Sánchez Galán insiste en que se deben «compartir» los sobrecostes de la producción energética

El presidente de Iberdrola intervino en el Foro Global España 2014, organizado por el ICEX y que reúne en el museo Guggenheim de Bilbao a los líderes de la economía mundial.

Sánchez Galán realizó primero un elogio de la recuperación económica española, recordando que hace un año él y otros empresarios anunciaron que había un cambio de tendencia «entre el escepticismo general», y hoy es una realidad contrastada incluso por las agencias de calificación. «Se ha producido un cambio de tendencia a positivo», dijo.

«Nunca dudé de que esta recuperación llegaría y por ello me empeñé en divulgarla allí donde podía. España tiene un activo importantísimo, su gente, trabajadora, luchadora y honrada que se crece ante las dificultades», a lo que se sumaron «las importantísimas reformas llevadas a cabo por el gobierno Rajoy; una decisión muy importante fue no haber pedido el rescate».

Ahora, añadió Sánchez Galán, «estamos preparados para pasar de la estabilidad al crecimiento; el esfuerzo debe continuar, porque el reto prioritario es seguir creciendo» para lograr de impulsar su «renacimiento industrial».

Después, el presidente de Iberdrola centró su discurso en los costes de la electricidad, recordando que la factura de la luz en Europa «es mucho más cara que en Estados Unidos, más del doble. La razón fundamental es la inclusión en muchos Estados de conceptos que nada tienen que ver con la generación de la energía», la queja que repitieron las compañías eléctricas.

«La factura eléctrica se ha convertido en un cajón de sastre donde cabía todo», aseguró Sánchez Galán.

Sánchez Galán insistió en que hay que «compartir entre todos los costes medioambientales que hoy recaen sobre el sector eléctrico», porque ahora «se hacen recaer los costes sobre las empresas que dan el servicio, forzándolas a realizar provisiones millonarias».

La solución, dijo, debe venir de Europa, «aportando racionalidad al sistema, con una política energética común», por ejemplo, con un regulador europeo único que busque un equilibrio entre la seguridad del suministro, la sostenibilidad y la competitividad.

El presidente de Iberdrola admitió que en los últimos meses hubo una evolución positiva en este sentido, y señaló que «tanto la Unión Europea como algunos Estados miembros empezaron a comprender la magnitud del problema y a darse cuenta de que es fundamental conseguir una conciliación de todos los objetivos de política energética«.

Como ejemplo, citó «la eliminación de las tarifas de conceptos no relacionados directamente con el suministro por parte del gobierno británico o, en el ámbito de la Unión Europea, los nuevos mecanismos vinculantes de reducción de emisiones para el 2030, mecanismos más precisos del mercado de CO2 y directrices comunes sobre lo que se puede considerar o no ayudas de Estado».

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