El PSOE exige al Gobierno que la interrumpibilidad aporte estabilidad a la industria en el largo plazo

La iniciativa critica que, «pese a las advertencias de la industria y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia», el Gobierno decidió modificar el sistema de interrumpibilidad, incluyendo los pagos a estas empresas como un coste en lugar de financiarlo con cargo a los peajes. Esto provocó que la primera subasta, celebrado en el último trimestre del 2014, resultara «claramente desfavorable para el sector industrial», ya que se está primando el reparto del servicio entre más instalaciones en lugar de un precio más bajo por la electricidad, que era «la gran ventaja» que debía aportar la subasta.

«Que nuestro sector industrial siga teniendo un protagonismo importante en la creación de riqueza, empleo y en la mejora de la productividad sólo será posible con un marco estable y definitivo de los costes energéticos para las industrias más dependientes», reclama el PSOE. Consecuentemente, reconociendo que el sistema energético requiere de una reforma «más profunda» que va «más allá» de lo que los grandes consumidores necesitan, el PSOE recuerda al Ejecutivo que está «obligado a actuar» y a dar una salida «definitiva» a esta situación.

Una salida que para los socialistas pasa «inexcusablemente» por generar «un marco estable de suministro energético a un precio razonable» que evite las deslocalizaciones y permita a la industria competir en un marco global, habida cuenta de la importancia de un sector que genera empleo cualificado estable, que tiene un importante efecto multiplicador, que aporta mucho a la balanza comercial y que favorece la innovación.

Por todo ello, pide al Ejecutivo que busque «una alternativa» que suponga «una salida a largo plazo» y garantice un «marco de estabilidad y sostenibilidad» del precio de la energía para las industrias intensivas para que puedan «mantener su actividad y los niveles de empleo» y no puedan recurrir a «la justificación de no poder hacer previsiones de inversión y mantenimiento de sus industrias» como consecuencia de la «inseguridad de los costes energéticos», que en ocasiones suponen hasta el 40% del coste de producción total.