«Ninguna empresa española alcanza el 25 % de cuota de mercado en el sector eléctrico»

PREGUNTA.- ¿Cómo valora el grado de liberalización del sector eléctrico español?

RESPUESTA.- En la actividad de producción, el grado de liberalización del sector eléctrico español es francamente bueno. Sin embargo, en la actividad de comercialización lamentablemente no solamente no se ha avanzado sino que se ha retrocedido con respecto a la situación de hace un par de años.

Para profundizar en la liberalización de la actividad de producción sería bueno ir trabajando en mejorar algunos aspectos, aunque sea como objetivo a medio plazo. Por ejemplo, la actual normativa de incentivo a la generación, que discrimina entre centrales según su edad, es incompatible con la visión de un mercado liberalizado, en el cual a los agentes se les retribuye según el valor del producto que producen, y no según sus costes, su tecnología o la antigüedad de sus instalaciones. Además, no sé si realmente los inversores confían en que este pago se mantenga, y por ello sospecho que tiene una efectividad limitada como incentivo a la inversión. Por ello sería deseable plantearse su eliminación.

Sin embargo, para asegurar la coherencia y estabilidad del modelo, la eliminación del incentivo a la inversión en generación deberá ir acompañada de dos reformas. La primera es permitir que el precio de las ofertas de demanda pueda fijar el precio del mercado -actualmente el precio se fija siempre igual a la última oferta de generación aceptada-. La segunda es incrementar el tope en el precio del mercado diario -que actualmente se sitúa en 18 c€/kWh- hasta un nivel coherente con el valor real de la energía en situaciones de escasez, que se sitúa en varios euros por kWh.

Evidentemente, estas reformas serán tanto más fáciles y viables cuanto menores sea las restricciones en la red de transporte o mayor sea el nivel de contratación. Con respecto a las restricciones en la red de transporte, sería deseable repasar la normativa y dar incentivos a REE para que reduzca la frecuencia de las congestiones. Con respecto al nivel de contratación, entiendo que cuando pasemos al esquema de precios máximos para el suministro de último recurso la contratación a plazo se incrementará de forma natural hasta un nivel suficiente.

En la actividad de comercialización, el mercado apenas se ha desarrollado. Sin duda, la causa es el hecho de que las tarifas integrales no se hayan incrementado en los últimos años para reflejar el incremento del coste real de la electricidad en el mercado mayorista. De hecho, se ha producido un retroceso en la liberalización que no se resolverá hasta que las tarifas integrales, o el precio máximo del suministro de último recurso, se fijen teniendo en cuenta el coste real de la electricidad en el mercado mayorista. Es deseable que esto ocurra cuanto antes para que la comercialización se desarrolle.

PREGUNTA.- Hay quienes señalan que se está produciendo una involución en el mismo a raíz de prácticas regulatorias recientes ¿cómo valora este fenómeno?

RESPUESTA.- Los problemas existentes en el mercado tienen, mayoritariamente, un origen regulatorio, y la intervención del regulador tiene su origen en una desconfianza -a veces interesada- sobre si los mercados eléctricos pueden realmente funcionar y proporcionar un suministro a mínimo coste.

Los escépticos aprovechan el hecho de que, en el corto plazo, los costes marginales son más sensibles que los costes medios a las fluctuaciones de la demanda, la capacidad disponible, la hidraulicidad, los precios de los combustibles y del CO2, etc. Por ello, aunque en media el coste de suministro tienda a ser menor en un esquema de mercado liberalizado que en uno regulado, de cuando en cuando pueden surgir episodios de precios elevados. Ante estos episodios, surgen presiones de consumidores para que “se haga algo” y para los reguladores resulta muy difícil quedarse de brazos cruzados y dejar que el mercado siga su curso.

El problema es que podemos acabar en un círculo vicioso en el cual la intervención de regulador impide que el mercado funcione y si el mercado no funciona se aduce que hay que incrementar la intervención del regulador. Con esto no quiero decir que nunca se justifique la intervención del regulador, pero sí que debe considerarse si dicha intervención está realmente justificada con una perspectiva no solamente de corto plazo, sino también de largo plazo.

PREGUNTA.- Se afirma que el sector eléctrico español es escasamente contestable, ya que existen barreras de entrada. ¿Qué opina Vd. al respecto?

