Greenpeace vuelve a pedir al Gobierno un plan de cierre progresivo y urgente de las centrales nucleares

Ahora que el Ejecutivo ha empezado a dar muestras de una menor cerrazón a la energía nuclear, Greenpeace ha vuelto a pedirle que acelere su plan de cierre de centrales.

La organización considera “inaceptable que se pretenda solucionar el problema de los residuos radiactivos sin poner en marcha previamente un plan de cierre progresivo de todas las centrales nucleares”. En este sentido, critica que el Partido Socialista plantee mantener activa la central de Garoña hasta 2009 y dar 40 años de vida a las restantes centrales nucleares, “dado que la vida útil técnica de estas instalaciones es de 25 años”.

Greenpeace considera que la insistencia en la necesidad de la energía nuclear constituye un obstáculo para lograr un modelo energético 100% renovable, según ha manifestado el director ejecutivo de la asociación, Juan López de Uralde. En su opinión, “el amplio margen para mejorar la eficiencia energética, combinado con el potencial de las renovables, permiten el comienzo inmediato de un programa de cierre progresivo y urgente de las centrales nucleares basado en un máximo de 25 años de vida útil para éstas”, añadió.

Según Greenpeace, el parque nuclear español ya da muestras evidentes del agotamiento de su vida útil. Así, cita el informe del CSN al Congreso y al Senado correspondiente al 2006, en el que el número de sucesos notificables se incrementó en un 62,9% respecto al año anterior. Greenpeace espera además que este año se vuelvan a superar las cifras.

Greenpeace denuncia que la central nuclear de Garoña sufre graves problemas de agrietamiento en componentes fundamentales para la seguridad y asegura que su cierre debería ser inmediato, debido a que tiene ya 36 años, está completamente amortizada y su producción eléctrica es totalmente marginal.

Además, Greenpeace no cree que el Gobierno vaya a lograr un verdadero consenso social sobre el problema de los residuos radiactivos hasta que no se ponga en marcha un plan de cierre progresivo y urgente de todas las centrales. Según Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear, la organización “fomentara la creación de un clima de diálogo al respecto de los residuos radiactivos y mantendrá una postura constructiva en el mismo, siempre y cuando antes se haya puesto en marcha un satisfactorio plan de abandono de la energí¬a nuclear en España».

Sin embargo, la postura de Greenpeace podría no verse refrendada por el Ejecutivo. El ministro de Industria, Joan Clos, ya no habla en sus intervenciones públicas de una eliminación progresiva de las centrales, como hacía antes, sino de, “en todo caso, un no incremento de la participación de las centrales nucleares en el mix energético español”.

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