivienda inferior a 3 Kw, unos 57.288 por ser desempleados, 189.453 por ser familias numerosas, 297.494 son pensionistas y 27.026 provienen de la tarifa social.

El descuento en 2013 fue del 32,5% respecto a la tarifa regulada (PVPC), entre enero y junio de este año fue del 29,8% y su estimación para el resto de 2014 es que sea del 31,4%.

Los consumidores con bono social crecieron entre julio de 2009 y marzo de 2010, momento en el que alcanzaron su máximo y tocaron el mínimo en abril de este año.

Esta disminución se explica por la reducción en un 25% del número de clientes con potencia contratada en primera vivienda menor de 3 Kw (grupo de consumidores al que se aplica el bono automáticamente), caída compensada parcialmente por el aumento de un 20,5% de otros colectivos, principalmente parados y familias numerosas.

El organismo explicó que los datos de cierre de 2014 y 2015 son estimaciones hechas a partir de diferentes parámetros, ya que sólo cuenta con información real facilitada por las eléctricas hasta junio de este año.

La factura media anual de la luz sube 383 euros desde el año 2004, un 72,3%, según datos de Facua

Facua calificó como «brutal» la subida de las tarifas y consideró que «pone de manifiesto que la liberalización desarrollada por los gobiernos del PP y el PSOE sólo han beneficiado al oligopolio eléctrico, «un lobby que viene dictando las políticas energéticas en España», y que hoy lidera el ránking de denuncias de los consumidores por fraude, junto a las compañías de telecomunicaciones y la banca, recordó la asociación.

Según este análisis, el usuario medio, que paga hoy 382,80 euros más que en 2004 por la luz, tiene una potencia contratada de 4,4 kW y consume 366 kilovatios hora (kWh) mensuales.

Con la tarifa media de noviembre de 2014, el usuario paga 76,01 euros mensuales (59,76 más el 27,19% que representan el IVA y el impuesto sobre la electricidad), lo que supone un 72,3% más de lo que abonaba en 2004, cuando la cifra era de 44,11 euros (35,65 más el 21,93% que representaban entonces los impuestos indirectos).

El estudio, realizado sobre más de 50.000 facturas de viviendas ocupadas, revela que, con las tarifas vigentes en enero de cada año, la factura mensual fue de 44,11 euros en 2004; 44,88 euros en 2005; 46,89 euros en 2006; 48,59 euros en 2007; 50,20 euros en 2008; 57,29 euros en 2009; 61,78 euros en 2010; 72,97 euros en 2011; 88,66 euros en 2012 y 80,47 euros en 2013.

En enero de 2014 la factura bajó a 67,62 euros mensuales, después de que el Gobierno sustituyese la subasta que fijaba las tarifas por otro sistema, pero en los últimos meses ha vuelto a aumentar hasta situarse en 76,01 euros en noviembre.

Desde 2004 además el precio del kW de potencia contratada aumentó un 154,5%, y pasó de 1,75 euros (1,44 euros más los impuestos indirectos) a 4,46 euros (3,50 euros más dichos impuestos).

En cuanto al precio de la energía consumida, subió un 54,9%. Hace diez años el kWh estaba en 9,95 céntimos (8,16 céntimos más impuestos indirectos) y el pasado noviembre se situó en una media de 15,41 céntimos (12,12 céntimos más impuestos indirectos).

La asociación, que reclamó al Gobierno que regule una tarifa eléctrica basada en el coste real de la producción energética en el mercado mayorista, ha convocado a los usuarios a un apagón de una hora el próximo día 17 a las 19.00 horas, o 18.00 horas en Canarias. Para ello, ha creado la etiqueta #Apagón17D en las redes sociales.

CC.OO. replica al ministro Soria que si no se modifica la subasta de incentivos eléctricos se puede producir «un desastre industrial»

El sindicato consideró que el sistema de subastas «que ha ideado Red Eléctrica de España (REE) y que simula una lonja de frutas o de pescado ha demostrado su ineficiencia».

