La luz subirá un 1,2% en julio tras el alza del 3% en la subasta Cesur

De este modo se confirmarían las palabras del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que consideró que «lo más probable es que la subasta de energía vaya ligeramente al alza».

En todo caso, Soria recordó que el aumento de la tarifa será sólo de la mitad con respecto al resultado de la subasta, ya que reiteró el compromiso del Gobierno de que no modificará la parte del recibo relativa a los peajes para el tercer trimestre del año, de modo que, si cumple su compromiso, la subida será fruto únicamente de la revisión al alza del término de la energía.

No obstante, el titular de Industria apuntó que tras la reforma energética, que prevé aprobarse en la primera quincena de julio, podrían analizarse posibles subidas, hecho que tendrá que confirmarse antes de que entre en vigor la nueva tarifa, el próximo 1 de julio.

El resultado de la subasta Cesur sirve para fijar el coste de la energía dentro de la Tarifa de Último Recurso (TUR) de la luz y tiene un peso cercano al 50%, mientras que la otra mitad corresponde a los costes regulados, o peajes, con los que se retribuyen las actividades reguladas, como el transporte, la distribución o las primas a las renovables.

En la vigésimo tercera subasta Cesur se compró y vendió la cantidad total de electricidad que se suministrará durante el tercer trimestre del año a los casi veinte millones de consumidores acogidos a la TUR, la única tarifa que todavía fija el Gobierno, y que fue adjudicada a 48 vendedores.

En la puja se subastaron 2.500 megavatios (MW) de producto base a tres meses,que suministra electricidad cada una de las horas del día comprendidas entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, que cerraron a un precio de 47,95 euros el megavatio hora (MWh), un 4,4% más caro que en la última revisión.

El producto base consiste en la diferencia de precio entre el precio de adjudicación del producto en la subasta y el precio horario del mercado diario gestionado por OMIE, para todas las horas comprendidas en el horizonte temporal subastado

Por lo que respecta al producto punta, una especie de suplemento de electricidad para las horas de mayor consumo, entre las 08.00 y las 20.00 horas, se adjudicó 572 MW a 55,21 euros el MWh, un 6,3% por encima de la anterior puja.

El producto punta consiste en la diferencia de precio entre el precio de adjudicación del producto en la subasta y el precio horario del mercado diario gestionado por OMIE para todas las horas comprendidas entre las 8:00 y las 20:00 CET, de todos los días naturales, excepto sábados y domingos.

Al incremento del 4,4% en el producto base se le aplican, como fija la legislación, varios elementos correctores, entre ellos la evolución, en este caso ligeramente a la baja, de conceptos como los pagos por capacidad, la prima de riesgo, pérdidas, mercados de ajuste o apuntamiento. El resultado de este cálculo es el incremento final del 3% para el trimestre que va de julio a septiembre.

De concretarse, la de julio será la segunda subida del año, tras el incremento del 3% en enero, pero no impedirá que las tarifas se hayan abaratado en lo que va de año, después de la bajada del 6,62% en marzo tras una fuerte caída de los precios de la electricidad en el mercado, del 16,2%. Esta fue la primera bajada de precio desde la creación de la TUR en 2009.

El Gobierno mantuvo en lo que va de año los peajes, que es la parte del recibo en la que se genera el déficit de tarifa. Este desajuste, de 26.000 millones de euros en términos acumulados, se debe a que los ingresos no cubren los costes reconocidos, y su eliminación se ha convertido en el objetivo de la reforma energética en la que trabaja el Gobierno.

La subasta se desarrolló, por Internet, mediante el sistema informático de subastas de OMIE. Se utilizó un procedimiento de “subasta de reloj descendente” en el que, partiendo de unos precios iniciales (diferentes en cada producto), se procedió a una reducción progresiva de los mismos en sucesivas rondas hasta llegar al equilibrio entre oferta y demanda en cada producto.

La subida es fruto de subastas «hinchadas» e «irregulares»

Por su parte, Facua-Consumidores en Acción consideró que las subastas eléctricas entre comercializadoras de último recurso utilizadas como base para revisar el recibo de la luz están «hinchadas» y son «irregulares», según indicó el portavoz de la asociación, Rubén Sánchez.

