La Comisión Europea asegura que Ucrania puede pasar el verano sin la necesidad de comprar gas ruso

«Ucrania tiene el derecho exclusivo de decidir si desea comprar gas a Rusia y cuánto. Como estamos entrando en el periodo estival, Ucrania puede vivir cómodamente sobre la base de su propia producción de gas y el flujo inverso de la Unión Europea», señalaron fuentes comunitarias que añadieron que «el tránsito de gas hacia la Unión Europea es normal y no se verá afectado después del 1 de abril» al tiempo que recordaron que Ucrania no recibió gas de Rusia durante muchos meses el año pasado sin que esto tuviera consecuencias para el flujo de gas hacia la Unión Europea.

La portavoz comunitaria de Energía, Anna-Kaisa Itknonen, aseguró que las reservas de gas ucranianas están en estos momentos en torno a los 7.700 millones de metros cúbicos. Ucrania, país por el que transita más del 10% del gas natural que la Unión Europea compra a Rusia para abastecerse, necesita 5.000 millones de metros cúbicos de gas para asegurar que funciona el sistema de bombeo del hidrocarburo hacia la Unión Europea, es decir, que sólo le quedarían 2.700 millones de metros cúbicos de gas natural para uso comercial durante el verano.

Bruselas sostuvo la semana pasada que para que no haya problemas de suministro el próximo invierno, Ucrania necesitaría hacerse con alrededor de 20.000 millones de metros cúbicos de gas, y alertó de que el aprovisionamiento debería comenzar ya en abril y extenderse hasta el mes de octubre. Sin embargo, fuentes europeas restaron ahora importancia a la situación y recalcaron que «la Comisión mantiene la confianza en que el tránsito de gas hacia la Unión Europea no se verá afectado», al tiempo que subrayaron que Ucrania y Rusia están «contractualmente cubiertas» después del 1 de abril por el contrato firmado en 2009 entre la gasística ucraniana Naftogaz y la rusa Gazprom.

La fecha del 1 de abril preocupa porque es cuando concluye el acuerdo temporal que Moscú y Kiev sellaron en octubre del año pasado para garantizar el suministro hasta finales de este mes. Ese acuerdo, que se logró con mediación de la Unión Europea, era un paréntesis dentro de una disputa más amplia entre ambos países por el precio del gas que surgió tras la caída del Gobierno de Víktor Yanukóvich y el acercamiento de Ucrania a la Unión Europea.

Moscú cobraba a Kiev un precio de amigo por el gas ruso que importaba, pero cuando el país comenzó su acercamiento al bloque comunitario incrementó ese precio en un 45%, algo que Kiev consideró inaceptable y se negó a pagar. Ambos países acudieron entonces al Tribunal de Arbitraje de Estocolmo, que se pronunciará previsiblemente en otoño de 2016. Una vez concluya el acuerdo temporal en una semana y hasta que se pronuncie esta corte, Rusia y Ucrania podrían acordar un nuevo marco temporal o aplicar el contrato pactado en 2009, algo poco probable porque obligaría a Kiev a aceptar el precio que le impone Moscú.

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