El 51% de la factura eléctrica en España obedece a costes de las políticas públicas, según un estudio

David Robinson indica que, por cada 100 euros en el recibo de la luz para consumidores domésticos, cerca de 51 euros provienen de impuestos, gravámenes y otros conceptos introducidos por los sucesivos gobiernos para financiar las políticas públicas, es decir, los costes no energéticos incluidos en la tarifa (renovables y ayudas al carbón, entre otros).

Esta circunstancia, a la que el experto denomina «cuña gubernamental», es la que convierte a España en uno de los países de la Unión Europea que mayores cargas soporta por los distintos conceptos incluidos en los recibos que pagan los consumidores. De acuerdo a sus cálculos, esta «cuña gubernamental», que está creciendo en toda la Unión Europea, supone un 51% de la factura doméstica, un 26% de la de pequeños industriales y un 13% de la de la gran industria.

El resultado de las políticas aplicadas es que España tiene uno de los precios eléctricos para usos domésticos más altos de la Unión Europea, a pesar de que sus costes en áreas como la distribución o la generación están entre los más bajos de los países comunitarios. Este precio obedece a que los consumidores domésticos cargan en sus facturas, en mayor medida que la gran industria, con el «sobrecoste» de las políticas públicas que implementan medidas a favor de las renovables y la eficiencia energética.

De hecho, según David Robinson la diferencia de precios energéticos en los países comunitarios europeos están relacionados «con el grado de apoyo a políticas energéticas renovables y de eficiencia energética», ya que «los que apoyan más tienen precios más altos».

En consecuencia, el informe de Robinson aboga por alcanzar los objetivos medioambientales mediante la competencia y por que las políticas públicas se financien con recursos ajenos a las tarifas eléctricas. En este sentido, Robinson reprochó al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que las medidas llevadas a cabo durante esta legislatura han ido por la senda de una mayor intervención del sector eléctrico en detrimento de «favorecer la competencia en el mercado, que es la dirección correcta».

«Tanto en España como en Europa estamos enfrentando un problema serio de tensión entre mercado e intervención», apuntó Robinson, al mismo tiempo que consideró que «los costes de depender de la planificación son altísimos» como ha demostrado el apoyo a las renovables en los últimos años. Por ello, abogó por sacar los costes no energéticos, como las ayudas a las renovables y al carbón, de la tarifa y por promover el abandono de la tarifa regulada ya que «la única forma de fomentar la entrada de nuevos agentes en el mercado libre es que haya muchos clientes en ese mercado».


Ranking de precios en Europa

El informe también refleja que, en el primer semestre de 2013, España ocupó el decimoséptimo puesto de la Unión Europea en lo que se refiere a precios (de mayor a menor precio) para grandes consumidores industriales. De esta forma, existen dieciséis países, entre ellos Italia, Alemania, Reino Unido y Portugal, con precios más altos. En el mismo período, y para las industrias de tamaño medio, España ocupó el noveno puesto.

Por el contrario, entre el segundo semestre de 2007 y el primer semestre de 2013, los precios para los consumidores domésticos aumentaron un 59,1% en España, y pasaron de estar ligeramente por debajo de la media de la Unión Europea en 2008 a ocupar la sexta posición, más cerca de los países comunitarios con precios energéticos más elevados.

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