El precio del petróleo se estabiliza, pero continuará su volatilidad
En su informe mensual, la AIE explicó que los precios del barril de Brent se consolidaron en torno a los 58 dólares, un 30% más que en enero, mientras que los del petróleo intermedio de Texas rondan los 48 dólares, pero ello no implica que haya terminado la inestabilidad.
«Tras esa fachada de estabilidad, el reequilibrio originado por el desplome de los precios todavía tiene que seguir su camino, y podría ser demasiado optimista esperar que lo haga de forma tranquila», señaló el organismo.
En cuanto a la demanda, que tocó fondo en el segundo trimestre de 2014, la Unión Europea y Estados Unidos se mostraron especialmente activos en el comienzo de este año, frente a China, lastrada por un languideciente desempeño macroeconómico.
La AIE, con sede en París y que representa los intereses energéticos de sus 29 países miembros, destacó además la resistencia de la demanda en Brasil, teniendo en cuenta sus pobres resultados macroeconómicos.
Mientras, la oferta global en febrero se situó en 94 millones de barriles diarios, una mejora de 1,3 mb/d respecto al mismo mes del año anterior.
Según el informe, la producción petrolera de la OPEP se redujo en 90.000 barriles diarios en febrero, para situarse en 30,22 millones de barriles, ya que las pérdidas en Libia e Irak (inmersos en sendos conflictos civiles) contrarrestaron la mayor oferta que Arabia Saudí, Irán y Angola colocaron en el mercado.
La brusca reducción de explotaciones petroleras en Estados Unidos explican el último rebote de los precios, consideró la AIE, pero no parece que la oferta procedente de ese país vaya a frenar su marcha imparable que le llevó a tirar del mercado en un tiempo de repliegue por parte de la OPEP.
De hecho, las estimaciones de producción de crudo estadounidense en el último trimestre de 2014 fueron revisadas al alza en 300.000 barriles diarios.
Y, recordó la AIE, las reservas petrolíferas de Estados Unidos se hallan en una cifra récord de 468.000 millones de barriles según el último recuento, lo que de hecho podría suponer un desafío para sus propias capacidades de almacenaje.
Esta fortaleza estadounidense no asegura en absoluto que no se vayan a producir nuevas alteraciones en la oferta mundial, principalmente en los países que dependen en gran medida de unos precios altos del crudo.
En estos últimos, la baja recaudación por la exportación del petróleo puede acarrear problemas para financiar sus programas sociales, lo que derivaría en una mayor inestabilidad de sus sociedades.
Además, la fortaleza del dólar hará más complicado para empresas sin gran liquidez, como la brasileña Petrobras, pagar sus deudas y superar sus dificultades financieras.
Pese a todo, recordó la AIE, la demanda de producto y la actividad de refinería experimentaron una inusual fortaleza a lo largo del invierno, aunque está por ver si podrá ser mantenida en el tiempo.
Ambas se beneficiaron de factores puntuales y excepcionales, como la ola de frío en Estados Unidos, que disparó el consumo de calefacción.
«Ese tipo de demanda es menos sostenible que la que es impulsada por un crecimiento económico subyacente, y todavía hay pocas señales en este momento de que los precios bajos están dando a la economía un verdadero estímulo«, estimó la AIE.



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