Una veintena de grupos políticos sellan un pacto en el Congreso para prohibir el fracking si gobiernan
Además, se comprometieron a paralizar «inmediatamente» cualquier proyecto de investigación o explotación de hidrocarburos no convencionales autorizados en la actual legislatura.
El fracking es una técnica basada en la inyección de millones de litros de agua a altas presiones, junto con toneladas de arena y sustancias químicas en el subsuelo, con el fin de recuperar el gas contenido en los poros de las rocas, según explican.
Esta técnica implica la apertura de cientos de pozos y el aporte continuo, mediante camiones, de todos los elementos necesarios (maquinaria, agua, arena, sustancias químicas), además de la infraestructura necesaria para evacuar los hidrocarburos extraídos.
Así, quisieron mostrar su rechazo «total» a esta «polémica técnica» lanzando un «compromiso sólido» y un «mensaje claro» a las grandes empresas interesadas en este tipo de proyectos de que «no lo van a tener nada fácil» dada la «fuerte oposición» ciudadana que se está produciendo en los territorios afectados.
Según recordaron, el Gobierno ‘popular’ modificó la Ley de Hidrocarburos con el fin de dar marco legal a la técnica de la fractura hidráulica y la concesión de numerosos permisos de investigación en todo el Estado, restando así su soberanía de las regiones afectadas por estos permisos.
En este sentido, alertaron de que estas prácticas se están incrementando, al tiempo que aumenta la preocupación ciudadana por el tema, y sin tener en cuenta los riesgos asociados a este tipo de industria, como la contaminación de acuíferos por los productos químicos empleados, contaminación atmosférica, modificación paisajística, gran ocupación del territorio, o terremotos, por ejemplo.
«La explotación de este tipo de yacimientos supone un impacto ambiental con consecuencias irreversibles y se trata de una actividad transitoria que procura mantener un modelo energético basado en los combustibles fósiles, por lo que promueven la explotación de hidrocarburos, y alejaría de los compromisos de España en la lucha contra el cambio climático, así como en la transición hacia un modelo energético basado en las energías renovables«, señalaron.
En concreto, consensuaron un manifiesto: PSOE, Izquierda Plural, ERC, Compromís, Equo, BNG, Amaiur, Geroa Bai, Coalición Canaria, Nueva Canarias, CHA, Podemos, Ciutadans, la Confederación de los Verdes Els Verds Berdeak Os Verdes, Los Verdes-GiraMadrid y los del País Valenciano, PACMA, Izquierda Anticapitalista y la Plataforma por un nuevo modelo energético.
Desde el Grupo Socialista, su portavoz en materia de medio ambiente en el Congreso, José Luis Ábalos, recordó que su grupo parlamentario, en tanto no haya estudios de expertos que garanticen la inocuidad de estas prácticas para el medio ambiente y las personas va a pedir la paralización de todas las autorizaciones en marcha e impedir las nuevas, hasta que haya esos estudios avalados y reconocidos por los poderes públicos.
Por su parte, Laia Ortiz, de ICV, rememoró que ha sometido a votación en el Parlamento y en ayuntamientos la prohibición del fracking, una técnica que supone un freno a una transición a un modelo energético sostenible. «Es sucio, peligroso, y atenta contra los derechos básicos de las personas», sentenció.
Mientras, Estaban Domènech, representante de la plataforma antifracking de las comarcas de Castellón, resaltó el compromiso de paralizar cualquier tipo de proyecto de estas características y la prohibición de la técnica en todo el Estado. «Nuestro trabajo no queda ahí, hay que informar de los peligros del fracking a la ciudadanía», señaló, al mismo tiempo que lamentó que no se hayan sumado ni PP, ni UpyD, ni CiU ni PNV.
Todas ellas, junto con 40 colectivos sociales y la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético llevaron a cabo un acto público en el cual firmaron otro documento, llamado «Declaración de la Sociedad Civil contra el Fracking«, con un marcado tono social y ambiental.
En el escrito se recalca la necesidad de abandonar de manera «inmediata» toda operación de fractura hidráulica, apostando por un cambio de modelo energético basado en el ahorro y en la eficiencia energética, en el que las renovables y las personas cobren «mucho más» protagonismo.



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