Bruselas espera negociar pronto el apartado energético con Rusia

«Ya hemos repasado los temas energéticos, pero las negociaciones aún no han comenzado. Esperamos iniciar estas conversaciones en las próximas semanas», dijo Landáburu, director general de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea (CE), en rueda de prensa en Moscú.

El negociador europeo y su homólogo ruso, el embajador permanente ante la UE, Vladímir Chizhov, celebrarán la cuarta ronda de conversaciones sobre el nuevo acuerdo desde que Bruselas y Moscú reanudaran en diciembre este diálogo, congelado tras la incursión del Ejército ruso en Georgia en agosto pasado.

Landáburu confirmó que Rusia se niega a incluir en el futuro acuerdo de asociación, como desea la CE, los planteamientos de la Carta Energética, un marco de seguridad jurídica en inversiones, comercio y tránsito entre el este y el oeste de Europa. Pero subrayó que Moscú ha expresado su intención de «respetar los principios básicos de esta Carta«, que Rusia ha suscrito, pero se niega a ratificar.

«El objetivo de estas negociaciones es esclarecer cuán lejos podemos avanzar para incorporar los principios de la Carta Energética en el nuevo acuerdo», que sustituirá al vencido en diciembre pasado y prolongado automáticamente, puntualizó.

Landáburu indicó que ambas partes son altamente interdependientes en el ámbito energético, pues Rusia es un importante suministrador de carburantes a Europa, mientras la UE supone una fuente de ingresos crucial para el desarrollo de la economía rusa. «Para ambas partes resulta excepcionalmente importante lograr acuerdos sustanciales, que garanticen el abastecimiento estable de los consumidores europeos con recursos energéticos rusos», subrayó.

El diplomático señaló que la guerra en Georgia y el reconocimiento por Moscú de la independencia de dos entes separatistas del país caucásico supuso un duro golpe para las negociaciones, iniciadas en julio pasado tras dos años de vetos y reticencias de países comunitarios como Polonia y Lituania.

Pero se mostró satisfecho de que la Comisión Europea consiguiera convencer a la UE de la necesidad separar los asuntos políticos de los económicos y reanudar el diálogo con Rusia para crear un nuevo marco para las relaciones bilaterales.

Agregó que las negociaciones se vieron afectadas no solo por la guerra de Georgia y el conflicto de gas ruso-ucraniano de enero pasado, que alteró los suministros a Europa, sino también por la actual crisis financiera y económica global.

«La crisis financiera requiere buscar nuevas formas de gestión, basadas en los principios del multilaterialismo. La UE y Rusia deben convertirse en pilares de este nuevo mundo multipolar, para que tengan una voz de peso en la solución de los problemas», dijo.

Landáburu se mostró satisfecho de la marcha de las negociaciones del nuevo acuerdo, que «avanzan a velocidad de crucero«, y subrayó que el objetivo de la UE es que ese documento «abarque todos los ámbitos de las relaciones bilaterales y sea vinculante«.

El negociador europeo se negó a poner fechas a las conversaciones al señalar que lo importante es el contenido del nuevo acuerdo para «sentar unas relaciones estables y a largo plazo con Rusia«, a la que calificó de «socio estratégico» de los Veintisiete.

Por otra parte, Landáburu admitió la posibilidad de plantear la supresión de visados entre Rusia y la UE como un objetivo a largo plazo, pero se mostró escéptico sobre la posibilidad de conseguirlo pronto y abogó por la política de «pequeños pasos». «La supresión de los visados es una decisión que se toma en un contexto político global, para excluir posibles riesgos. Para ello, se requiere un alto nivel de confianza mutua, y Rusia para ello aún debe recorrer un buen camino», enfatizó el negociador europeo.

Bruselas espera negociar pronto el apartado energético con Rusia

«Ya hemos repasado los temas energéticos, pero las negociaciones aún no han comenzado. Esperamos iniciar estas conversaciones en las próximas semanas», dijo Landáburu, director general de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea (CE), en rueda de prensa en Moscú.

El negociador europeo y su homólogo ruso, el embajador permanente ante la UE, Vladímir Chizhov, celebrarán la cuarta ronda de conversaciones sobre el nuevo acuerdo desde que Bruselas y Moscú reanudaran en diciembre este diálogo, congelado tras la incursión del Ejército ruso en Georgia en agosto pasado.

Landáburu confirmó que Rusia se niega a incluir en el futuro acuerdo de asociación, como desea la CE, los planteamientos de la Carta Energética, un marco de seguridad jurídica en inversiones, comercio y tránsito entre el este y el oeste de Europa. Pero subrayó que Moscú ha expresado su intención de «respetar los principios básicos de esta Carta«, que Rusia ha suscrito, pero se niega a ratificar.

«El objetivo de estas negociaciones es esclarecer cuán lejos podemos avanzar para incorporar los principios de la Carta Energética en el nuevo acuerdo», que sustituirá al vencido en diciembre pasado y prolongado automáticamente, puntualizó.

Landáburu indicó que ambas partes son altamente interdependientes en el ámbito energético, pues Rusia es un importante suministrador de carburantes a Europa, mientras la UE supone una fuente de ingresos crucial para el desarrollo de la economía rusa. «Para ambas partes resulta excepcionalmente importante lograr acuerdos sustanciales, que garanticen el abastecimiento estable de los consumidores europeos con recursos energéticos rusos», subrayó.

El diplomático señaló que la guerra en Georgia y el reconocimiento por Moscú de la independencia de dos entes separatistas del país caucásico supuso un duro golpe para las negociaciones, iniciadas en julio pasado tras dos años de vetos y reticencias de países comunitarios como Polonia y Lituania.

Pero se mostró satisfecho de que la Comisión Europea consiguiera convencer a la UE de la necesidad separar los asuntos políticos de los económicos y reanudar el diálogo con Rusia para crear un nuevo marco para las relaciones bilaterales.

Agregó que las negociaciones se vieron afectadas no solo por la guerra de Georgia y el conflicto de gas ruso-ucraniano de enero pasado, que alteró los suministros a Europa, sino también por la actual crisis financiera y económica global.

«La crisis financiera requiere buscar nuevas formas de gestión, basadas en los principios del multilaterialismo. La UE y Rusia deben convertirse en pilares de este nuevo mundo multipolar, para que tengan una voz de peso en la solución de los problemas», dijo.

Landáburu se mostró satisfecho de la marcha de las negociaciones del nuevo acuerdo, que «avanzan a velocidad de crucero«, y subrayó que el objetivo de la UE es que ese documento «abarque todos los ámbitos de las relaciones bilaterales y sea vinculante«.

El negociador europeo se negó a poner fechas a las conversaciones al señalar que lo importante es el contenido del nuevo acuerdo para «sentar unas relaciones estables y a largo plazo con Rusia«, a la que calificó de «socio estratégico» de los Veintisiete.

Por otra parte, Landáburu admitió la posibilidad de plantear la supresión de visados entre Rusia y la UE como un objetivo a largo plazo, pero se mostró escéptico sobre la posibilidad de conseguirlo pronto y abogó por la política de «pequeños pasos». «La supresión de los visados es una decisión que se toma en un contexto político global, para excluir posibles riesgos. Para ello, se requiere un alto nivel de confianza mutua, y Rusia para ello aún debe recorrer un buen camino», enfatizó el negociador europeo.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *