Abengoa cree que España perdió su imagen de líder en renovables

«La Marca España es de doble sentido. Puede ayudar a las empresas, pero las empresas también pueden ayudar muchísimo al reconocimiento y prestigio de un país», afirmó Sánchez Ortega. En su opinión, España cuenta con «un abanico de buenas empresas» que llevan al exterior el nombre del país, una labor que ayuda al comercio exterior y sirve de motor de la exportación y de la recuperación económica.

Para el directivo de Abengoa, en el caso concreto de las energías renovables, España «ha sido identificada como líder en tecnología, en innovación relacionada con las renovables», pero actualmente «eso se ha acabado». «Es un hecho», indicó.

La principal razón de este cambio fueron las modificaciones de la legislación del sector, cuyo último capítulo fue la reforma eléctrica, aprobada a mediados del pasado mes de julio, en la que se creó un nuevo marco de retribución de la producción eléctrica de origen renovable.

Sánchez Ortega aplaudió la reforma del Ejecutivo porque acaba con casi dos años de incertidumbre, pero aseguró que perjudica más a las renovables que a las fuentes tradicionales y, además, modifica las condiciones que en su día se ofrecieron a quienes invirtieron en el sector.

«No es una buena noticia para los inversores y no es buena noticia para el futuro. Algunos inversores dicen que eso va a tardar años en olvidarse porque lo que cuesta mucho construir, que es la credibilidad, cuesta muy poco destruirlo«, afirmó.

Asimismo, Sánchez Ortega reivindicó a la Administración certidumbre y visibilidad para el sector privado en el ámbito de la innovación tecnológica

«El papel fundamental (de las administraciones) para fomentar la innovación, aparte de intensificar la formación de jóvenes del país, pasa por definir reglas claras y respetarlas«, argumentó.

El directivo reivindicó el trabajo de Abengoa en este ámbito, donde, a pesar de la crisis, incrementó su inversión en tecnología convencida de que «es la única vía de salida sostenible y de cambiar el modelo» económico.

Según explicó, la compañía pasó de no tener patentes tecnológicas hace siete años a contar con unas 230 y ser la primera empresa española en patentes tecnológicas internacionales, excluidos los institutos de investigación.

Un ejemplo de los frutos de la inversión en innovación son los biocombustibles de segunda generación producidos a partir de residuos urbanos, una tecnología que Abengoa implantó en dos plantas, una en Estados Unidos y otra en Babilafuente (Salamanca).

España genera 25 millones de toneladas de basura al año, un volumen con el que se podría generar biocombustibles equivalentes al 30% del consumo de gasolinas, lo que evitaría la importación de unos 1.000 millones de euros.

«Es una auténtica revolución (…). Va a revolucionar el concepto de independencia energética de los países«, afirmó Manuel Sánchez.

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