La industria cogeneradora pide cambios en la reforma eléctrica ante su pérdida de competitividad

“Cuando coincidimos representantes de sectores muy diferentes, que además muchos no nos conocíamos ni en persona, y estamos todos de acuerdo en señalar que hay un error en la reforma energética del Gobierno, creo que algo de razón tendremos y que merecemos más atención”. Con estas palabras resumía Fernando Marcén, presidente de las Cooperativas Agroalimentarias, el sentir de las seis organizaciones que han elaborado un manifiesto en defensa de las plantas cogeneradoras mientras reclaman una reunión con José Manuel Soria.

Las organizaciones que han elaborado el manifiesto representan a la industria azulejera y cerámica (Ascer), la patronal papelera Aspapel, los fabricantes de ladrillos y tejas (Hispalyt), la industria alimentaria (FIAB), así como la agraria Asaja y las mencionadas Cooperativas Agroalimentarias. Todas coinciden, desde la realidad de su sector, que si el Ministerio de Industria sigue adelante con su propuesta actual de orden ministerial que desarrolla la Ley del Sector Eléctrico, muchas de las plantas cogeneradores entrarán en pérdidas operativas.

Aseguran que los costes e impuestos serán superiores que la retribución que ahora fija el Gobierno con el nuevo modelo, regido por el concepto de rentabilidad razonable. De hecho, desde estas organizaciones consideran que el impacto ya se está notando en la industria cogeneradora y estiman que aproximadamente 2.000 MW, un tercio de la capacidad instalada en cogeneración “ya está parada” como consecuencia de los primeros recortes aprobados en 2012 y previendo el impacto con carácter retroactivo de las medidas articuladas dentro de la reforma energética.

En su manifiesto, enviado al Ministerio de Industria, estos sectores industriales reivindican la cogeneración como “herramienta clave” para reindustrializar España y consideran que el nuevo modelo retributivo planteado para las energías renovables supone un impacto económico de 660 millones de euros y convierte a la cogeneración en una actividad “inviable”, lo que amenaza la continuidad de las 9.000 instalaciones existentes, el mantenimiento de 70.000 empleos directos así como la competitividad de la industria asociada. Además, como otras consecuencias, los sectores implicados también aludieron a una caída de la demanda nacional de gas del 10% y una pérdida de la eficiencia energética del país del 2%.

La industria cogeneradora considera que “España necesita una política energética que potencie la cogeneración para favorecer la competitividad de una industria nacional con capacidad exportadora”. Por ello reivindican la eficiencia que supone esta actividad, promovida por la Unión Europea “por sus ventajas energéticas, ambientales pues ahorra emisiones, y económicas”. Por ello, arremeten contra la propuesta de orden ministerial ya que «no tiene en cuenta las circunstancias y necesidades de las industrias cogeneradoras, estableciendo límites a las horas de funcionamiento y fijando niveles de precios de mercado y sistemas de compensación inadecuados que suponen la inviabilidad del funcionamiento de estas instalaciones”.

“La reforma eléctrica maltrata a la cogeneración”, sentencia el manifiesto que pide al Gobierno que modifique el nuevo modelo retributivo propuesto ante un panorama, con el inminente cierre de plantas de cogeneración y las consecuencias que arrastraría esta circunstancia, que califican como “el peor escenario para la anunciada recuperación económica”. Por último, considerarían como “un fracaso” de la política energética e industrial de España si el Ministerio no los tiene en cuenta.

Riesgos para los sectores implicados

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), Isidro Zarzoso, señaló que el sector azulejero «no se entiende sin la cogeneración» ya que les convierte en “altamente eficientes” y facilita la exportación, que supone un 80% de las ventas. Zarzoso cifró el impacto para esta industria en 53 millones y reivindicó que no sea la industria cogeneradora “la que pague una desastrosa política energética”. También se mostró “decepcionado” por la respuesta que su sector ha recibido en las interlocuciones con el ministro.

Por parte de la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel), su presidente Eduardo Querol señaló que la cogeneración está “casada” con la industria. “Y aquí no hay divorcio: si muere la cogeneración muere la industria asociada», aseguró Querol. El presidente de Aspapel indicó que la reforma aumentará en un 50% la factura eléctrica de su industria, lo que es “inasumible” y supondrá cierres y deslocalizaciones ante la pérdida de la capacidad exportadora, que suponen el 50% del negocio papelero de España.

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida (Hispalyt), José Malpesa, calificó la propuesta de orden ministerial como «nefasta” para su sector y alertó de la “inseguridad jurídica” que introduce. Malpesa recordó que invirtieron en cogeneración siguiendo las recomendaciones del propio Gobierno español y de la Unión Europea. En este sentido, el presidente de Hispalyt lamentó los cambios regulatorios puestos en marcha desde 2012 y consideró que, con la reforma energética propuesta, el impacto será de 60 millones de euros para esta industria.

En lo que respecta al sector alimentario, el de mayor peso dentro de la industria nacional, el presidente de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (Fiab), Pedro Astals, consideró la cogeneración como “fundamental” para su competitividad. Astals cifró en 150 las plantas de cogeneración afectadas dentro de esta industria y aseguró que, teniendo en cuenta las consecuencias, “no se puede aplicar esta regulación”.

El presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), Pedro Barato, señaló que el Gobierno «no puede cambiar las reglas del partido permanentemente « y reclamó “respeto” a sectores productivos que generan y mantienen empleos. También alertó de la situación en la que queda el sector porcino con el cierre de plantas de purines.

Por último, el presidente de Cooperativas Agroalimentarias, Fernando Marcén, también auguró que la reforma traerá problemas a muchos sectores como el porcino, aceitero, lácteo y de zumos, entre otros.

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