El Senado estadounidense bloquea la construcción del oleoducto Keystone

Con 59 votos a favor y 41 en contra, el proyecto de ley, impulsado por la senadora demócrata Mary Landrieu, se quedó a un solo «sí» más de los propios senadores demócratas para alcanzar los 60 que necesitaba para pasar a la votación final en el pleno, donde solamente hubiera necesitado una mayoría simple para prosperar. Ahora el proyecto sobre Keystone queda abierto a debate en la Cámara, lo que permitirá a sus partidarios buscar el voto que les falta para hacer avanzar la ley.

El republicano Mitch McConell, que en enero pasará de líder de la minoría a líder de la mayoría en el Senado, advirtió nada más conocerse la votación que retomará el proyecto «muy pronto» el próximo año, cuando su partido tendrá todo el control del Congreso. Así, tras la victoria republicana en las últimas elecciones legislativas, donde los conservadores arrebataron la mayoría a los demócratas en el Senado, es probable que los republicanos vuelvan a llevar el proyecto a votación cuando se conforme el próximo Congreso.

La Casa Blanca no emitió una declaración oficial sobre la medida, pero su portavoz, Josh Earnest, ya anunció que el presidente Barack Obama no apoyaría el proyecto de ley. «Sin duda, es una parte de la legislación que el presidente no admite como válida porque el presidente cree que se debe determinar a través del Departamento de Estado», dijo Earnest.

Los republicanos defienden que la construcción del oleoducto ayudaría a mantener bajos los precios del petróleo y el gas en el país, y que contribuiría a la creación de empleo, mientras que los demócratas en su mayoría alegan que sería devastador para el medioambiente. «Hoy la disfunción demócrata se impuso una vez más en un proyecto de creación de empleo que los votantes abrumadoramente apoyan y es de interés nacional», indicó el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), Reince Priebus.

Por el polémico oleoducto se podrían canalizar unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde Alberta (Canadá)a diferentes lugares de Estados Unidos, incluidas refinerías de Texas en el Golfo de México y un centro de distribución en Oklahoma. Mientras tanto, el Gobierno federal alargó el plazo que tenían varias agencias para estudiar las potenciales consecuencias medioambientales de la construcción, cuya ejecución, en última instancia, depende de la decisión de Obama tras las conclusiones de dichos estudios.

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