Bulgaria dice que el futuro de South Stream depende del diálogo que exista entre Rusia y la Unión Europea
«Creo que está más que claro que el desbloqueo de South Stream depende de las negociaciones de la Unión Europea con Rusia«, declaró el jefe del Estado búlgaro.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció este lunes la suspensión de esta obra, que iba a llevar gas natural de los yacimientos rusos a Europa, debido a la oposición de Bulgaria a permitir el paso por su territorio.
Plenveliev insistió en que este proyecto es entre Rusia y la Unión Europea, y no entre Rusia y Bulgaria, y recordó que la negativa búlgara se debió a una petición de Bruselas, que considera que South Stream incumplía la normativa comunitaria en materia energética y de adjudicación de obras públicas.
«Si Rusia hubiera dado indicaciones de que respeta la legislación europea, nadie se opondría a la realización de este proyecto», aseguró el presidente de Bulgaria.
«South Stream está entre los proyectos que pueden realizarse en el marco de la Unión Europea tan sólo si cumple la legislación europea. La Unión Europea es una unión de reglas y del imperio de la ley. Lamentamos que Rusia haya manifestado la superioridad de la fuerza, y no de la ley, durante la crisis ucraniana», declaró.
Plenveliev dijo que todos los países que tienen interés en la realización de ese gasoducto «han cumplido unos procedimientos preparativos muy serios y han autorizado a la Comisión Europea a llevar a cabo negociaciones con las autoridades rusas para tomar una decisión en este proyecto».
Sobre la advertencia rusa de que Bulgaria perderá 400 millones de euros al año por la cancelación del proyecto, el dirigente búlgaro indicó que, al no haberse firmado aún un contrato, no es posible saber los ingresos que tendría Sofía por su participación.
No hay base legal para compensar a los participantes
Por su parte, la Comisión Europea dijo que no existe base legal en la Unión Europea para compensar a los países que participan en el gasoducto South Stream (Bulgaria, Hungría, Grecia, Croacia, Eslovenia, Austria y Serbia) si el proyecto finalmente no sale adelante tras la cancelación anunciada por Rusia.
«Legalmente hablando no hay base para una compensación ni para éste ni para ningún otro proyecto que se haya detenido», contestó la portavoz comunitaria de Energía, Anna-Kaisa Itkonen, a las preguntas sobre las consecuencias para los países que han invertido millones en el proyecto.
Itkonen dijo, no obstante, que la «seguridad y solidaridad son dos de los componentes principales de la unión energética».
South Stream, que empezó a construirse en diciembre de 2012 impulsado por Rusia con el objetivo de abastecer a países europeos con gas natural a través del mar Negro sin la necesidad de pasar por Ucrania, tiene un coste oficial de unos 16.000 millones de euros.
El vicepresidente de la Comisión Europea para la Unión Energética, Maros Sefcovic, anunció que, pese al anuncio de Rusia, el próximo día 9 se estudiará en Bruselas al margen del Consejo de ministros de Energía la situación con los Estados miembros implicados en el proyecto y aclaró que esta reunión ya estaba prevista desde hace semanas, pero se ha decidido mantenerla para analizar lo ocurrido con los afectados.
«Obviamente este nuevo acontecimiento supondrá un elemento adicional», añadió Sefcovic, quien recordó que una de las prioridades de la Unión Energética es precisamente la seguridad de suministro energético.
La portavoz dijo que Bruselas «toma nota» de la decisión de Gazprom de detener South Stream, pero rehusó interpretar si implica el fin definitivo del proyecto o si la Comisión Europea cree que es una maniobra de presión de Rusia.
«La Comisión Europea continúa su diálogo diplomático normal con Rusia como con otras partes afectadas», se limitó a decir Itkonen, quien por otro lado aseguró que la posición de la Unión Europea con respecto a este proyecto no ha cambiado.
Bruselas siempre ha sido reticente a este proyecto porque considera que los acuerdos entre su promotora, la rusa Gazprom, sus socios en los países implicados no respetan el llamado «tercer paquete energético de la Unión Europea», que fuerza la separación patrimonial de las actividades de producción, transporte y comercialización de energía, y que Moscú considera lesivo para sus intereses.
«Los gasoductos en la Unión Europea deben ser construidos y operados de acuerdo con la legislación europea», sostuvo la portavoz.
«Los gasoductos desarrollados y operados en conflicto con la legislación de la Unión Europea ponen en peligro el funcionamiento del mercado interno y también corren el riesgo de no suponer ninguna mejora desde le punto de vista de la seguridad de suministro», añadió.
Itknone explicó que la Comisión Europea va a analizar ahora la situación en el sureste de la Unión Europea con vistas a acelerar las interconexiones en la región y mejorar la red energética europea, y aseguró que Bruselas sigue muy comprometida con la región.
La alta representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, comentó que en su opinión, la decisión tomada por Rusia muestra que «es urgente no sólo y no tanto diversificar las rutas, sino también las fuentes de energía para la Unión».
La vicepresidenta de Presupuesto, la búlgara Kristalina Georgieva, coincidió con Mogherini y aseguró que la Comisión Europea va a examinar las consecuencias de esta decisión y cómo puede acelerar las interconexiones entre Estados miembros.
En el caso concreto de Bulgaria, contra la que la Comisión Europea mantiene abierto un procedimiento de infracción precisamente por los desarrollos de South Stream, Georgieva consideró que lo ocurrido va a dar la oportunidad al país de desarrollar gasoductos con Grecia y Rumanía, con lo que tendrá acceso a más fuentes de suministro.



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