RESPUESTA.- Tales afirmaciones ignoran la realidad del mercado. No solamente están entrando unos 3000-4000 MW de nueva capacidad de generación en Régimen Ordinario cada año, sino que aproximadamente el 50% de esa inversión se ha realizado o está previsto que se realice por agentes que no tenían anteriormente presencia en la actividad de generación en España. Más allá de disquisiciones teóricas sobre posibles barreras a la entrada, esta evidencia de entrada demuestra sin lugar a dudas que las preocupaciones sobre posibles barreras a la entrada en generación estaban infundadas.

De hecho, cabría preguntarse si un sistema planificado, con la rigidez que los caracteriza, hubiera sido realmente capaz de atender un crecimiento de la demanda eléctrica como el experimentado en los últimos años o si, por el contrario, nos hubiéramos encontrado con serios episodios de escasez de suministro.

En la actividad de comercialización lo que ha impedido la entrada de competidores ha sido el hecho que las tarifas reguladas no reflejen el coste real del suministro han impedido el desarrollo del mercado. Hasta que no se eliminen estas tarifas, o reflejen el coste real de suministro, el resto de discusiones sobre la existencia o no de barreras a la entrada serán especulativas, y la mayoría de las barreras tendrán origen regulatorio o se podrán resolver con medidas regulatorias.

PREGUNTA.- También se afirma que un mercado ‘spot’ de corto plazo que centraliza toda la energía no permite producir precios competitivos. ¿Está usted de acuerdo con esta afirmación en el caso español?

RESPUESTA.- En absoluto. No solamente un mercado ‘spot’ que centraliza toda la energía permite producir precios competitivos, sino que dicho diseño es el que mayores garantías ofrece de que los precios sean efectivamente competitivos.

El rechazo que a veces produce la idea de que el mercado spot centralice la energía proviene de una comprensión equivocada de cómo funcionan los mercados eléctricos. El hecho que el mercado spot centralice toda la energía no quiere decir que los distintos agentes no puedan cubrir sus riesgos de precio, sino simplemente que dichos contratos serán de tipo financiero. Esto hace que toda la energía pase por el filtro del mercado, asegurando que siempre se programen aquellas centrales que puedan atender el suministro a mínimo coste. El hecho que los contratos se denominen “financieros” en lugar de “físicos” no tiene la menor relevancia a efectos de la seguridad de suministro, ya que la diferencia entre uno y otro radica simplemente en cómo se liquidan.

El mercado spot también produce rechazo en ocasiones porque el precio del mercado se fija con criterios marginalistas, esto es, igual a la oferta más elevada aceptada, en lugar de pagar a cada generador la oferta que cada uno realiza. Sin embargo, todos los mercados, ya sean eléctricos o no, resultan en un precio igual a la oferta más cara. Por ejemplo si a cada agente se pagara su propia oferta, lo que comúnmente se denomina “pay-as-bid”, estos ya no presentarán ofertas iguales a sus costes de producción, sino ofertas iguales a su expectativa de cual será la oferta más cara que será aceptada, por lo que no resultaría un coste menor para los consumidores. En la medida que esas expectativas no sean exactas, y dicho método de casación se use para programar centrales, el despacho resultante será ineficiente y el coste de la energía para los consumidores será mayor. De hecho, en el Reino Unido se probó a utilizar transacciones bilaterales para el mercado spot y se han ido introduciendo reformas para volver a un esquema marginalista.

Finalmente, disponer de un mercado spot marginalista y profundo como el actual favorece la competencia. En primer lugar, en un mercado marginalista los pequeños agentes no juegan con desventaja con respecto a los grandes, ya que optimizar su oferta solamente requiere conocer sus propios costes y no es preciso predecir el precio de la oferta más cara que será aceptada por el operador del mercado en cada hora del día. En segundo lugar, en un mercado marginalista, los agentes verticalmente integrados no pueden bloquear el acceso al mercado por parte de nuevos entrantes, ya que estos siempre pueden vender o comprar su energía en el mercado spot. En tercer lugar, el regulador puede realizar una supervisión de que los generadores se comportan de forma competitiva, presentando ofertas que reflejan sus costes de funcionamiento.

