Anomalías, déficits tarifarios y silencios

Esas certezas y determinación pasan por la percepción clara de las posiciones de las autoridades energéticas y también por conocer el procedimiento de abordaje de estos problemas, más que por los ejercicios discursivos al efecto.

Haciendo una cronología de estos primeros momentos del año y legislatura, por un lado, se han producido acontecimientos que, con un grado de opacidad considerable, tienen efectos sobre cuestiones tan relevantes como el déficit tarifario eléctrico. Se trata de la revisión de la tarifa eléctrica para este primer trimestre del año, en el que supuestamente se ha asumido la sentencia del Tribunal Supremo respecto a la rebaja de los peajes del mes de octubre de 2011 para evitar la subida de la electricidad.

Y, al mismo tiempo, se ha absorbido la bajada en los precios de la electricidad ocurrida en el mercado de generación y en las subastas CESUR pero, a la vez, no se ha incorporado totalmente el efecto completo del incremento de los costes regulados en la tarifa. Por su parte, sí que se ha producido una ligera elevación de los peajes para los clientes liberalizados, modificación incluida en el último momento, previo a la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la revisión de tarifas para el primer trimestre de 2011.

Al mismo tiempo, el Real Decreto Ley (convalidado ayer) ha trasladado 2.926 millones de euros adicionales a estos costes regulados como parte de los costes de los sistemas extrapeninsulares a cambio de elevar el déficit tarifario, reduciendo el déficit público. Ingeniería financiero-contable muy discutible, arriesgada e improvisada. Por tanto, hoy no se conoce de este conjunto de medidas cuál será la resultante en términos de déficit tarifario, pero lo razonable, empleando métodos no mucho más sofisticados que las cuentas de la vieja, es que crezca más lo previsto legalmente para este año.

Por su parte, el sector gasista también ha entrado en déficit tarifario, como ya informaba Energía Diario el pasado mes de diciembre, fruto del crecimiento de los costes regulados y de las inversiones en transporte y almacenamientos. El hecho es que el aumento de dichas inversiones y la caída de la demanda vienen a conformar una brecha de 294 millones de euros en 2011 (un déficit tarifario) y la senda de 2012 para entrar en déficit estructural gasista está abierta.

Por un lado, determinadas tecnologías que tienen pendiente la revisión de su marco regulatorio, ya han hecho llegar al gobierno su recordatorio para recuperar las negociaciones respecto al futuro del sector. Es el caso del sector eólico, cuya proceso negociador, muy accidentado en el final de la legislatura anterior, quedó en un espacio en blanco que tendrá que ser recuperado de cara a definir ese marco a futuro. En todo caso, seguramente que, en breve, empezarán a llamar a la puerta del nuevo Ministro y Secretario de Estado de Energía los representantes de los distintos sectores y subsectores energéticos con sus respectivas problemáticas.

Por su parte, el Ministro de Industria, Energía y Turismo ha comenzado ejerciendo sus dotes fuertemente políticas, con un importante número de declaraciones, de forma que en sus intervenciones públicas habla más de la reforma laboral, del mercado laboral y del déficit público que del déficit tarifario. Sus declaraciones son enormemente políticas en lo que se refiere a los déficits tarifarios, pero insuficientes e inconcretas.

Desde afirmar que hay que «atajar a tiempo el déficit de tarifa» a que «todas las tecnologías pueden entrar en el mix de generación» con expresiones muy discursivas. En todo caso, se inscriben en la misma línea que los comportamientos políticos, de la misma forma que los Ministros de Economía y de Hacienda, hablan de temas recíprocos o el Presidente del Gobierno acude casi a regañadientes a una entrevista pactada con la Agencia EFE, tras las fuertes críticas en los medios de comunicación (incluso afines) por su silencio tras la subida de los impuestos.

Y del nuevo Secretario de Estado Fernando Marti Scharfhausen, un viejo conocido de la afición, ex Vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía, no se tienen noticias hasta el momento, en un mutis también calificable de silencio sonoro. Dado que conoce el sector y estas problemáticas, ¿qué pensará de todo esto? ¿Cuáles serán sus primeros pasos? ¿Cómo tiene previsto abordar este escenario?

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