Brufau afirma que Argentina debe lanzar una OPA por el 100% de YPF y no «expropiar a precio de saldo»
En una rueda de prensa para valorar la decisión del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el presidente de Repsol aseguró que las autoridades argentinas desean «expropiar a precio de saldo» YPF, «sin formular oferta pública de adquisición de acciones».
«Con este mecanismo, el Gobierno pretende tomar el control de YPF sin formular una oferta pública de adquisición de acciones por el 100% por la que viene obligado por ley y por los estatutos de YPF, como compromiso como garantía a los inversores a los que quería cautivar», señaló.
Repsol calculó que el valor de YPF es de 18.300 millones de dólares (unos 14.000 millones de euros), o de 46,55 dólares por acción, mientras que el de la participación del 57% de la española en la argentina asciende a 10.500 millones de dólares (unos 8.000 millones de euros). «Todos los Estados tiene derecho a expropiar, pero a pagar también el precio justo», afirmó Brufau.
«No está justificada la medida desde el punto de vista de la utilidad pública y resulta inadmisible tachar la política de YPF de cortoplacista y reductora de reservas», afirmó, antes de señalar que la motivación podría ser las «ganas de bronca» debido al origen español de Repsol.
Brufau recordó que la nacionalización «viene acompañada de una campaña de hostigamiento, de coacciones y de filtraciones interesadas para provocar la caída del precio de las acciones de YPF y facilitar su expropiación». Un gobernador de Patagonia, dijo, llegó a asegurar que el daño a YPF es «un beneficio para los patagónicos», ya que afecta a la cotización de las acciones.
El presidente de la petrolera consideró que «la expropiación es una forma de tapar la crisis social que vive Argentina» y explicó que ese país sufre, entre otros problemas, una inflación desmesurada, una crisis del transporte y una crisis le hace ser un país muy poco competitivo.
Por ello, afirmó que Cristina Fernández de Kirchner trata «a través de esta crisis de levantar la bandera de la expropiación y buscar un responsable en YPF» y sostuvo que la nacionalización de YPF es «un acto ilegítimo e injustificable» que, además, discrimina a la empresa argentina sobre otras del país y a Repsol sobre otros accionistas.
Además, consideró que otro factor que explica esta actuación es el interés del Gobierno argentino de controlar los yacimientos de petróleo no convencional descubiertos por YPF en los últimos siete años y, «sin duda», el gran hallazgo de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta «está detrás» de esta decisión.
«Alguien tiene que explicar por qué el administrador piensa que somos los culpables de todo lo que le pasa a Argentina, de su crisis energética, y por qué se nos somete a una vil expropiación», afirmó el presidente de la petrolera.
En este sentido, Brufau señaló que «más de la mitad» del discurso de Kirchner acerca de la expropiación giró en torno a Vaca Muerta, cuyo valor es de entre 13.000 y 14.000 millones de dólares.
Por este motivo, Repsol anunció «un amplio abanico de medidas legales» y exigirá en los tribunales un «resarcimiento por daños y perjuicios», a la par que presentará demandas que van de lo contencioso administrativo, a la vía constitucional, reclamaciones ante los mercados de valores, de carácter civil y mercantil y los tribunales internacionales de arbitraje.
Brufau aseguró que la nacionalización «no va a quedar impune» y consideró además previsible que «otros accionistas» de YPF tomen medidas legales contra el Ejecutivo argentino.
«Esta no es la Argentina querida, que merece más cosas», afirmó el presidente de la petrolera, quien consideró que «un país debe legislar a partir de la realidad, y no de lo que le gustaría ver». Brufau expresó además su «respeto» por «la sociedad y el pueblo» argentinos y dijo sentir «orgullo» por la forma en que Repsol YPF ha «unido culturas».
Por otro lado, el máximo dirigente de Repsol denunció la negativa de la presidenta argentina a reunirse con los responsables de la petrolera española así como con los del Gobierno español, algo que contrasta con las declaraciones de la presidenta argentina en 2010 cuando se mostró «extraordinariamente feliz por las inversiones de YPF en el país y por que fuera el mayor contribuyente».