Pese a que el Gobierno la consideró «un gran éxito», su desarrollo «pone en riesgo a los grandes consumidores de energía, al recortar los ingresos de algunas plantas a la mitad y dejar fuera a más de una veintena de instalaciones», afirmó.

Ante esta situación, consideró que, si no se «pone remedio» al problema actual, «los cierres y la deslocalización están servidos». CCOO recordó que la subasta permitió contratar los 2.000 megavatios (MW) necesarios para este servicio por 352 millones de euros, es decir, casi 200 millones de euros menos de lo planificado.

El sistema de subastas ideado por REE fijó el precio de salida para el producto de 5 MW en 260.000 euros y el de 90 MW en 350.000 euros, lo que supuso recortes en la prestación de entre un 30% y un 50% para algunas plantas.

«Dejó fuera a 26 instalaciones, entre ellas las plantas de la gran industria del aluminio de Alcoa en Coruña y Avilés», señaló CCOO, antes de considerar que el sobrecoste asociado a la puja puede oscilar entre 15,5 y 17,8 euros por megavatio hora (MWh) de incremento en el coste, según un estudio de la consultora KPMG.

A su juicio, todo esto supone «la pérdida de competitividad de importantísimas empresas, el riesgo de cierre y la deslocalización, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, la desindustrialización del Estado español y el incumplimiento del compromiso europeo de alcanzar el 20% del PIB con la aportación de la industria».

Por este motivo, el sindicato reclamó la modificación del sistema para garantizar la competitividad de las instalaciones y empresas afectadas y que la «subasta de repesca» que se celebre debería dar entrada a las 26 plantas que se quedaron fuera y distribuir los 200 millones pendientes de asignación, «lo que evitaría situaciones traumáticas en el funcionamiento de las plantas».

Este reparto debería producirse «máxime cuando 19 bloques fueron adquiridos por entidades no industriales, lo que abre la puerta a la especulación, como ha sucedido con los derechos de emisión de CO2″.

«CCOO movilizará todos los recursos necesarios para defender la industria y el empleo frente a un Gobierno al que solo le importan los ajustes, los recortes y la reducción del déficit», concluyó.

Alcoa paralizará el despido si logra una tarifa eléctrica competitiva

Por su parte, la dirección de Alcoa se comprometió ante los comités de empresa de sus fábricas de Avilés y La Coruña a parar el proceso de despido colectivo si logra una tarifa eléctrica en una próxima subasta del mercado, según informaron fuentes sindicales.

Los sindicatos sostienen que el compromiso de Alcoa es que, si se materializa una solución para producir aluminio «de forma viable» en la segunda subasta eléctrica que se llevará a cabo este mes, se paralizará el despido colectivo «y se seguirá trabajando en España».

Tras varias horas de reunión en Madrid, el comité de empresa de Avilés transmitió la idea de que Alcoa tiene el objetivo de que sigan operando sus tres plantas españolas.

Alcoa anunció el pasado lunes su intención de iniciar un periodo formal de consultas con los comités de empresa de sus fábricas de Avilés y de La Coruña para un procedimiento de despido colectivo, tras el resultado de la subasta de servicios de interrumpibilidad para grandes consumidores industriales organizada por el operador del sistema eléctrico español.

La empresa no pudo conseguir en esta subasta suficientes servicios de interrumpibilidad para sus fábricas, y ahora lo va a intentar de nuevo, de modo que los sindicatos creen que «ahora la pelota está en el tejado del Ministerio de Industria».

La falta de servicios de interrumpibilidad, junto a una tecnología menos eficiente y una menor capacidad productiva, hacen que las fábricas de Avilés y La Coruña no puedan producir a un precio competitivo, según la multinacional del aluminio.

El periodo de consultas con los representantes de los trabajadores para el proceso de despido continúa mientras tanto, tiene una duración máxima de 30 días y empezará el próximo martes día nueve.

Ambas partes quedaron emplazadas para una nueva reunión en Madrid el próximo martes y en el caso de Avilés los trabajadores celebrarán este viernes una asamblea para decidir una respuesta, más allá de la manifestación de convocada para el próximo jueves.

