Barack Obama insiste en eliminar los «injustos» subsidios a las empresas petroleras y gasísticas
En su tradicional mensaje semanal de los sábados, el mandatario recordó las «medidas con sentido común» que ideó para hacer frente al aumento del precio de la gasolina, que alcanzó los 4 dólares por galón, lo que eleva el precio del tanque a «más de 60 dólares».
Obama reiteró su plan para «poner fin a las dádivas a empresas petroleras de una vez por todas» en vísperas de la votación sobre el asunto que tendrá lugar en el Congreso la semana que viene. «Espero que demócratas y republicanos se unan y lo logren», indicó.
El presidente recordó que en los últimos meses, las grandes empresas petroleras tuvieron ganancias semanales de aproximadamente 4.000 millones de dólares.
«Sin embargo, reciben 4.000 millones en dinero de los contribuyentes todos los años, en un momento en que los estadounidenses apenas pueden llenar el depósito, en que tratamos de reducir el déficit», continuó.
«Antes de que asumiera la presidencia, los propios directivos de estas empresas incluso admitieron que los subsidios fiscales no tienen sentido«, argumentó Obama, quien insistió en que el pueblo estadounidense «no debe» subsidiar a las petroleras en un momento en que sus ganancias están por alcanzar «niveles récord».
En su lugar, defendió la inversión en fuentes limpias y renovables de energía como «solución definitiva para el alto precio de la gasolina».
Las políticas encaminadas a que los automóviles consuman combustible de forma más eficiente, por ejemplo, podrían ahorrar a las familias hasta 3.000 dólares en gasolina al año, aseguró el mandatario.
Dentro de las medidas orientadas a reducir el precio del petróleo, Obama también apuntó la creación de «un grupo de trabajo» encabezado por el fiscal general, Eric Holder, cuya misión será «combatir los casos de fraude o manipulación del mercado que podrían afectar el precio de la gasolina».
El Gobierno espera asegurarse así «de que nadie se aproveche de los consumidores en las estaciones de servicio», incluidas las actividades ilegales de «inversionistas y especuladores».
Obama también se marcó el objetivo de «aumentar la producción segura y responsable del petróleo dentro del país».
Para ello, explicó, instruyó al Departamento del Interior para que venda «concesiones anuales en la Reserva Nacional de Petróleo en Alaska», y acelere «la evaluación de recursos de gas y petróleo» en la región sur y centro del Atlántico, al tiempo que estudia otorgar concesiones para zonas nuevas en el golfo de México.
Además, señaló su intención de «dar tiempo a las empresas para que cumplan con estándares más altos de seguridad con relación a la exploración y perforación», en especial tras la moratoria temporal que se derivó del vertido de BP en el Golfo de México entre abril y julio de 2010.
«Mi Gobierno está otorgando extensiones de concesiones de perforación en regiones del golfo impactadas por la moratoria temporal, además de ciertos sectores en aguas de Alaska», aseguró Obama, y añadió que en este último estado designará a un equipo para coordinar esa tarea.
Por su parte, la oposición republicana criticó las propuestas del presidente estadounidense para expandir la explotación petrolera como una vía para hacer frente a la subida de los precios del crudo.
El presidente del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, Doc Hastings, afirmó que «un anuncio de ajustes políticos menores, aunque positivo, no elimina el historial del Gobierno de bloquear los recursos energéticos del país, destruyendo empleo».
En cambio, la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, alabó las propuestas de Obama, que consideró que garantizará «perforaciones seguras y responsables, protegerá a los contribuyentes y reducirá los precios en las gasolineras».


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