Buenas noticias sobre Garoña
Según informa José Antonio Navas en «El Confidencial» (Ver), Industria, Endesa e Iberdrola habrían llegado a un acuerdo para garantizar la continuidad de la central nuclear de Garoña hasta 2019. Todo ello, tras el desafortunado episodio desatado en torno a la prolongación de su actividad tras las propuestas fiscales, de clara inspiración retroprogresiva y especialmente discriminatorias con la energía nuclear. Impuestos que hacían inviable la actividad nuclear junto con las nuevas inversiones requeridas a estas instalaciones, y que determinaban una decisión empresarial económica incomprensible para los defensores de que la economía es política politizada.
De nada sirvieron, en su momento, las propias promesas electorales de reversión de la decisión política del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, efectuadas por Mariano Rajoy Brey en plena campaña electoral. Tampoco sirvieron de mucho las explicaciones de que se trataba de una cuestión exclusivamente económica y de inversión, más que de una cuestión llevada al «reto político» en términos extremos.
De nada sirvió explicar, difundir y divulgar con enorme esfuerzo y labor didáctica y con la contabilidad financiera en la mano que estas instalaciones no están amortizadas y que requieren nuevas inversiones para garantizar su operación futura. Partiendo de un dibujo de pizarra de la familia Fabra, que se abstrae en su propia mistificación, un número importante de representantes políticos han caído en la trampa y han considerado esta ficción de encerado frente a la realidad de los números, las cifras y las auditorías. Era una ficción que dejaba margen para actuaciones de corte político, con cobertura sociológica y de la opinión pública. Interesante argumentación, de lo falaz a lo falso, desde la construcción de bulos y rumores nunca fundamentados, salvo desde la demagogia y la fe ciega en quienes lo profieren desde sus opúsculos y libelos. Indudablemente «así es más fácil» todo.
Por otra parte, a todo esto se unió la batalla abierta con el problema del déficit tarifario y la forma de absorción del problema con el anteproyecto de medidas fiscales en ciernes. Teniendo en cuenta que estamos en un mercado marginalista, la desaparición o retirada de oferta no es buena para los precios de la electricidad por las distorsiones que genera, en tanto que eleva los precios y los altera. Y, en este espacio de tiempo, había también muchos interesados en llevarse al gato al agua, en definitiva, todos aquellos que estaban dispuestos a captar para sí mismos ese hueco de producción en el mercado que dejaba Garoña. Así, esto era alimentado y atizado por los responsables de unas tecnologías u otras, «politizando» este problema económico y «atizando» la versión que más separaba las posiciones de las partes. La forma de plantear el problema como una partida de mus era francamente grosera y no soportaba un mínimo análisis. Era lo que se llama ahora entre los cursis una “ventana de oportunidad” que había que aprovechar.
Por eso, quizás el mayor problema del sector energético actualmente es ese: la consideración de los intereses parciales de actividades y tecnologías como vector que elimina una visión conjunta de política energética que resuelva el triángulo medioambiente, economía y sostenibilidad con una visión de sociedad y de país en términos de competitividad, precio y mercado. Por eso, son posibles y se leen los comentarios que se leen sobre a qué parte de los forofos pertenece alguien o algo, en función de la reclamación de su posicionamiento presunto respecto de tal o cual derecho a rentas, en lugar de tener una visión conjunta del suministro eléctrico para nuestra sociedad.
Parece que llega el sentido común al que apela Mariano Rajoy en sus intervenciones políticas y parlamentarias. Esperemos que se confirme este acuerdo entre Industria y las empresas para que Garoña continúe operando. Según estas fuentes, hasta 2019, como mínimo. Razones económicas, de aprovechamiento de la instalación, de mejora de precios en el mercado mayorista, de aumento de la oferta, de seguridad de suministro han empezado a jugar. Antes que invertir innecesariamente en nueva generación o despilfarrar una instalación segura y eficiente, es conveniente su aprovechamiento con visión económica. Queda pendiente la forma en que se articule jurídicamente este proceso para habilitar el camino que retorne a la senda de la prórroga de la vida útil a la actividad de la central. Por eso, un comentario positivo derivado de una posible actuación sensata. Hay que felicitarse por ello.




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