El PSOE pide explicaciones a Soria por el cierre de Alcoa

Finalmente, el Grupo Socialista del Senado solicitó la comparecencia de Soria, para que informe sobre el cierre de las plantas de Alcoa en Avilés y La Coruña.

El portavoz socialista en la Comisión de Industria, Energía y Turismo, Jesús Alique, pidió al Gobierno un esfuerzo para que «tercie» y «trate de frenar» los planes de la multinacional del aluminio y le reclamó voluntad política para corregir «el error» en la próxima subasta que tendrá lugar en los próximos días.

En esta misma línea se pronunció el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, que reclamó también la intervención del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

La finalidad de esta comparecencia, señaló el PSOE, es conocer la valoración que hace el Ejecutivo sobre la decisión de Alcoa, tal como ya notificó a los representantes de los trabajadores en el inicio de un procedimiento de despido colectivo en el que están en juego 800 puestos de trabajo.

El servicio de interrumpibilidad consiste en el abono de ciertos pagos a grandes empresas por permitir que se les corte el suministro eléctrico en caso de que lo requiera el sistema y, en el marco de la reforma eléctrica y con el objetivo de que los pagos se asignaran de forma competitiva, el Gobierno introdujo el sistema de subastas.

Alemania presenta un plan para reducir las emisiones de CO2 con el cierre de ocho plantas de carbón

El paquete de medidas es esencial para que la canciller, Angela Merkel, cumpla las metas impuestas por su propio Gobierno de reducir las emisiones para 2020 en un 40% respecto a los niveles que se registraron en la década de los 1990.

Por ello, el Gobierno pidió al sector de la energía y del transporte que aumenten sus esfuerzos para que el país pueda cumplir el objetivo, más ambicioso que el fijado por la Unión Europea que plantea una reducción también en un 40% pero con un margen de maniobra de diez años más, para 2030.

Merkel hizo del cambio hacia las energías renovables una prioridad nacional que se agilizó después del desastre nuclear en la central japonesa de Fukushima en 2011, aunque estos cambios fueron encauzados por su predecesor socialdemócrata Gerhard Schroeder en el año 2000.

Tras la reunificación del país en 1990, la industria alemana se modernizó y, como consecuencia, se produjo una fuerte reducción en la emisión de CO2. Ahora, los niveles volvieron a aumentar.

La medida más controvertida dentro del paquete acordado afecta directamente a los operadores de las plantas de carbón, que tienen que reducir las emisiones en al menos 22 millones de toneladas, lo que equivale al cierre de cerca de ocho plantas.

El grupo BDI dijo que los planes de Merkel harán daño a la economía orientada a la exportación y el empleo, mientras que los ecologistas creen que no se ha ido lo suficientemente lejos.

El carbón representa aproximadamente un tercio de las emisiones de CO2 de Alemania y, aunque alrededor del 25% de la energía generada en el país proviene de fuentes renovables, en torno al 45% todavía proviene del carbón.

El paquete, que requerirá la aprobación de diferentes leyes y pasar por el Parlamento, prevé un ahorro que oscila entre los 25 hasta los 30 millones de toneladas de emisiones de CO2 a través de un plan nacional de eficiencia energética que modernizará edificios y sus aislamientos. También incluye incentivos para la compra de coches eléctricos y normas más estrictas sobre los fertilizantes y residuos.

Los efectos del CO2 en la subida de temperaturas se sienten sólo una década después de su emisión

Los resultados, publicados en Environmental Research Letters, confirman que el calentamiento puede persistir durante más de un siglo y sugieren que los beneficios de la reducción de emisiones los notarán todos y no sólo las generaciones futuras. Algunos beneficios son evitar fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, olas de calor e inundaciones, que se espera que aumenten al mismo tiempo que la temperatura. Sin embargo, algunos de los más grandes impactos climáticos del calentamiento, como el aumento del nivel del mar o el derretimiento de las capas de hielo, pueden no ocurrir durante cientos o miles de años, según los investigadores.

