Las políticas de la Unión Europea para fomentar los biocarburantes apenas afectan a los precios de los alimentos
La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, ha insistido en que las políticas de la UE para fomentar los biocarburantes tienen un efecto «verdaderamente limitado» en los precios de los alimentos, porque muy poca producción agrícola europea se destina a ese tipo de combustibles.
Fischer Boel ha subrayado, en la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo (PE), que hay «otras razones» por las cuales están subiendo los precios de los alimentos, aparte de los biocombustibles y que en la UE solamente un 1% del cultivo de cereales se emplea para la obtención de bioetanol.
En cualquier caso, la comisaria ha recordado que en la propuesta para la revisión de la Política Agrícola Común (PAC), que hará pública el día 20 en Estrasburgo (Francia), planteará suprimir la ayuda actual de 45 euros por hectárea, pagada por el cultivo de materia prima para biocarburantes.
Bruselas es partidaria de potenciar los biocombustibles de «segunda generación» es decir aquellos que no se obtienen con producciones agrícolas para fines alimentarios.
La comisaria se ha referido al encarecimiento de los alimentos y ha apuntado en este sentido que el precio pagado por las materias primas a los agricultores tiene poca repercusión en el que finalmente pagan los consumidores.
Asimismo, la comisaria ha dicho que aún siendo muy altos los precios de las materias primas agrícolas, esta subida se produce después de años de cotizaciones bajas y por ejemplo, los precios de 1975 eran «el doble de los de hoy».
Bruselas insiste en que el impacto del aumento mundial de los precios alimentarios es más moderado en la renta de los ciudadanos de la UE, debido a que cada vez contribuyen menos al precio final los de las materias primas y también a que en los hogares europeos la alimentación supone un 14% del gasto, índice relativamente bajo.
La comisaria ha defendido que Bruselas ha respondido a la situación de alza de precios con medidas como la supresión del barbecho obligatorio, para propiciar un aumento de la cosecha de cereales; la subida del 2% de las cuotas lecheras o la supresión de aranceles a las importaciones de cereal.
Fischer Boel ha añadido que aunque en la media de la UE el impacto del gasto alimentario es relativamente pequeño, esto «esconde» la repercusión mayor en las familias con menos ingresos.
En este sentido, la comisaria ha aludido al programa europeo de distribución de alimentos entre las clases menos favorecidas, que debe revisarse debido a que se nutría de los excedentes agrícolas y en estos momentos casi no hay existencias almacenadas.
Fischer Boel espera presentar en septiembre una propuesta para revisar ese régimen de ayuda, en la línea con las revisiones de la PAC.




Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir