Argentina y Paraguay inician las negociaciones para acordar nuevas condiciones de la tarifa eléctrica

La cita terminó con una declaración conjunta en la que Argentina y Paraguay dijeron haber abordado «todos los temas sin exclusiones» en el encuentro, celebrado en la sede de la Entidad Binacional que gestiona la enorme represa sobre el río Paraná. En el documento se comprometieron a «avanzar hacia un acuerdo amplio y equitativo que permita tornar a la Entidad viable económica y financieramente, así como alcanzar alternativas superadoras, eficientes y modernas en su gestión«.

Sus negociadores se reunirán de nuevo del 17 al 19 de junio y elevarán sus conclusiones el 30 de junio a los jefes de delegación. Paraguay se queja desde hace años de que no le convienen las condiciones actuales de venta a Argentina de la energía que le corresponde pero que no usa. En cambio, la prioridad de Argentina es aumentar la producción, pues quiere reducir su dependencia de la importación de combustibles, que supone 9.000 millones de dólares anuales.

En 2013, las 20 turbinas de la presa produjeron 20,1 millones de megavatios/hora y proporcionaron un 18% de la energía consumida en Argentina. El 95% de toda la electricidad generada por Yacyretá desde que se inauguró en 1998 ha acabado en hogares e industrias de ese país, de acuerdo con el director ejecutivo de la Entidad, el argentino Oscar Thomas.

Paraguay no puede usar más electricidad porque carece de una línea de alta tensión para sacarla de la represa, algo que espera que cambie en 2016 o 2017, cuando está previsto que opere una conexión de 500 kilovatios que debe empezar a construirse este año. Sobre la mesa negociadora también está un ambicioso plan de obras complementarias a Yacyretá que incluye instalar tres nuevas turbinas y la construcción de dos nuevas hidroeléctricas fronterizas, Itatí-Itá Corá y Corpus, mientras que una tercera, Aña Cuá, aprovecharía el vertedero actual de Yacyretá en un brazo del río Paraná.

Esas perspectivas interesan a Argentina; pero antes de ponerse a hablar de eso, Paraguay quiere llegar a un acuerdo marco más beneficioso sobre la gestión de la represa, según indicó Arnoldo Wiens, presidente de una Comisión Especial creada para tratar el tema en el Congreso. Su meta es que las negociaciones culminen con un acuerdo parecido al que Paraguay alcanzó en 2009 con Brasil sobre la hidroeléctrica binacional de Itaipú, que acarreó la subida de la tarifa y la amortización progresiva de la deuda paraguaya, que en 2023 será nula.

«Es necesario un plan de 10 a 15 años que haga viable Yacyretá», dijo el senador, del gobernante Partido Colorado. Wiens destacó que si el dinero que Argentina invirtió en la construcción se considerara un préstamo, sus intereses harían que los costes de funcionamiento de la represa sumaran 1.000 millones de dólares al año, mientras que sus ingresos son solo de 900 millones. Thomas calculó que el «aporte» de su país a la obra fue de 6.400 millones de dólares, contribuyendo a la construcción con el 80% del terreno anegado.

El tratado original establecía que la tarifa de venta de energía se debía basar en el coste de producción, pero ese mecanismo nunca se aplicó ya que en 1992 ambos países establecieron una tarifa fija, de 0,03 dólares por kilovatio/hora, que estaría vigente hasta 2048, el término de vida útil de la presa. El Congreso paraguayo reclama que nunca aprobó ese cambio, por lo que lo que niega su validez.

Wiens dijo que, además de poner en claro las cuentas, otra prioridad de Paraguay en las negociaciones es la alternancia de la dirección general de la presa, que hasta ahora solo ha ostentado Argentina. «Paraguay tiene derecho porque es accionista al 50%», indicó el senador.

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