Alemania afirma que «el apagón nuclear» debería llevarse a cabo «tan rápido como sea razonable»
El ministro de Medio Ambiente, el cristianodemócrata Norbert Röttgen, realizó esta afirmación ante los medios de comunicación al hacer público el informe de la Comisión de Seguridad Nuclear (RSK), solicitado por el Ejecutivo federal a raíz del accidente de Fukushima.
«Debemos encontrar una forma de abandonar la energía atómica tan rápido como sea razonable», destacó Röttgen como una de las conclusiones fundamentales del informe, pero matizó de seguido que también queda patente en el documento que el «apagón nuclear» no puede ejecutarse «de forma inmediata».
Al informe de la RSK se sumará a finales de este mes el de la llamada Comisión Ética nombrada por el gobierno para proponer plazos para el abandono de la energía nuclear, documentos que el equipo de la canciller federal, Angela Merkel, reclamó antes de tomar una decisión.
Röttgen agregó que Alemania debería buscar fuentes de energía «más interesantes» y «seguras», en referencia a las renovables, y resaltó que los resultados obtenidos del examen de riesgos por las 17 centrales nucleares del país han sido «muy diferenciados».
Así, las siete centrales más antiguas del país -las que se cerraron de forma temporal tras el accidente de Fukushima- son las que peor han puntuado en este análisis técnico, que considera posibles inundaciones, ataques terroristas incluso con aviones suicidas, terremotos y fallos del suministro eléctrico, entre otras eventualidades.
Reiterando las evaluaciones políticas previas, estas siete instalaciones se situarían en el nivel de seguridad más bajo, grado uno -o incluso cero, en el caso de cuatro-, sobre un máximo de tres.
No obstante, Röttgen evitó decir que estas centrales atómicas, construidas antes de 1980, vayan a ser clausuradas permanentemente una vez que concluya la suspensión de tres meses que se les impuso para su revisión tras la catástrofe de Fukushima.
A este respecto, algunos políticos de la oposición, como el recién nombrado primer ministro del estado federado de Baden-Wurtemberg, el ecopacifista Winfried Kretschmann, expresaron ya sus dudas sobre la posibilidad de que estas antiguas instalaciones vuelvan a entrar en funcionamiento.
Las otras diez centrales, por su parte, lograron una calificación media de grado dos, aunque ninguna obtuvo en todas las categorías el grado dos. Ninguna alcanzó la máxima categoría de seguridad trazada por el informe de la RSK.
«En cada central atómica hay una mezcla de fortalezas y debilidades, lo que implica una serie de riesgos diferentes que ahora hemos identificado», apuntó Röttgen.
En este sentido, Rudolf Wieland, jefe de la RSK, añadió que ninguna ha obtenido el grado tres de media, que ninguna obtuvo en todos los apartados un grado dos y que sí que algunas alcanzaron en todas las categorías el grado uno.
El ministro subrayó que este informe técnico debe servir de base «real» y cualitativa, con nuevos datos fruto de un trabajo «intensivo», para que el Ejecutivo federal pueda alcanzar «una decisión» sobre el futuro de la energía atómica en Alemania.
«Esta imagen de conjunto de los riesgos debe servir de base para el debate sobre el abandono de la energía nuclear», afirmó el titular de Medio Ambiente alemán.
Esta previsto que a principios de junio el Ejecutivo encabezado por Angela Merkel apruebe su nuevo plan energético, que sustituirá al proclamado a finales del año pasado y que apostaba por prolongar el uso de la energía atómica.




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