Instalados en la provisionalidad
El mecanismo que sustituye a la garantía de potencia, los denominados ‘pagos por capacidad’ no han entrado aun en vigor, prolongándose la tierra de nadie de la transición del sistema anterior durante más de seis meses. Esta situación que ha venido aplazándose desde octubre de 2007, tendrá que ser tratada con retroactividad (aunque sólo hasta enero, de acuerdo a la orden de tarifas para este año) una vez se resuelva su tramitación. La favorable evolución climatológica de este invierno, el calendario electoral y el trámite hasta su aprobación y puesta en marcha ha hecho que esta cuestión pase a un segundo plano y la urgencia por resolver esta provisionalidad se aparcara.
Hasta la revisión de tarifas del cuatro trimestre de 2007 el sistema eléctrico contaba con mecanismos para garantizar capacidad de generación eléctrica de reserva en un momento dado. Se trataba de la retribución por garantía de potencia. Esta retribución permitía contar con potencia eléctrica de reserva de cara a la posible existencia de ‘picos de demanda’ (situación que puede producirse en determinadas circunstancias climatológicas). Esta retribución era especialmente importante para algunas centrales cuya puesta en funcionamiento o aumento de producción derivada de sus tecnologías era muy rápida (ideal para cuando existen puntas de consumo).
El hecho es que, con la entrada en vigor de las tarifas del cuarto trimestre del año pasado, se produjo la suspensión de los pagos por garantía de potencia a las empresas eléctricas (eso si, paradójicamente, no se produce esa interrupción de la obligación de pago por parte de los consumidores por este mismo concepto), en contra del Real Decreto que determinaba la tarifa para todo el ejercicio. En definitiva, la garantía de potencia, era un mecanismo que permitía garantizar la disponibilidad de determinadas instalaciones para necesidades de consumos punta. Por ejemplo, en ese momento, se retiró la retribución por garantía de potencia a las instalaciones nucleares.
¿Cuál fue el sentido de una demora con tanto riesgo en ese momento? El ahorro al sistema de los pagos por este ‘seguro’ o ‘respaldo’de generación de energía. Se produce en ese momento una actuación regulatoria cuya interinidad va dirigida a conseguir enjugar parte del déficit tarifario, mediante el recorte de un concepto retributivo a las centrales. Por ejemplificarlo, es como no pagar no pagar el seguro del coche y que el tiempo pase sin que sucedan accidentes. Ahora el trámite está en otra fase, una vez informado por la Comisión Nacional de Energía, es preciso el desarrollo reglamentario del sistema de pagos desde el Ministerio de Industria y, posteriormente, la determinación de los importes para cada instalación por este concepto.
El hecho es que estamos casi en mayo de 2008, el problema sigue abierto y aunque la retribución por este concepto será retroactiva una vez que se complete su desarrollo reglamentario, todavía no se conoce lo que le corresponde a cada instalación. De hecho, el Consejo de Administración de la CNE aprobó recientemente (el pasado 4 de abril) un informe, que remitió al Ministerio de Industria, en el que propone tres mecanismos para la asignación de pagos por capacidad. El primero basa el pago de esta partida, que se reconoce a las centrales por su disponibilidad en horas de máxima demanda, en función de la potencia que se contrate en la punta de consumo. Esta opción, explica el organismo, supone que los consumidores hagan frente a este coste independientemente de si consumen o no. El segundo opta por vincular ese pago a la potencia demandada en horas punta y asignar mayor coste a las horas en las que hay más probabilidad de que se produzca escasez de oferta. El tercero se basa en la propuesta realizada por Red Eléctrica de España (REE), que distingue dos productos diferentes: uno, para centrales hidráulicas y otro, para centrales térmicas.
Apagón de interrumpibles
La anulación inicial de la garantía de potencia, sin la formulación de un sistema alternativo, atrajo como primer riesgo la posibilidad (más o menos remota, pero posible, en función de la capacidad excedentaria y la climatología) de apagones. Por ello, a principios de diciembre, Red Eléctrica, ante una punta de demanda, tuvo que desconectar a los grandes clientes que cuentan con contratos de interrumpibilidad (grandes empresas cuya tarifa establece la posibilidad de ser desconectadas en momentos punta de consumo) debido a la insuficiencia del sistema eléctrico para garantizar el suministro en ese momento.
Coincidió esa elevación de la demanda por las temperaturas de ese momento, con la inexistencia del mecanismo de garantía potencia y con un número importante de indisponibilidades de las centrales, (aproximadamente el 50 % programadas y el 50 % no programadas). En ese momento, se produjo en primer lugar, la necesidad de desconectar a los grandes consumidores. Al mismo tiempo en el seno de la Comisión Nacional de Energía se requirió se investigase sobre la gestión de las indisponibilidades por parte del operador de sistema Red Eléctrica, para haber llegado a aquella situación. Según se pudo saber, esta situación se produjo un visible enfado por parte del anterior Secretario General de Energía, Ignasi Nieto, que lo consideró en su momento ‘un pulso’ de las empresas a su actuación regulatoria.
Ahora la situación es diferente, el derecho está reconocido pero está pendiente de definición final para cada instalación, lo que hará retroactivo sus efectos, pero se sigue alargando esta provisionalidad enormemente diltatada. Con enfado y sin enfado, entendiendo o no, lo que quiere decir retirar un concepto de este tipo de la retribución de los centrales, a este momento, el problema de la garantía de potencia sigue sin resolverse y todavía puede dar alguna sorpresa.
Un nuevo tema que pone encima de la mesa del nuevo Ministro de Industria, Miguel Sebastián y de su equipo que toma posesión hoy.




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