Bruselas dice que nueve países de la Unión Europea se verían afectados en invierno por un corte de gas ruso

Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia, Bulgaria, Grecia, Rumanía, Hungría y Croacia serían los países comunitarios más afectados, mientras que otros como España y Portugal, que importan gas de Noruega y el norte de África, no notarían las consecuencias.

Lo que sí destaca el Ejecutivo comunitario es que el aislamiento energético de la Península Ibérica impide a España y Portugal ayudar a sus socios comunitarios en caso de interrupción del flujo de gas ruso.

La Comisión Europea estudió cómo resistirían los estados miembros la interrupción de gas en cuatro escenarios distintos de menos a más grave: corte de sólo un mes y con solidaridad entre países, corte de sólo un mes sin solidaridad, como ocurrió en 2009, y lo mismo para una eventual interrupción de seis meses.

«Una interrupción prolongada tendría un impacto sustancial en la Unión Europea, con los estados miembros del Este y los de la comunidad energética como países más afectados», aseguró la Comisión, que calculó que podrían perderse entre 5.000 y 9.000 millones de metros cúbicos de gas.

En el peor de los escenarios, una interrupción de medio año y sin ayuda entre estados miembros, se verían afectados Bulgaria, Rumanía, Lituania, Estonia y Finlandia, y en menor medida Hungría y Polonia.

Sin embargo, la Comisión Europea aclaró que sólo en el caso de Estonia la situación podría revestir suficiente gravedad como para llegar afectar a los hogares, aunque confía en que esto no llegase a producirse gracias a la solidaridad de otros estados miembros.

Casos como el de Finlandia, que depende al 100% de las importaciones de Rusia, también son graves, pero este país por ejemplo tiene potencial para cambiar a otras fuentes de suministro como la biomasa lo que también podría reducir el impacto.

«Estamos en una situación mejor que en 2009. Tenemos nuestros almacenes cubiertos al 90%«, aseguró en rueda de prensa el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger.

El comisario alemán se refirió también a la situación en Ucrania, principal país de tránsito del gas ruso hacia la Unión Europea, y aseguró que en estos momentos tiene almacenados 17.000 millones de metros cúbicos de gas, de los 31.000 que puede llegar a guardar en sus almacenes, gracias al flujo inverso recibido desde Eslovaquia, Polonia y Hungría.

«Somos vulnerables, pero hoy tenemos un análisis más detallado de lo que habíamos tenido nunca. Hay mucha más claridad que hace cinco años, por eso podríamos reaccionar más rápido», añadió.

Oettinger consideró que los resultados presentados por la Comisión deben indicar a los socios rusos que «no tiene ningún sentido usar el gas como instrumento político».

El comisario confió en cualquier caso en que el próximo martes Rusia y Ucrania puedan lograr una solución a la disputa que mantienen por el gas en la reunión que mantendrán en Bruselas y en la que la Unión Europea participa como mediadora.

Rusia amenaza con restringir el suministro hacia Europa

Por su parte, Rusia reducirá el suministro de gas destinado al mercado europeo en caso de que Ucrania desvíe parte del flujo hacia Europa para su propio consumo, según anunció el presidente ruso, Vladimir Putin, quien aseguró que las restricciones se aplicarían en proporción al gas sustraído ilegalmente.

«Si vemos que nuestros socios ucranianos desvían gas de terceros de la red de gasoductos de exportación, nosotros reduciremos el suministro en la cantidad sustraída», declaró Putin en una rueda de prensa en Belgrado (Serbia) recogida por la agencia rusa Interfax.

No obstante, el presidente de Rusia expresó su confianza en que esta circunstancia no llegue a producirse y que las partes alcancen pronto un acuerdo.

La compañía estatal rusa Gazprom no suministra gas a Ucrania desde el pasado mes de junio a consecuencia de los impagos acumulados por su vecino desde principios de año.

A finales del pasado mes de septiembre ambos países negociaron con el auspicio de la Unión Europea un posible acuerdo para evitar una nueva «guerra del gas» que contemplaba el pago a Rusia por parte de Ucrania de 1.562 millones de euros antes de finales de octubre y otros 859 millones de euros antes de final de año por las facturas de gas atrasadas y que serían avalados por la Unión Europea.

Por su parte, una vez que Kiev hubiera formalizado el primer pago, el gigante energético ruso Gazprom se comprometía a suministrar a Ucrania durante el invierno un mínimo de 5.000 millones de metros cúbicos de gas, una cantidad que podría ampliarse si fuera necesario.

No obstante, el acuerdo imponía a Kiev la obligación de pagar por adelantado el consumo de gas a un precio de 385 dólares por 1.000 metros cúbicos, algo que el Gobierno de Ucrania no acepta.

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