Juan Iranzo defiende el uso del carbón limpio, la nuclear y la investigación de almacenamiento para mejorar la seguridad de suministro

El director del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, defendió ayer la necesidad de utilizar más carbón para garantizar el suministro de electricidad, además de incrementar el número de centrales nucleares e investigar los sistemas de almacenamiento energético.

El Club Español de la Energía presentó ayer en el Hotel Intercontinental de Madrid el libro “Energía. Una visión económica”, una obra en la que han intervenido más de diez autores y que pretende, tal como explica el presidente de Eurelectric, Rafael Miranda, presentar por primera vez una focalización poliédrica de la energía en un contexto de la economía nacional e internacional.

La obra está configurada por 10 capítulos, elaborados por distintos autores, y dedicados cada uno de ellos a un aspecto concreto de la energía en el contexto económico nacional e internacional. Juan Iranzo es autor del segundo capítulo, referido a la vulnerabilidad energética. Otros autores son José Claudio Aranzadi, Blas Calzada, José Carlos Díez, Juan Manuel Eguiagaray, Manuel López Cachero, José María Marín, Aurelia Mañé, Pedro Antonio Merino, Emilio Ontiveros y José Vicens Otero.

Juan Iranzo explicó que la garantía del suministro es indispensable para el funcionamiento correcto del sistema productivo y de la sociedad, y mostró su preocupación por que España sea excesivamente vulnerable frente a sus suministradores energéticos. Iranzo recordó que este país tiene una dependencia excesiva de fuentes energéticas exteriores, del 85%, mucho más alto que el promedio de la Unión Europea, con un 54%, y que ya resulta problemático.

“Pero además, nosotros somos más sensibles a los vaivenes de precios del petróleo, pues seguimos cubriendo un 52% de nuestras necesidades energéticas con esta materia prima”, expuso. Además señaló que la dependencia de España se cubre con mercados imperfectos, con problemas de estabilidad o cárteles como la OPEP. De la Organización de Países Exportadores de Petróleo sentenció que “no superaría el más mínimo examen de un Tribunal de la Competencia”, explicando que se trata de una concertación de países cuyo funcionamiento es totalmente ajeno al del mercado.

Iranzo advirtió también de una posible OPEP del gas, un concepto sobre el que “ya hemos oído hablar, después de ver que la subida del precio de las materias primas puede hacer rentable el transporte por metanero”. Explicó que el almacenamiento ayuda a reducir el riesgo, pero que la capacidad de almacenamiento que España tiene por el momento es muy limitada.

José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney y autor del capítulo introductorio, hizo hincapié en la necesidad de que los precios de la electricidad reflejen la escasez del bien para que los consumidores tomen las decisiones más eficientes, mientras que en lo referente a la regulación, opinó que el sistema regulatorio español es demasiado intervencionista y que no debería interferir en la fijación de precios, salvo lo mínimo indispensable.

Por último, y refiriéndose a los vaivenes en los precios de materias primas como el petróleo, Díez señaló que una de las consecuencias del petróleo a cien dólares será que provocará una mayor eficiencia en el uso de los recursos, y promoverá la innovación.

José María Marín Quemada, director del Grupo de Investigación en Economía Política, Internacional y Energía de la UNED, apuntó que los Estados Miembros de la UE tienen una doble cara, puesto que “en Bruselas siempre parecen estar dispuestos a cooperar, pero cuando vuelven a casa, sus actitudes se endurecen”. En referencia a la Unión Europea, señaló que existe “no modelo” de política energética, y que éste es un modelo de poder blando, que sólo alarga los procesos de adhesión. Quemada defendió la necesidad de trabajar urgentemente en una política europea centrada en la seguridad y la vulnerabilidad de nuestra economía.

Nada más comenzar su intervención Emilio Ontiveros, el salón se quedó sin luz durante unos instantes, lo que provocó las risas de los presentes debido a lo graciosamente inoportuno de la circunstancia.

Durante el acto, Rafael Miranda señaló que uno de los principales condicionamientos de los recursos energéticos de hoy viene representado por el fuerte crecimiento de los gigantes China e India, un fenómeno que obliga a replantearse el uso que hasta ahora se había hecho de esos recursos y a mirar el futuro desde una óptica diferente a la del pasado.

En este sentido, Miranda destacó que todavía existen en el mundo más de 1.600 millones de personas privadas de un bien elemental como la electricidad, y defendió su derecho al desarrollo sin que se les imponga trabas ahora por la amenaza del cambio climático. En cambio, son los países ricos los que tienen que hacer un esfuerzo de transición hacia un sistema energético limpio.

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