«Es inadmisible que el Gobierno continúe aceptando que las eléctricas sean las que fijen la tarifa que tenemos que pagar los consumidores», indicó el portavoz de Facua, antes de pedir «un cambio de una vez» en el modelo «diseñado por el Gobierno de (José María) Aznar para beneficio del sector eléctrico», en el que buena parte de la tarifa depende de «unas subastas sin control».

Facua expresó además su «preocupación» ante la «insistencia» del Gobierno en «no cuestionar el déficit de tarifa», al que la asociación calificó en otras ocasiones de ficticio. «Están buscando fórmulas para que los consumidores devolvamos las cantidades que debemos y que no compartimos», indicó.

Al tiempo que reclamó una reflexión acerca de la deuda del sector, la asociación pidió también al Ejecutivo «que empice a controlar las ofertas fraudulentas de las eléctricas en el mercado libre, en las que hacen creer que dan precios más bajos que la TUR (Tarifa de Último Recurso)».

Las comercializadoras, añadió, practican un «fraude a gran escala de ofertas engañosas y visitas puerta a puerta» en las que incurren en «todo tipo de prácticas fraudulentas para dar de alta nuevos contratos en los que al final el consumidor acaba pagando más que con la TUR».

La luz subirá un 1,2% en julio tras el alza del 3% en la subasta Cesur

De este modo se confirmarían las palabras del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que consideró que «lo más probable es que la subasta de energía vaya ligeramente al alza».

En todo caso, Soria recordó que el aumento de la tarifa será sólo de la mitad con respecto al resultado de la subasta, ya que reiteró el compromiso del Gobierno de que no modificará la parte del recibo relativa a los peajes para el tercer trimestre del año, de modo que, si cumple su compromiso, la subida será fruto únicamente de la revisión al alza del término de la energía.

No obstante, el titular de Industria apuntó que tras la reforma energética, que prevé aprobarse en la primera quincena de julio, podrían analizarse posibles subidas, hecho que tendrá que confirmarse antes de que entre en vigor la nueva tarifa, el próximo 1 de julio.

El resultado de la subasta Cesur sirve para fijar el coste de la energía dentro de la Tarifa de Último Recurso (TUR) de la luz y tiene un peso cercano al 50%, mientras que la otra mitad corresponde a los costes regulados, o peajes, con los que se retribuyen las actividades reguladas, como el transporte, la distribución o las primas a las renovables.

En la vigésimo tercera subasta Cesur se compró y vendió la cantidad total de electricidad que se suministrará durante el tercer trimestre del año a los casi veinte millones de consumidores acogidos a la TUR, la única tarifa que todavía fija el Gobierno, y que fue adjudicada a 48 vendedores.

En la puja se subastaron 2.500 megavatios (MW) de producto base a tres meses,que suministra electricidad cada una de las horas del día comprendidas entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, que cerraron a un precio de 47,95 euros el megavatio hora (MWh), un 4,4% más caro que en la última revisión.

El producto base consiste en la diferencia de precio entre el precio de adjudicación del producto en la subasta y el precio horario del mercado diario gestionado por OMIE, para todas las horas comprendidas en el horizonte temporal subastado

Por lo que respecta al producto punta, una especie de suplemento de electricidad para las horas de mayor consumo, entre las 08.00 y las 20.00 horas, se adjudicó 572 MW a 55,21 euros el MWh, un 6,3% por encima de la anterior puja.

El producto punta consiste en la diferencia de precio entre el precio de adjudicación del producto en la subasta y el precio horario del mercado diario gestionado por OMIE para todas las horas comprendidas entre las 8:00 y las 20:00 CET, de todos los días naturales, excepto sábados y domingos.

Al incremento del 4,4% en el producto base se le aplican, como fija la legislación, varios elementos correctores, entre ellos la evolución, en este caso ligeramente a la baja, de conceptos como los pagos por capacidad, la prima de riesgo, pérdidas, mercados de ajuste o apuntamiento. El resultado de este cálculo es el incremento final del 3% para el trimestre que va de julio a septiembre.

De concretarse, la de julio será la segunda subida del año, tras el incremento del 3% en enero, pero no impedirá que las tarifas se hayan abaratado en lo que va de año, después de la bajada del 6,62% en marzo tras una fuerte caída de los precios de la electricidad en el mercado, del 16,2%. Esta fue la primera bajada de precio desde la creación de la TUR en 2009.

