Miguel Sebastián acusa a Economía y al PSOE de dejarle solo en su intento de pinchar la «burbuja» fotovoltaica de los «terratenientes y financieros»
Sebastián realizó estas consideraciones en el último número de «Cuadernos de Energía«, publicado por Enerclub, en el que lamentó además la «hipocresía» en torno al proyecto de Almacén Temporal Centralizado (ATC) con la que desde algunos ámbitos se apoyaba la nuclear y se rechazaba al mismo tiempo el proyecto. «Afortunadamente, el nuevo Gobierno abordó rápidamente dicha cuestión», aseguró.
En el artículo, adelantado por «El Mundo«, el exministro señaló en alusión a las renovables que quizá no se fue «demasiado lejos», pero sí «demasiado rápido». De hecho, consideró que, junto a la crisis económica, la asunción de los incentivos a estas tecnologías por parte de la tarifa eléctrica y no de los Presupuestos Generales del Estado fue una de las dos causas del déficit de tarifa.
«La burbuja fotovoltaica se produjo en la primavera de 2008 ante las propias ‘narices’ del Gobierno y fue alentada deslealmente por los ayuntamientos y las comunidades autónomas, que daban todo tipo de facilidades burocráticas, algunas apurando al máximo la legalidad, para facilitar la avalancha de solicitudes», señaló.
Esta «burbuja» de 2008 se produjo ante el inminente cambio de la normativa que regulaba el sector, que suponía un importante recorte de las primas, por lo que muchos inversores se apresuraron a instalar sus plantas para aprovechar un marco retributivo más ventajoso.
El decreto ley que habría pinchado la burbuja «no hubiera tenido el apoyo mayoritario de nuestra Cámara, ni siquiera el de nuestro propio partido» (conviene recordar que el despliegue de huertos fotovoltaicos se produjo en «comunidades gobernadas entonces por el PSOE (Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura) y que recibían la generosa lluvia de primas») al encontrarse en el ‘cinturón solar’ español, continuó. «El Ministerio de Industria estaba solo frente a todos».
Según señaló Sebastián, las primas a la energía solar «son en realidad una transferencia de rentas desde las pymes y la industria» hacia «los terratenientes o financieros que desplegaron los huertos solares por toda España». «Lógicamente, lo hicieron en aquellos suelos que no valían para el desarrollo inmobiliario, lejos por tanto de los núcleos urbanos, aumentando el coste del transporte».
En el artículo, Sebastián citó además cinco «errores» de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero que contribuyeron a la «burbuja». El primero fue precisamente el de primar las instalaciones en suelo, en vez de las situadas en los tejados.
El segundo error, también cometido por los gobiernos de José María Aznar, «fue no haber incluido las primas a las renovables, que explican buena parte del endiablado déficit tarifario, en el presupuesto del Estado, en vez de en la tarifa eléctrica».
El tercero error consistió en fijar «de antemano y a ciegas» una prima sin establecer un límite a la calidad y a las cantidades máximas que se podían instalar, ya que un mecanismo de subastas competitivas hubiera evitado la burbuja. El cuarto de los errores consistió el de remunerar las tecnologías en función de las horas de actividad, sin topes, por lo que cuanta más renovable entraba en el sistema, mayor era la carga para los consumidores.
El último error fue el de no haber impedido la «conversión de estos proyectos en un producto financiero de alta rentabilidad garantizada». «Si se hubiera impedido la reventa de estos derechos en paquetes de pequeño tamaño que se colocaban a ahorradores pequeños o inversores internacionales, el daño hubiera sido menor», afirmó.



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