APPA recurre ante el Supremo el decreto y la orden con la nueva retribución para las renovables
En concreto, el recurso afecta al Real Decreto 413/2014 y a la orden ministerial IET/1045/2014, en la que se fijan unos parámetros retributivos para «instalaciones tipo» aplicables a determinadas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables.
Con la entrada en vigor de estas nuevas normativas, las renovables dejan de funcionar con el sistema de primas para pasar a regirse por un sistema de incentivos a la inversión con una rentabilidad del 7,5% para toda la vida útil de cada instalación. Así, cada planta cobrará, más allá de lo que reciba en el mercado, en función de la inversión, lo recibido hasta ahora y su vida útil.
APPA indicó que ha encargado al despacho de abogados Holtrop SLP el desarrollo de ambos procedimientos contencioso administrativos.
La asociación «ha tenido que recurrir a la vía judicial después de que el Ministerio de Energía, Industria y Turismo haya desoído todas y cada una de las alegaciones realizadas», aseguró.
Tanto el real decreto como la orden ministerial, incluidos en la «mal llamada reforma energética», «han alterado de forma súbita y unilateral el marco retributivo, en perjuicio directo de los inversores», que determinó el modelo financiero y de negocio a partir del cual se realizaron las inversiones en renovables en España, argumentó.
Este cambio «ha sumido a las empresas del sector renovable en una situación crítica e incontrolable, que pone muchas instalaciones al borde de la ruina cuando no las aboca directamente al cierre», aseguró APPA.
La asociación también consideró que la reforma «mina definitivamente la confianza en la seguridad jurídica de la economía española y está provocando la huida de inversores internacionales, no sólo en el sector energético, sino también en otros sectores de potencial atractivo inversor».
«Definir políticas públicas basadas en la promoción de tecnologías emergentes, como son las energías renovables, y posteriormente alterar su retribución, al confiscar sorpresivamente sus ingresos vía impuestos, o eliminar sus incentivos reconocidos, no hace sino agravar la inestabilidad regulatoria y la inseguridad jurídica e incrementar el ‘riesgo-país’ frente al exterior», afirmó.




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