PREGUNTA.- Del mismo modo se afirma que el mercado mayorista español no funciona correctamente y que la oferta está altamente concentrada. Así, las dos principales empresas eléctricas de España, Iberdrola y Endesa, poseen un 47% del mercado eléctrico, lo que ha suscitado críticas por que pueda suponer una situación de poder de mercado excesivo. ¿Cree que los operadores están utilizando indebidamente esa cuota de mercado? ¿Cómo valora esta situación en el contexto del sector energético europeo?

RESPUESTA.- Tras la liberalización del mercado en el año 98, las críticas se referían a que las dos principales empresas producían un 80% de la energía del mercado. Ahora esa cifra se sitúa por debajo del 50% y se sigue hablando de un poder de mercado excesivo.

El mero hecho de que hayamos adquirido la costumbre de sumar las cuotas de mercado de los dos principales operadores para describir el nivel de concentración resulta no solamente arbitrario sino inadecuado, ya que equivale a suponer que ambas empresas actúan de forma perfectamente concertada. Tal nivel de connivencia no parece corresponderse con la realidad. Por ello, cuando se habla de cuotas de mercado, sería más correcto describir el mercado eléctrico español como uno en el cual la mayor empresa eléctrica tiene una cuota del mercado de producción que apenas supera el 25%.

Con respecto a si los operadores están utilizando indebidamente esa cuota de mercado, en los últimos 5 años tanto el nivel como el comportamiento de los precios del mercado eléctrico español han sido similares al del resto de mercados eléctricos europeos. Esa evidencia indica que el precio del mercado simplemente ha reflejado los costes de suministro, sin que la concentración haya influido de forma apreciable.

PREGUNTA.- El Libro Blanco proponía una regla muy simple para delimitar la concentración horizontal. Ninguna empresa puede disponer en el mercado mayorista español de una capacidad de oferta (potencia instalada) de libre disposición superior a un porcentaje que el Libro Blanco lo fija en el 22 % ¿Qué opina de esto?

RESPUESTA.- La propuesta del Libro Blanco se basaba en el uso de un modelo de simulación, no en un análisis de los resultados reales del mercado. Como ya he dicho, los precios observados en el mercado se corresponden con los del resto de mercados eléctricos europeos y no hay barreras a la entrada, por lo que no hay evidencia de que la concentración horizontal sea un problema en España.

Además, el modelo utilizado en el Libro Blanco contenía una serie de simplificaciones que, en cierto modo, predeterminaban las conclusiones del modelo. Por ejemplo, dicho modelo ignoraba totalmente el efecto de los contratos, de la supervisión del regulador, de la incertidumbre o de la amenaza de entrada de nuevos agentes. Por ello, no es sorprendente que el resultado fuera una visión negativa sobre el mercado y la competencia.

PREGUNTA.- Se están aplicando subastas de energía para detraer poder de mercado a las empresas eléctricas con mayor cuota de mercado actual. ¿Cree que estas subastas constituyen una solución?

RESPUESTA. En realidad, las centrales virtuales no son más que contratos de suministro, que no difieren sustancialmente de los negociados en el mercado OTC o en el OMIP. Este tipo de subastas de centrales virtuales tienen especial sentido en aquellos mercados eléctricos en los cuales no existe un mercado spot líquido y los potenciales entrantes no tienen otra forma de conseguir electricidad a un precio competitivo. Por eso en tales mercados las centrales virtuales se instrumentalizan como contratos físicos mientras que en España pueden ser indistintamente físicos o financieros.

En España, los potenciales entrantes pueden acudir al mercado spot o al OMIP, donde las compras de las distribuidoras y la presencia de market-makers aseguran un nivel adecuado de liquidez. No obstante, la obligación de subastar centrales virtuales contribuye a mitigar las suspicacias sobre el nivel de concentración en el mercado, y por ello pueden desempeñar un papel importante al dar confianza sobre el funcionamiento del mercado.

Dicho esto, el volumen objeto de subasta no debe ser excesivo, en el sentido de ser superior al que demandarán los compradores, ya que en tal caso el precio que resultará en la subasta será inferior al precio esperado en el mercado spot y la venta de centrales virtuales habrá tenido un efecto expropiatorio sobre los vendedores que solamente beneficiará a los traders, lo cual es especialmente indeseable en una situación en la cual existe un déficit tarifario.

Mañana, segunda entrega de la entrevista a Óscar Arnedillo

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