Cañete es «optimista» y espera firmar en 2015 un «buen acuerdo» global contra el cambio climático

«Sí, me veo firmando en 2015 en París y soy optimista», sentenció. En su opinión, en esta materia se están moviendo «muchas cosas» a nivel internacional, en referencia a Estados Unidos y China, y añadió que espera que el resultado «tan poco ambicioso» de la Conferencia de las partes de la Convención de Cambio Climático «no se reproduzca en las futuras cumbres».

«Vamos a ver si Polonia es capaz de impulsar ese proceso un poco más y preparar la gran cumbre de París de 2015», deseó Arias Cañete y añadió que está seguro de que en la capital francesa se alcanzará un «buen resultado». «No va a ser fácil pero en este momento se está trabajando en todas las instancias para conseguir ese gran acuerdo», subrayó.

Además, manifestó que se ve firmando un acuerdo después de que en la cumbre de Doha la Unión Europea enviase una señal «muy clara» sobre la necesidad de compromisos vinculantes, a pesar de que el número de países que los asumió es pequeño.

Sin embargo, consideró que se están dando «pasos fundamentales en el mundo en estos momentos», sobre todo en Estados Unidos que, en su opinión, está girando de forma «radical».

Respecto al papel de España en estas negociaciones, apuntó que está centrado en los países latinoamericanos con los se trata de impulsar la integración de ese continente en el futuro acuerdo global. «Estamos trabajando en reducir emisiones en nuestro país y paralelamente en los foros internacionales hemos estado siempre muy, muy activos. Hemos estado activos en Río y en Doha», insistió.

En este ámbito, el ministro no cree que el Gobierno esté realizando una política conservadora en cambio climático, sino que cambió «radicalmente», respecto a la del anterior Ejecutivo socialista que, a su juicio, consistía en «admitir compromisos internacionales, no tomar ninguna medida correctora de las emisiones en España y comprar certificados de emisión por el mundo gastándose cerca de 800 millones de euros».

Por eso, criticó que en la anterior legislatura «no había política» para trabajar los sectores difusos limitando emisiones, sino que se compraba el derecho a contaminar a los países que hacían las cosas bien.

Por el contrario, elogió el giro que ha dado su equipo ministerial consistente en limitar las emisiones y trabajar en eficiencia energética, para lo que puso en marcha programas como el Pima AIRE y Pima SOL, para renovar las flotas de vehículos de las ciudades y los hoteles.

Asimismo, añadió que se creó un fondo de carbono dentro de España para premiar las actuaciones de aquellas empresas que realizan actuaciones que «realmente» reducen emisiones y contribuyen a una mejora del medio ambiente.

De este modo, opinó que el Gobierno y el PP «nunca han sido negacionistas del cambio climático, porque se trata de una realidad y España tiene que recorrer una senda para cambiar las infraestructuras energéticas y las pautas de comportamiento de los ciudadanos para buscar más eficiencia energética y menos emisiones están trazadas.

«Si le pregunta usted a la comisaria Hedeggaard por la actitud del Gobierno español en este sentido, le dirá que es «intachable». Le dirá que en los consejos de ministros de la Unión Europea siempre somos positivos y proactivos y le dirá que en las grandes cumbres somos de los países que se utilizan como mediadores en la búsqueda de consensos», subrayó.

Sin embargo, agregó que, al contrario que el anterior Ejecutivo, este, cuando firma algo es «muy consciente de los sacrificios que comporta» porque su modelo «no es el socialista que firma cualquier cosa y luego no hace nada». Por el contrario, dijo que a él le gusta asumir compromisos sabiendo que, con gran esfuerzo, los puede cumplir.

«Cuando considere que un compromiso internacional es incumplible trataré de racionalizar los objetivos para que sean asumibles. Nuestra política es muy defensora de hacer actuaciones para paliar los efectos del cambio climático«, sentenció.

Por último, sobre el «backloading», el sistema de subasta de precios de los derechos de CO2 en la Unión Europea, Arias Cañete dijo que la postura española está en discusión y que se tomará en septiembre porque no hay aún una postura unitaria en el Gobierno, ya que su departamento está a favor de apoyar el nuevo sistema que elevará el precio de los derechos de emisión mientras que Industria se opone porque estima que hay grandes industrias consumidoras de energía a las que cualquier incremento del coste de la energía le supondría un pérdida de competitividad.

«Las cosas no son nunca ni blancas ni negras sino que las tonalidades grises son, a veces, muy importantes. Lamentablemente aquí no cabe el gris y hay que decantarse por A o por B, pero las dos posturas tienen en este momento aspectos positivos de razonamientos que las avalan. Un objetivo fundamental es ordenar este mercado de emisiones para que haya un incentivo para hacer los cambios más importantes hacia una economía verde que necesita la Unión Europea«, comentó.

Finalmente, dijo que comprende al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, pero que no puede estar de acuerdo con él en el tema del «backloading».

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