Sedigás ve en los nuevos objetivos de Brusleas «un gran avance» contra la desindustrialización

«No nos podemos desindustrializar», señaló Margarit, después de destacar que en los nuevos objetivos se han conjugado las exigencias de sostenibilidad ambiental con la competitividad de las empresas y la adopción de medidas económicamente viables.

«Por primera vez se ha tenido en cuenta, de forma explícita, la situación financiera y económica europea, y nos alegramos por eso», indicó la directora general de la asociación. «En los objetivos 20-20-20 para 2020 ni siquiera se contemplaban estos aspectos», añadió.

La nueva propuesta, que debe ser aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo, incluye un recorte del 40% en las emisiones de gases contaminantes en 2030 con respecto a los niveles de 1999, así como un peso de las renovables del 27% en el consumo final de energía. Sobre eficiencia no hay objetivos, porque se confía en los ya incluidos en las directivas de 2011.

Sedigás destacó que mientras que en la reducción de emisiones sí habrá objetivos por países, esto no se producirá en la introducción de renovables, ya que se parte de la idea de que la «inercia» de la estrategia para 2020 permitirá alcanzar el objetivo para 2030.

La existencia de un objetivo individual por países en renovables para 2020, del 20% para España, hizo que estas tecnologías se instalasen «muy rápido» y «desplazasen» a otras con alta eficiencia y capacidad de «backup» para el sistema, como es el caso de los ciclos combinados, señaló Sedigás.

En cuanto a los nuevos «certificados blancos» de eficiencia que prepara el Gobierno, la asociación se decantó por que la metodología sea «muy concreta» para que pueda aplicarse con éxito.

En el ámbito de la reducción de emisiones, Sedigás se mostró partidaria de que no sólo se aborden los sectores «no difusos», como la industria o la producción de electricidad, sino también los «difusos», como es el caso del transporte o de los edificios.

La asociación sostuvo que el cambio de una caldera de gasóleo por otra de gas puede procurar un ahorro del 30% de la factura y de 450 euros en mantenimiento de un edificio de 50 viviendas. España cuenta con 2,8 millones de calderas de gasóleo, según sus cálculos.

Sedigás también apostó por la expansión del gas en detrimento de la bombona de butano y por un mayor uso del gas natural licuado (GNL) en transporte marítimo y por carretera, donde se pueden obtener también ahorros del 30%.

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