Un usuario doméstico de luz puede ahorrar 61,5 euros al año bajando un tramo de potencia, según afirma Anae
Valverde ofreció esta cifra en un estudio en el que advirtió de que los consumidores, tanto domésticos como industriales, tienen una potencia contratada muy superior a la que necesitan, puesto que en total, contrataron 185.000 megavatios (MW), cuando lo máximo que se llegó a demandar en 2014 es 39.000 MW.
Para ilustrar «la magnitud del inmenso desajuste que existe en el sistema con respecto a la potencia», el presidente de ANAE cuantificó que el importe que pagan los consumidores por potencia facturada pero no utilizada asciende a 8.080 millones de euros, o a 10.277 millones de euros si se suman los impuestos.
Valverde lamentó el «total incumplimiento» por parte de las empresas a la hora de recomendar la potencia que el consumidor debería contratar y la oportunidad perdida de convertir los contadores inteligentes en herramientas para ajustar la potencia a las necesidades reales.
Desde mediados del año pasado, el Gobierno desarrolló una «estrategia» para asegurar los ingresos del sistema eléctrico consistente en elevar la parte fija de la factura, la que corresponde a la potencia, argumentó. Este componente subió un 92% para el consumidor doméstico y un 145% para el empresarial.
En su estudio, el presidente de ANAE también calificó de «sorprendente» que sólo la potencia contratada que tiene el consumidor doméstico, de 110.000 MW, es superior a toda la potencia de generación instalada, de 108.000 MW.
«Buena parte del sistema se sustenta en base a unas potencias contratadas excesivamente sobredimensionadas, sobre todo para el consumidor de Baja Tensión (tarifas 2.0x, 2.1x y 3.0A)», afirmó.



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