El transporte por carretera tiende a ser más eficiente en tiempos de crisis, según un estudio de la UPM
A través de la investigación, que abarca desde 1990 hasta 2010, se constató que el comienzo de la crisis económica, en 2007, provocó una reducción de la actividad del transporte y una mayor eficiencia energética del transporte por carretera. En este sentido, consideran que la población adaptó su comportamiento a sus necesidades reales de movilidad mediante la reducción de los kilómetros recorridos en coche y a una movilidad más eficiente.
Según los investigadores, esa adaptación fue provocada por factores como el desempleo y la reducción de la renta y el resultado de las políticas de eficiencia energética puestas en marcha desde el 2004 (Plan E4). «Todo esto viene a demostrar la ineficiencia del transporte por carretera en épocas de expansión económica y la importancia de adoptar políticas fiscales adecuadas con objeto de disminuir la huella de carbono», añadió la Universidad.
Además, los miembros de Transyt identificaron distintos periodos según los factores relevantes que afectan a las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que contribuyen al efecto invernadero. En concreto, destacan que en 1990 la población española comenzó a comprar más coches, a ritmo de un vehículo por familia, por lo que el aumento de emisiones en los primeros años se debió al aumento de la tasa de motorización.
Después, subrayan que las políticas fiscales que favorecieron la compra de vehículos diesel, el menor precio de ese combustible y el mayor poder adquisitivo de la población española derivaron en un aumento de los kilómetros recorridos por carretera, lo que, junto a un incremento aún mayor de la tasa de motorización, produjo un aumento constante del consumo energético y emisiones de gases de efecto invernadero.
De este modo, la Universidad asegura que el análisis realizado para España proporciona información importante que podría ayudar a definir medidas y estrategias con las que aprovechar la reciente disminución de la demanda del transporte por carretera. Así, las políticas recomendadas incluyen volver a las políticas que fomenten la compra de vehículos más pequeños y eficientes con el fin de obtener una flota baja en carbono; promover la utilización de otros medios de transporte; y fomentar estrategias de gestión eficientes del tráfico y las infraestructuras haciendo uso de tecnologías de la información y la comunicación.


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