El Gobierno argentino pacta con las petroleras un alza máxima del 6% en el precio de las naftas

El acuerdo fue anunciado por el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, y sigue a otros similares sellados con diversos sectores para frenar la escalada de precios tras la fuerte devaluación del peso argentino de hace dos semanas.

El convenio, según remarcó el ministro, es «voluntario» y es fruto de conversaciones entre las empresas productoras de petróleo, las refinerías y las comercializadoras.

En el pacto están involucradas las mayores empresas del sector, como la argentina YPF, la principal productora y comercializadora de combustibles del país, la también argentina Oil, la brasileña Petrobras, la estadounidense Esso y la anglo-holandesa Shell.

Kicillof precisó que el aumento máximo establecido para febrero es del 6% y que aquellas empresas que hayan ya incrementado el precio de sus naftas por encima de ese porcentaje retrotraerán los valores.

El ministro explicó que los combustibles tienen un componente «significativo» de costes en dólares ya que hay gasolinas que son enteramente importadas y que además Argentina ha comenzado a importar también petróleo crudo.

«Ese componente importado obviamente afecta a la estructura de costos. Cualquier movimiento en el tipo de cambio tiene razón de ser una traslación a precios en la medida en que haya algún elemento de sus costos que esté nominado en esa divisa, que sea proveniente de la importación», argumentó.

El ministro dijo que se estableció una mesa sectorial para seguir «evaluando cómo proceden las ventas, se mueve la demanda, cómo se mueven los costos del crudo y sus derivados, tanto a nivel nacional como internacional».

«A lo largo de 2013, en comparación con 2012, el consumo de naftas creció un 9% en volumen», precisó el ministro para justificar la necesidad de importar crudo y gasolinas.

Kicillof dijo por otra parte que se reunió con el presidente de la filial argentina de Shell, Juan José Aranguren, con quien el Gobierno mantuvo una disputa pública en los últimos días.

«Tuvimos una conversación a partir de la cual, comprendiendo que dentro del acuerdo general en toda la cadena de valor, los precios debían respetar números vinculados a los movimientos en los costos», dijo el ministro.

El pasado lunes, el jefe de Gabinete de ministros, Jorge Capitanich, criticó a Shell por aumentar un 12% los precios en sus gasolineras en Argentina.

«La actitud de Shell y de su más alto directivo en la República Argentina siempre es conspirativa, siempre es atentatoria contra los intereses del país», denunció el funcionario.

«Me parece que solamente la codicia, que la estrategia de imponer condiciones y decisiones como grupo económico son los que los llevan a tomar este tipo de decisiones», agregó Capitanich, que ya acusó a Shell de supuestas maniobras especulativas en los mercados para tumbar el peso argentino.

El presidente de la filial argentina de Shell, Juan José Aranguren, defendió su aumento al asegurar que los costes de la petrolera «aumentaron un 23%» -porcentaje de depreciación del peso argentino durante enero- y sólo hicieron «un traslado parcial a los precios del 12%».

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