La UE destaca la importancia del acuerdo de interconexiones sellado entre España, Francia y Portugal
«Quiero que al lado de las cuatro libertades fundamentales del tratado fundacional de Roma de la Unión pongamos una nueva, la unión de circulación energética», señaló el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al término de la primera jornada de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada este jueves en Bruselas.
Juncker celebró el proyecto de interconexión aprobado hace dos semanas en una cumbre energética en Madrid por los líderes de Francia, España y Portugal, que culminó en la denominada «Declaración de Madrid» que sellaron el pasado 4 de marzo.
«Hasta ahora la Península Ibérica era una isla energética y gracias a ese proyecto dejará de serlo. Hay que seguir lanzando proyectos complementarios entre regiones», añadió el político luxemburgués.
Este acuerdo queda reflejado en las conclusiones que los Veintiocho aprobaron en la cumbre, en las que se reconoce en una nota a pie de página que «el reciente acuerdo alcanzado por Francia, Portugal, España, la Comisión y el BEI representa un paso positivo hacia el logro del objetivo del 10% en materia de interconexiones eléctricas para 2020».
En ese acuerdo Madrid, París y Lisboa se comprometen a impulsar las conexiones entre los tres países y de la Península Ibérica con el resto del mercado energético europeo, incluida la reanudación del proyecto de gasoducto «Midcat», que unirá Cataluña con el sur de Francia.
Los líderes europeos dedicaron la primera parte de su reunión a respaldar la estrategia propuesta por la Comisión Europea para crear una verdadera unión energética que permita reducir la dependencia de las importaciones energéticas de Rusia.
«Hemos dado un gran paso adelante», señaló el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien apuntó que todos los Estados miembro han mostrado su consenso para «acelerar» las interconexiones energéticas en la Unión Europea.
Los Veintiocho hicieron especial hincapié en la necesidad de «acelerar los proyectos de infraestructuras, como las interconexiones de electricidad y gas a regiones periféricas, para garantizar la seguridad energética y un mercado interior de la energía en buen funcionamiento«, según indicaron en el texto de conclusiones del encuentro.
Tusk mostró también su satisfacción por el consenso mostrado por los líderes europeos para «reforzar la transparencia para que los productores no puedan romper la legislación comunitaria».
Los mandatarios de la Unión Europea llamaron expresamente a «garantizar el pleno cumplimiento de la legislación de la Unión Europea de todos los acuerdos relacionados con la compra de gas con suministradores exteriores», y pidieron en particular que se refuerce «la transparencia de dichos acuerdos y su compatibilidad con las disposiciones de la Unión Europea en materia de seguridad energética».
Para tranquilizar a los socios más reacios a impulsar la transparencia en este sentido, los Veintiocho recalcaron que en lo que respecta a los contratos comerciales de suministro de gas, «debe garantizarse la confidencialidad de la información delicada desde el punto de vista comercial».
Tusk destacó también que los contratos tienen que estar «en línea con la legislación de la Unión Europea» y que «no tienen que ser usados como una arma política». Este punto, aseguró, fue una de las partes más «controvertidas e importantes» de la discusión mantenida por los Veintiocho en la cumbre.
«No es una conclusión vacía, puede estar seguro», dijo Tusk, tras lo que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, apostilló que «la conclusión, como un poema, habla por sí sola».




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