Por otro lado, Brufau lamentó que la entrada de funcionarios argentinos en la sede de YPF para expulsar a directivos españoles fue «patética», «vergonzosa» e «impropia de un país moderno, amparándose en una ley del dictador Videla» y aseguró que a los directivos españoles «se les obligó a marcharse» cuando todavía no había concluido el discurso de la presidenta del país.
Asimismo, esta medida se tomó contra una empresa que «ha invertido 20.000 millones de dólares» en el país, cuando el segundo principal inversor del sector «no llega a un tercio» de esta cifra, señaló.
Los juristas de Repsol consideraron que el acto de toma de control de la sede de YPF supone de por sí una asunción del control de la empresa, lo que supone una vulneración jurídica adicional a la propia nacionalización.
«Ahora, el señor De Vido (Julio de Vido, ministro argentino de Planificación) debe de estar disfrutando sentado en mi silla, imaginándose cosas», aseguró Brufau.
El presidente de la petrolera aseguró que Repsol es «una familia» y que los altos directivos y técnicos afectados por el desalojo son más de cuarenta, entre los que figuran tres españoles.
Brufau mostró su confianza en que la decisión del Gobierno argentino «no sea irreversible», pero reconoció no ser «optimista» con la situación. La nacionalización «supone una gran decepción» para la compañía, que siente «tristeza» y que sufrió un «impacto emocional fuerte» al conocerla, afirmó.
Brufau propuso a Kirchner un plan para desbloquear la situación en YPF
Por otro lado, el presidente de Repsol también dijo que propuso, en una carta remitida el pasado 2 de abril, a la presidenta de Argentina un plan con participación pública e inversores internacionales para desatascar la situación en YPF.
En la misiva, Brufau, que expresaba su «máximo respeto y lealtad», desvelaba que YPF contaba con «avanzadas negociaciones con significados ofertantes que representan compañías internacionales de enorme capacidad inversora y de manifiesto compromiso con los mismos planes de crecimiento del Gobierno argentino».
Además, en uno de sus últimos intentos por arreglar la situación sobre YPF con el Gobierno argentino, Brufau indicó que la petrolera había encarado un plan de búsqueda de asociaciones «para ceder parte de su participación en sus concesiones, tanto convencionales como no convencionales, a empresas e inversores nacionales e internacionales«.
A este respecto, señaló que YPF propondría en cada área la participación que sería ofrecida a terceros, «que deberían reunir requisitos mínimos de solvencia y fiabilidad y decidir en cada caso quién será el operador».
El presidente de Repsol aseguraba a Cristina Fernández de Kirchner que, «en este enorme esfuerzo inversor», se podía considerar una presencia pública «de acuerdo al interés de cada provincia y del Estado nacional».
La expropiación no afectará al suministro de hidrocarburos a España
El presidente de Repsol también explicó que la nacionalización de su filial argentina YPF no afectará ni al suministro de hidrocarburos a España ni al precio de los combustibles, ya que el negocio en Argentina es «cerrado» y tiene como destino el propio mercado del país.
Brufau señaló que el petróleo extraído en las cuencas argentinas tiene como destino las refinerías del país, y dejó claro que España no importa combustibles del país austral.
Asimismo, la compañía española aseguró que la expropiación no afectará a sus planes de desarrollo ni a su estrategia en materia de dividendos, debido a la «solidez» de su posición financiera, según comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En concreto, según anunció el pasado mes de febrero, el consejo de administración de Repsol propondrá a la próxima junta general de accionistas un nuevo sistema de retribución (‘scrip dividend’), en cuya virtud se ofrecerá a los accionistas la posibilidad de recibir su retribución en efectivo o en nuevas acciones liberadas de la sociedad.
De esta forma, la compañía prevé que la retribución por acción correspondiente al ejercicio 2011 será, aproximadamente, un 10% superior a la percibida con cargo a los resultado de 2010.



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