El Gobierno mantuvo en lo que va de año los peajes, que es la parte del recibo en la que se genera el déficit de tarifa. Este desajuste, de 26.000 millones de euros en términos acumulados, se debe a que los ingresos no cubren los costes reconocidos, y su eliminación se ha convertido en el objetivo de la reforma energética en la que trabaja el Gobierno.

La subasta se desarrolló, por Internet, mediante el sistema informático de subastas de OMIE. Se utilizó un procedimiento de “subasta de reloj descendente” en el que, partiendo de unos precios iniciales (diferentes en cada producto), se procedió a una reducción progresiva de los mismos en sucesivas rondas hasta llegar al equilibrio entre oferta y demanda en cada producto.

La subida es fruto de subastas «hinchadas» e «irregulares»

Por su parte, Facua-Consumidores en Acción consideró que las subastas eléctricas entre comercializadoras de último recurso utilizadas como base para revisar el recibo de la luz están «hinchadas» y son «irregulares», según indicó el portavoz de la asociación, Rubén Sánchez.

«Es inadmisible que el Gobierno continúe aceptando que las eléctricas sean las que fijen la tarifa que tenemos que pagar los consumidores», indicó el portavoz de Facua, antes de pedir «un cambio de una vez» en el modelo «diseñado por el Gobierno de (José María) Aznar para beneficio del sector eléctrico», en el que buena parte de la tarifa depende de «unas subastas sin control».

Facua expresó además su «preocupación» ante la «insistencia» del Gobierno en «no cuestionar el déficit de tarifa», al que la asociación calificó en otras ocasiones de ficticio. «Están buscando fórmulas para que los consumidores devolvamos las cantidades que debemos y que no compartimos», indicó.

Al tiempo que reclamó una reflexión acerca de la deuda del sector, la asociación pidió también al Ejecutivo «que empice a controlar las ofertas fraudulentas de las eléctricas en el mercado libre, en las que hacen creer que dan precios más bajos que la TUR (Tarifa de Último Recurso)».

Las comercializadoras, añadió, practican un «fraude a gran escala de ofertas engañosas y visitas puerta a puerta» en las que incurren en «todo tipo de prácticas fraudulentas para dar de alta nuevos contratos en los que al final el consumidor acaba pagando más que con la TUR».

El «pool» eléctrico se encareció un 139% en mayo con respecto a abril al duplicarse el uso de carbón

Esta mayor contribución del carbón vino acompañada de un incremento mensual del 46% en la actividad de los ciclos combinados de gas, así como de un descenso en la de tecnologías que entran a precio cero, esto es, la nuclear, la eólica y la hidráulica, según se aprecia en el último informe mensual de seguimiento de mercados de la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

La fuerte subida de precios en mayo supone una normalización con respecto a la situación de abril, cuando el precio del «pool» cayó hasta 18,17 euros por MWh, el nivel más bajo desde 2001 y el segundo más bajo desde la creación de este mercado en 1998.

Aquella inusual bajada, que se debió a la fuerte participación de la eólica y la hidráulica en un mes con viento y lluvia abundantes, dio paso a unos precios que oscilaron durante el mes de mayo en media diaria entre 28,71 y 53,22 euros por MWh.

Mientras aumentaba durante ese mes la contribución de las centrales térmicas, la actividad hidráulica descendía un 33,4%, la eólica un 9,7% y la nuclear, un 9,9%.

La subida de precios en mayo no tiene efectos sobre el recibo de la luz, ya que el suminitro a tarifa es el resultado de una subasta en la que se marcan los precios de forma trimestral, al margen del comportamiento posterior del «pool» durante ese periodo.

Además, los descensos de precio de mercado provocados por la mayor contribución de renovables pueden ocasionar paradójicamente subidas en el recibo, ya que el sistema eléctrico español retribuye a estas tecnologías «verdes» conforme a una suma de mercado más prima, de modo que su contribución a abaratar el mercado ocasiona un incremento en la parte que se les debe pagar en concepto de prima.

