Enresa defiende que los terrenos del ATC de Cuenca son adecuados

Así lo pusieron de relieve los técnicos de la Empresa Nacional de Residuos Nucleares en una jornada sobre el ATC celebrada en la Facultad de Ciencias Sociales del campus de Cuenca.

Enresa compró 52 hectáreas en Villar de Cañas, de las cuales el almacén ocupará entre diez y quince, según explicó el jefe del Departamento de Ingeniería del ATC de la empresa, Mariano Navarro.

Éste señaló durante su ponencia que la parcela donde se va a construir el almacén está ubicada al noroeste de los terrenos, mientras que los problemas geológicos que señalaban algunos estudios están al este de la parcela, en una zona más alejada.

«La zona donde ahora hemos colocado la instalación nuclear es perfectamente viable, perfecta desde todos los puntos de vista, sin ningún riesgo en absoluto», sentenció Navarro, que añadió que «es una roca de yeso por debajo, totalmente competente, y por encima tiene una capa de arcilla que es donde se va a situar la instalación».

El jefe del Departamento de Ingeniería del ATC reconoció que «apareció en los estudios una zona que está al este, alejada de donde se va a situar la instalación, donde se planteaba que podría haber algunos fenómenos de disolución de yesos», pero añadió que «esa zona queda al este, se ha evitado totalmente y no afecta para nada a lo que es la ubicación seleccionada para la instalación del ATC».

También el director técnico de Enresa, Álvaro Rodríguez Beceiro, aseguró que los terrenos son idóneos y que la construcción se puede llevar a cabo sin costes añadidos.

Por su parte, el presidente de Enresa, Francisco Gil-Ortega, volvió a cifrar el coste del proyecto en mil millones de euros, aunque reconoció que puede sufrir alguna modificación «al alza».

En declaraciones a los medios antes de comenzar la jornada, Gil Ortega señaló que el proyecto está cumpliendo los plazos: aseguró que los permisos de construcción y de emplazamiento se están ultimando para presentarlos en enero de 2014, y un año más tarde podrán empezar las obras.

El ATC almacenará 6.700 toneladas de combustible gastado, así como otros residuos, como los procedentes del desmantelamiento de centrales nucleares.

Entre los espacios habrá un laboratorio de combustible gastado, que Enresa piensa poner en marcha en 2018, y según explicó Navarro, también un Almacén de Espera de Contenedores, que podría entrar en funcionamiento en diciembre de 2016 y que servirá para ir desahogando las piscinas de las centrales nucleares y regular la llegada de residuos al ATC. Otra de las instalaciones aparejadas al ATC será el Parque Empresarial, que Enresa quiere empezar a construir el año que viene.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *