El Gobierno hará un «último intento» para lograr el pacto energético en próximos días

En el Pleno del Congreso de los Diputados, donde compareció para hablar de la situación del mercado laboral, subrayó que si este intento no prospera, presentarán con «carácter inmediato» los elementos de la reforma energética.

En este caso, el Gobierno «tratará de conciliar los diversos objetivos e intereses que están en juego en la misma», apuntó el responsable del Ejecutivo.

«La reforma es necesaria y no puede demorarse«, añadió, al tiempo que confió en que el «amplio» consenso alcanzado en la Subcomisión de energía del Congreso «en torno al mix energético» ayude al «reinicio» de este acuerdo marco.

José Luis Rodríguez Zapatero apuntó que el Gobierno definirá las principales medidas a adoptar para reconducir el problema del déficit tarifario y continuará con la liberalización de los mercados minoristas de gas y electricidad reduciendo los consumidores sujetos a la Tarifa de Último Recurso.

El presidente recordó que el proceso de diálogo con el PP no ha dado resultados por el momento y reconoció que es necesario el «máximo esfuerzo» por parte de todos para alcanzar el pacto. De hecho, no alcanzar este acuerdo ha provocado un retraso en las medidas por el que reconoció su «preocupación» ante la Cámara Baja.

Por eso mismo, Zapatero insistió en la necesidad de alcanzar un acuerdo en este asunto, e hizo una «petición especial» al líder del PP, Mariano Rajoy, para que muestre el «máximo interés» en este asunto.

«Estoy convencido de que las diferencias, algunas de connotaciones ideológicas, de partido, son pocas y no pueden ser insalvables«, remarcó Zapatero, rebajando el tono de su primera intervención, cuando advirtió a los populares que les dará una última oportunidad de acuerdo en unas semanas y, si no hay acuerdo, el Ejecutivo lanzará «de inmediato» la reforma del sector.

El jefe del Ejecutivo reiteró que el diálogo es «conveniente incluso cuando no se traduce en acuerdos inmediatos ulteriores» y se seguirá practicando, pero en ningún caso abdicará de la «responsabilidad» con las reformas. «Cada cual debe valorar la cuota que le corresponde de esa responsabilidad», ha incidido.

«La responsabilidad de reactivar la economía en una situación de crisis tan grave, ni es ni debería ser sólo del Gobierno», aseveró, para continuar diciendo que «sería un factor de confianza muy positivo», incluso aunque fuera el PP y Mariano Rajoy el que amortizara ese acuerdo en términos de confianza de los ciudadanos, porque tendría «extraordinaria importancia» en la economía.

Asimismo, el presidente del Gobierno, aseguró que su disposición a negociar con el PNV las medidas económicas que desarrollará en lo que resta de legislatura se centrará «de manera singular» en la política energética para poder «hacer más y con mayor consenso».

Por otro lado, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, negó haber pactado con el PSOE garantizar la vinculación de Iberdrola con el País Vasco ni ‘blindarla’ ante el propósito de ACS de asumir mayor peso en la gestión, pero resaltó la importancia que tiene para Euskadi no sólo el hecho de que la compañía tenga su sede en Bilbao, sino su proyecto industrial y la riqueza que crea en la región.

«En absoluto. El PNV no entra en esa cuestión y mucho menos en una negociación de Presupuestos con el PSOE», afirmó en contestación a una pregunta sobre si la estabilidad del proyecto de Iberdrola había formado parte de las negociaciones.

A este respecto, dejó claro que los dueños de Iberdrola son sus accionistas, y recordó que uno de ellos es la caja BBK, que posee un 7,5% del capital de la eléctrica. Asimismo, destacó que la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, era «una de las dos grandes empresas del Estado español que tienen sede en el País Vasco» (la otra es BBVA).

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