El «pool» eléctrico se encareció un 139% en mayo con respecto a abril al duplicarse el uso de carbón

Esta mayor contribución del carbón vino acompañada de un incremento mensual del 46% en la actividad de los ciclos combinados de gas, así como de un descenso en la de tecnologías que entran a precio cero, esto es, la nuclear, la eólica y la hidráulica, según se aprecia en el último informe mensual de seguimiento de mercados de la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

La fuerte subida de precios en mayo supone una normalización con respecto a la situación de abril, cuando el precio del «pool» cayó hasta 18,17 euros por MWh, el nivel más bajo desde 2001 y el segundo más bajo desde la creación de este mercado en 1998.

Aquella inusual bajada, que se debió a la fuerte participación de la eólica y la hidráulica en un mes con viento y lluvia abundantes, dio paso a unos precios que oscilaron durante el mes de mayo en media diaria entre 28,71 y 53,22 euros por MWh.

Mientras aumentaba durante ese mes la contribución de las centrales térmicas, la actividad hidráulica descendía un 33,4%, la eólica un 9,7% y la nuclear, un 9,9%.

La subida de precios en mayo no tiene efectos sobre el recibo de la luz, ya que el suminitro a tarifa es el resultado de una subasta en la que se marcan los precios de forma trimestral, al margen del comportamiento posterior del «pool» durante ese periodo.

Además, los descensos de precio de mercado provocados por la mayor contribución de renovables pueden ocasionar paradójicamente subidas en el recibo, ya que el sistema eléctrico español retribuye a estas tecnologías «verdes» conforme a una suma de mercado más prima, de modo que su contribución a abaratar el mercado ocasiona un incremento en la parte que se les debe pagar en concepto de prima.

El «pool» eléctrico se encareció un 139% en mayo con respecto a abril al duplicarse el uso de carbón

Esta mayor contribución del carbón vino acompañada de un incremento mensual del 46% en la actividad de los ciclos combinados de gas, así como de un descenso en la de tecnologías que entran a precio cero, esto es, la nuclear, la eólica y la hidráulica, según se aprecia en el último informe mensual de seguimiento de mercados de la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

La fuerte subida de precios en mayo supone una normalización con respecto a la situación de abril, cuando el precio del «pool» cayó hasta 18,17 euros por MWh, el nivel más bajo desde 2001 y el segundo más bajo desde la creación de este mercado en 1998.

Aquella inusual bajada, que se debió a la fuerte participación de la eólica y la hidráulica en un mes con viento y lluvia abundantes, dio paso a unos precios que oscilaron durante el mes de mayo en media diaria entre 28,71 y 53,22 euros por MWh.

Mientras aumentaba durante ese mes la contribución de las centrales térmicas, la actividad hidráulica descendía un 33,4%, la eólica un 9,7% y la nuclear, un 9,9%.

La subida de precios en mayo no tiene efectos sobre el recibo de la luz, ya que el suminitro a tarifa es el resultado de una subasta en la que se marcan los precios de forma trimestral, al margen del comportamiento posterior del «pool» durante ese periodo.

Además, los descensos de precio de mercado provocados por la mayor contribución de renovables pueden ocasionar paradójicamente subidas en el recibo, ya que el sistema eléctrico español retribuye a estas tecnologías «verdes» conforme a una suma de mercado más prima, de modo que su contribución a abaratar el mercado ocasiona un incremento en la parte que se les debe pagar en concepto de prima.

La presidencia irlandesa de la UE anuncia un acuerdo sobre el límite de emisiones de CO2 de los coches

El ministro irlandés de Medio Ambiente, Phil Hogan, destacó que este acuerdo representa un equilibrio apropiado entre los objetivos medioambientales y las consideraciones económicas.

«El acuerdo no sólo protege el clima, sino que proporciona ahorro a los consumidores e impulsa la innovación y la competitividad en la industria automovilística europea, creando puestos de trabajo en el proceso», añadió Hogan.

A su juicio, se trata de un pacto beneficioso para el clima, los consumidores, la innovación y el empleo, y supone un paso importancia hacia una economía competitiva, con bajas emisiones de CO2.

Este acuerdo contempla la continuidad del uso de «supercréditos», unos incentivos para animar a los fabricantes a desarrollar tecnologías con emisiones muy reducidas. Asimismo, se plantea un nuevo objetivo de CO2 para el horizonte de 2025.

También propone homogeneizar en todo el mundo los ciclos que determinan los consumos y emisiones de los coches. Con todo lo anterior, se espera que se produzca una reducción de ambos parámetros durante la vida útil de un vehículo.