La doctora Katharine Ricke, responsable principal del estudio, señaló que «sorprendentemente, a pesar de muchas décadas de ciencia del clima, nunca ha habido un estudio centrado en cuánto tiempo se tarda en sentir el calentamiento de una emisión particular de dióxido de carbono. Una gran cantidad de científicos del clima pueden tener una intuición, pero puede estar un poco fuera de sincronía con nuestros mejores estimaciones de los modelos climáticos y del ciclo del carbono».

Para calcular este plazo, Ricke, junto con el profesor Ken Caldeira, combinaron resultados de dos proyectos de modelado climático. En concreto, aunaron información sobre el ciclo del carbono de la Tierra, en concreto la rapidez con la que el océano y la biosfera impulsaron CO2 a la atmósfera, con información sobre el sistema climático de la Tierra tomado desde un grupo de modelos climáticos empleados en la última evaluación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático.

Los resultados mostraron que el tiempo medio entre una sola emisión de CO2 y el calentamiento máximo fue de 10,1 años, y reafirmaron que la mayor parte del calentamiento persiste durante más de un siglo. La razón de este retraso se debe a que cuesta más tiempo a las capas superiores de los océanos calentarse que a la atmósfera. A medida que los océanos absorben más y más calor haciendo que el clima global se caliente, los efectos del calentamiento de las emisiones de CO2 en realidad comienzan a disminuir a medida que el CO2 se elimina de la atmósfera.

«Nuestros resultados muestran que las personas que viven actualmente son muy susceptibles de beneficiarse de las emisiones que se eviten en la actualidad y que éstas no tendrán únicamente un impacto en las futuras generaciones», sentencia Ricke. A su juicio, estos hallazgos deben despejar las ideas erróneas anteriores sobre este marco de tiempo que han desempeñado «un papel clave en la falta de consenso político«.

El mercado libre eléctrico gana 1,7 millones de clientes en apenas un año

Este volumen de clientes supone un incremento de 1,7 millones de usuarios en el mercado libre con respecto a las cifras ofrecidas también por Industria en la memoria económica de la orden de revisión de peajes para 2014, cuando el 60% de los consumidores tenía precio regulado y el 40% un contrato libre.

En concreto, Industria prevé que en 2015 haya un total de 27,09 millones de clientes con derecho al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), de los que 14,6 millones seguirán acogidos a esta modalidad regulada, frente a los 12,4 millones que se habrán decantado por el mercado libre.

Este escenario supone un incremento en cerca de 100.000 consumidores en el grupo de usuarios con derecho al PVPC con respecto a 2014, pero una menor utilización de la opción regulada, a la que en el presente ejercicio se le asignan 16,1 millones de puntos de suministro, frente a 10,7 millones en el mercado libre.

El nuevo PVPC, que sustituyó a la Tarifa de Último Recurso (TUR) como opción regulada tras la supresión hace un año de las subastas Cesur, consiste en un precio regulado para potencias inferiores a 10 kilovatios (kW) y se revisa para los contadores analógicos o los digitales sin telegestión a partir del precio medio del mercado en los dos meses correspondientes al periodo de facturación.

A partir de abril de 2015, el PVPC recogerá, en el caso de los contadores digitales con telegestión, el precio del mercado eléctrico en cada hora. No obstante, los consumidores con esta opción regulada tienen la opción de contratar un precio fijo del kilovatio hora para todo el año.

Dentro de la opción de mercado, las comercializadoras de electricidad han centrado sus esfuerzos en ofrecer servicios complementarios y en las nuevas modalidades de tarifas planas en función del perfil de consumo.

Por otro lado, la orden ministerial de revisión de peajes eléctricos incluye una disposición adicional en la que se detalla cómo han de informar las comercializadoras en las facturas que remitan a los consumidores acerca de cuánto pagan por cada uno de los costes regulados.

En las facturas, a los consumidores se les informará de que el 39,1% de la parte del recibo dirigida a los costes regulados se destinará a los incentivos a las renovables, cogeneración y residuos, frente al 38,5% que irá a redes de distribución y transporte, y el 22,2% que irá a otros costes regulados.