Atienza denuncia que la reforma energética es un «parche más en un modelo regulatorio que hace agua»
Atienza, en artículo que publicó este martes el diario «El País«, sostuvo que el proyecto de ley de medidas fiscales -actualmente en trámite parlamentario- establece «una fiscalidad arbitraria, distorsionadora de las decisiones de los agentes y de las señales del mercado, y desequilibrada en el reparto de la carga».
En ese sentido, afirmó que la nueva fiscalidad, «más allá de aliviar la presión sobre los peajes trasladando el coste a la generación para que las subidas de precios no aparezcan como decisiones del regulador sino del mercado, y ni siquiera se asegura que esa nueva recaudación fiscal, que en sus cuatro quintas partes terminará soportada por los consumidores», contribuye a reducir el déficit de tarifa.
El que fuera máximo responsable del gestor del sistema eléctrico español aseguró que, ante la caída de la demanda a niveles de 2005, «hace innecesarias inversiones relevantes en nueva capacidad de generación hasta finales de esta década».
Atienza apuntó que en el sistema español existe un «exceso de capacidad, consecuencia de las fuertes inversiones en ciclos combinados y en renovables a partir de expectativas de crecimiento» y «un mix caro» porque «hemos desarrollado algunas renovables con un ritmo excesivo para su madurez tecnológica» y existen «costes adicionales, incentivo al carbón nacional y sobrecostes de los sistemas eléctricos extra peninsulares, que es discutible si deben ser soportados por los consumidores eléctricos o por los contribuyentes como expresión de solidaridad del conjunto de los españoles».
Ante esta situación, el que también fuera ministro en uno de los gobiernos de Felipe González, abogó por una política energética que «proporcione un horizonte y una base regulatoria estable y que fortalezca la competencia en el sector».
A su juicio, este marco «debe incorporar un acuerdo sobre cómo distribuir entre empresas, contribuyentes y consumidores, tanto eléctricos como energéticos en general, y entre consumidores actuales y consumidores futuros, los costes de nuestra senda hacia un modelo energético más robusto, más competitivo y mucho más limpio».



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