La presidencia de turno de la Unión Europea subrayó que con el objetivo establecido para 2020 se estimulará la innovación para fabricantes de automóviles y componentes, proporcionando una ventaja competitiva, al tiempo que se generará un efecto positivo sobre el empleo.

Los objetivos de CO2 deben ser viables

Por su parte, el secretario general de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea), Ivan Hodac, subrayó que los objetivos de CO2 para los coches fijados por la Unión Europea deben ser «ambiciosos», pero a la vez «viables».

«Es un hito importante en las negociaciones, pero queda mucho camino por recorrer antes de votar un acuerdo final en el plenario del Parlamento Europeo», indicó Hodac, quien abogó además por aplicar los incentivos a la innovación para los fabricantes con más racionalidad.

Asimismo, Hodac se refirió a la propuesta para establecer nuevos límites de emisiones de CO2 en 2025. «La industria europea fabrica los vehículos con mayores requerimientos medioambientales del mundo, y tenemos el compromiso de seguir haciéndolo», subrayó el secretario general de Acea.

«Sin embargo, sería más razonable analizar los posibles impactos antes de establecer objetivos más allá de 2020, para asegurarse de que esos objetivos pueden ser a la vez ambiciosos y viables«, concluyó Hodac.

La presidencia irlandesa de la UE anuncia un acuerdo sobre el límite de emisiones de CO2 de los coches

El ministro irlandés de Medio Ambiente, Phil Hogan, destacó que este acuerdo representa un equilibrio apropiado entre los objetivos medioambientales y las consideraciones económicas.

«El acuerdo no sólo protege el clima, sino que proporciona ahorro a los consumidores e impulsa la innovación y la competitividad en la industria automovilística europea, creando puestos de trabajo en el proceso», añadió Hogan.

A su juicio, se trata de un pacto beneficioso para el clima, los consumidores, la innovación y el empleo, y supone un paso importancia hacia una economía competitiva, con bajas emisiones de CO2.

Este acuerdo contempla la continuidad del uso de «supercréditos», unos incentivos para animar a los fabricantes a desarrollar tecnologías con emisiones muy reducidas. Asimismo, se plantea un nuevo objetivo de CO2 para el horizonte de 2025.

También propone homogeneizar en todo el mundo los ciclos que determinan los consumos y emisiones de los coches. Con todo lo anterior, se espera que se produzca una reducción de ambos parámetros durante la vida útil de un vehículo.

La presidencia de turno de la Unión Europea subrayó que con el objetivo establecido para 2020 se estimulará la innovación para fabricantes de automóviles y componentes, proporcionando una ventaja competitiva, al tiempo que se generará un efecto positivo sobre el empleo.

Los objetivos de CO2 deben ser viables

Por su parte, el secretario general de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea), Ivan Hodac, subrayó que los objetivos de CO2 para los coches fijados por la Unión Europea deben ser «ambiciosos», pero a la vez «viables».

«Es un hito importante en las negociaciones, pero queda mucho camino por recorrer antes de votar un acuerdo final en el plenario del Parlamento Europeo», indicó Hodac, quien abogó además por aplicar los incentivos a la innovación para los fabricantes con más racionalidad.

Asimismo, Hodac se refirió a la propuesta para establecer nuevos límites de emisiones de CO2 en 2025. «La industria europea fabrica los vehículos con mayores requerimientos medioambientales del mundo, y tenemos el compromiso de seguir haciéndolo», subrayó el secretario general de Acea.

«Sin embargo, sería más razonable analizar los posibles impactos antes de establecer objetivos más allá de 2020, para asegurarse de que esos objetivos pueden ser a la vez ambiciosos y viables«, concluyó Hodac.

La presidencia irlandesa de la UE anuncia un acuerdo sobre el límite de emisiones de CO2 de los coches

El ministro irlandés de Medio Ambiente, Phil Hogan, destacó que este acuerdo representa un equilibrio apropiado entre los objetivos medioambientales y las consideraciones económicas.

«El acuerdo no sólo protege el clima, sino que proporciona ahorro a los consumidores e impulsa la innovación y la competitividad en la industria automovilística europea, creando puestos de trabajo en el proceso», añadió Hogan.

