Angela Merkel pide revisar la seguridad de la totalidad de centrales nucleares en Europa

«La seguridad de las centrales nucleares dentro de la Unión Europea es algo que afecta a todos los estados miembros y por eso formará parte de nuestra agenda», precisó Angela Merkel en una intervención en el Bundestag, antes de la cumbre europea.

Merkel reiteró que tras el accidente de Fukushima hay una antes y un después para la reflexión sobre la energía atómica en el mundo. «Es un acontecimiento que marca al mundo y que va a cambiarlo. Es por ello que pienso que es justo darse un tiempo de reflexión» y ver cuáles son las «lecciones» que se pueden aprender de un catástrofe de este tipo, dijo.

Según Merkel, Alemania y Francia impulsarán en el G-20 una iniciativa para mejorar la seguridad de las centrales atómicas en todo el mundo.

Pese a que hace unos meses su gobierno decidió prolongar la vida útil de las centrales del país en contra de la opinión pública alemana, la canciller declaró que «cuanto antes se salga, mejor».

No obstante, no anunció ningún calendario preciso. «La salida deberá hacerse con prudencia» y el debate deberá realizarse con «bases racionales», agregó.

«Discutir racionalmente significa que no sirve de nada cerrar las centrales nucleares si es para importar energía atómica de nuestros vecinos«, precisó en alusión a Francia, sobre todo.

Merkel subrayó que «es urgente desarrollar el abastecimiento energético del futuro», juzgando que el final de la era nuclear en Alemania sólo llegará cuando los precios de la electricidad procedente de las energías renovables sean «abordables» y cuando las infraestructuras sean suficientes.

Pese a la precaución, la salida de Merkel será dura de aceptar para los cuatro gigantes de la energía alemanes, E.ON, RWE, EnBW y Vattenfall, todos operadores de centrales nucleares.

Las cuatro empresas se habían considerado ganadoras cuando el pasado año la coalición gubernamental conservadora-liberal había cumplido una de las grandes promesas de campaña y anunció la prolongación en 12 años la vida de 17 reactores del país.

Entonces enterró el calendario heredado del gobierno precedente socialdemócrata-verdes, que preveía el cierre de la última central hacia el 2020. Los gigantes de la energía que el año pasado fueron invitados a la cancillería para defender sus reactores, fueron sorprendidos por el cambio del gobierno.

Por el momento, los cuatro operadores mantienen el perfil bajo, para no afectar a la opinión pública traumatizada por lo que ocurre en Japón, aunque ya mostraron su desacuerdo con estos cambios.

El patrón de E.ON, Johannes Teyssen, ya hizo saber que en su opinión, «no es razonable deshacer solo una parte del paquete» legislativo que prevé la creación de un fondo de desarrollo de las energía renovables financiadas por las empresas que explotan los reactores nucleares. Tanto E.ON como RWE dejaron en suspenso la cuestión sobre eventuales acciones jurídicas contra el cierre forzado de los reactores.

Además, a tres días de las elecciones regionales en los estado federados alemanes Baden-Wurtemberg y Renania-Parlatinado, el debate sobre el abandono de la energía nuclear y la credibilidad del gobierno de la canciller Merkel dominó nuevamente la agenda política.

Según el diario Sueddeutsche Zeitung, el ministro de Economía, Rainer Bruederle, minimizó la reciente moratoria sobre el uso de la energía nuclear en una reunión cerrada con representantes de grandes empresas como estrategia en las campaña electorales actuales, con lo que se intentó calmar las protestas de las empresas energéticas.

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