A su juicio, se trata de un pacto beneficioso para el clima, los consumidores, la innovación y el empleo, y supone un paso importancia hacia una economía competitiva, con bajas emisiones de CO2.

Este acuerdo contempla la continuidad del uso de «supercréditos», unos incentivos para animar a los fabricantes a desarrollar tecnologías con emisiones muy reducidas. Asimismo, se plantea un nuevo objetivo de CO2 para el horizonte de 2025.

También propone homogeneizar en todo el mundo los ciclos que determinan los consumos y emisiones de los coches. Con todo lo anterior, se espera que se produzca una reducción de ambos parámetros durante la vida útil de un vehículo.

La presidencia de turno de la Unión Europea subrayó que con el objetivo establecido para 2020 se estimulará la innovación para fabricantes de automóviles y componentes, proporcionando una ventaja competitiva, al tiempo que se generará un efecto positivo sobre el empleo.

Los objetivos de CO2 deben ser viables

Por su parte, el secretario general de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea), Ivan Hodac, subrayó que los objetivos de CO2 para los coches fijados por la Unión Europea deben ser «ambiciosos», pero a la vez «viables».

«Es un hito importante en las negociaciones, pero queda mucho camino por recorrer antes de votar un acuerdo final en el plenario del Parlamento Europeo», indicó Hodac, quien abogó además por aplicar los incentivos a la innovación para los fabricantes con más racionalidad.

Asimismo, Hodac se refirió a la propuesta para establecer nuevos límites de emisiones de CO2 en 2025. «La industria europea fabrica los vehículos con mayores requerimientos medioambientales del mundo, y tenemos el compromiso de seguir haciéndolo», subrayó el secretario general de Acea.

«Sin embargo, sería más razonable analizar los posibles impactos antes de establecer objetivos más allá de 2020, para asegurarse de que esos objetivos pueden ser a la vez ambiciosos y viables«, concluyó Hodac.

Los automóviles emiten hasta un 45% más de CO2 que el que dicen en sus anuncios, según varias asociaciones de consumidores

La OCU informó que los fabricantes de automóviles, para reducir las emisiones de CO2, comercializan vehículos «en teoría menos contaminantes», aunque «la realidad es que estas reducciones son bastante menores a las anunciadas», en su opinión.

Así, el informe recogió las mediciones reales del consumo y de los gases emitidos por los automóviles, que siempre son superiores a las publicadas. Según datos de un estudio del Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT), la diferencia entre los datos anunciados y los reales pasó del 10% en 2011 al 25% en 2012.

Esta variación se traduce en un sobrecoste de 300 euros anuales para el automovilistas. Según las asociaciones de consumidores, los fabricantes utilizan diferentes «trucos» para obtener menores emisiones en las homologaciones, como hinchar los neumáticos más de lo normal, usar ruedas de baja resistencia a la rodadura o camuflar salientes del coche para mejorar la aerodinámica.

Ante esta situación, las organizaciones solicitaron la aplicación desde 2017 del Worldwide Light Duty Test Procedure (WLTP), como un protocolo que permite evitar dichos trucos y mejorar el actual ciclo de homologación de consumo.

Los automóviles emiten hasta un 45% más de CO2 que el que dicen en sus anuncios, según varias asociaciones de consumidores

La OCU informó que los fabricantes de automóviles, para reducir las emisiones de CO2, comercializan vehículos «en teoría menos contaminantes», aunque «la realidad es que estas reducciones son bastante menores a las anunciadas», en su opinión.

Así, el informe recogió las mediciones reales del consumo y de los gases emitidos por los automóviles, que siempre son superiores a las publicadas. Según datos de un estudio del Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT), la diferencia entre los datos anunciados y los reales pasó del 10% en 2011 al 25% en 2012.

Esta variación se traduce en un sobrecoste de 300 euros anuales para el automovilistas. Según las asociaciones de consumidores, los fabricantes utilizan diferentes «trucos» para obtener menores emisiones en las homologaciones, como hinchar los neumáticos más de lo normal, usar ruedas de baja resistencia a la rodadura o camuflar salientes del coche para mejorar la aerodinámica.

Ante esta situación, las organizaciones solicitaron la aplicación desde 2017 del Worldwide Light Duty Test Procedure (WLTP), como un protocolo que permite evitar dichos trucos y mejorar el actual ciclo de homologación de consumo.