Memoria de pez

Los titulares señalan cómo en la aprobación de dicha ley sólo se han incluido las enmiendas del Partido Popular, mientras dentro del sector cobra fuerza la idea de que se van a introducir cambios sustanciales en el contenido del Real Decreto 9/2013, lo que obligará a recomenzar todo el proceso de información pública, con informe de la nueva CNMC incluido, y será imposible que esté listo para comienzos de 2014.

Seguidamente, los titulares de los periódicos generalistas aluden a una oferta de diálogo formulada por el Partido Popular en el proceso parlamentario que se seguirá en el Senado acerca de dicho Proyecto de Ley. La verdad es que es una constante en todo el devenir que ha precedido a la presentación del Proyecto de Ley del Sector Eléctrico: el diálogo con los agentes y el sector será (como decía aquel humorista)… mañana.

De hecho, es curiosa esa oferta en estos momentos, porque ese diálogo, bien con los agentes económicos, empresas y asociaciones o con las delegaciones diplomáticas, no se ha llegado a producir nunca. Y las veces que se ha escenificado realmente ha sido un monólogo.

A la vez, lo bueno de la comunicación política es que todo es efímero y volátil. Y en ese excipiente en que todos los gatos son pardos y menesterosos, el ministro con más proyección política del Gabinete se mueve como pez en el agua y, además, con la perspicacia de la memoria de pez.

Hace días afirmaba y hacia juramentos relativos a que en este año no se iba a producir más déficit tarifario. Ahora con el mismo desparpajo, unos días más tarde, sin muchos elementos más para la reflexión, ni siquiera una liquidación adicional, ya es capaz de afirmar que este será el último año de existencia de déficit tarifario. Algo hemos avanzado (o no), porque al ministro ya le ocurrió el año pasado y es capaz de tropezar dos veces en la misma piedra y presentarlo como un ejercicio de acrobacia). A ello le podríamos denominar las negaciones de José Manuel Soria.

Uno de los factores, entre otros, de que ese desfase sea inabordable, se debe a cómo es la entrada de nueva potencia primada en el régimen especial, con la inexorabilidad de los deseos humanos. Otro factor proviene de todo lo que tiene que ver con la muy defectuosa gestión fiscal de todas las medidas instrumentadas hasta el momento. Así, el divorcio entre Industria y Hacienda lleva a que los Presupuestos Generales del Estado no aporten a la tarifa lo previsto inicialmente (2.200 millones de euros), además de la constatación de que la recaudación de los nuevos impuestos a la generación no haya sido la esperada (en la medida que el refinamiento en el cálculo de las magnitudes tributarias no fue realizada por expertos en determinación de hechos fiscales, bases imponibles y aplicación de tipos).

La elaboración apresurada y mesiánica de esta «reforma» deja cada vez más en evidencia la necesidad de conformar un modelo de fiscalidad energética consistente, en lugar de una batería de ocurrencias y de «razzias» con efectos sobre la inversión, la distribución y la seguridad jurídica.

Por eso, el Ejecutivo actual puede actuar en esta reforma con la supuesta convicción de que todos los efectos que provendrán de esta reforma y que están alterando gravemente el funcionamiento del sector y del suministro eléctrico, para perjudicarlo, serán desvinculados en el futuro de sus autores materiales e inmateriales.

Y el resultado de todo este azaroso proceso, con judicialización de la energía y escalada incesante de la litigiosidad, resulta evidente: aportar más incertidumbre, lo que nunca es bueno para ningún sector económico. Aún pueden añadir un nuevo capítulo con la muerte de una normativa antes de nacer; no hace ni diez días que el ministro dijo que todas las medidas de la reforma energética entrarían en vigor el 1 de enero. Ni siquiera eso.

En todo caso, siempre es admirable la capacidad de ensoñación que merece la ausencia de memoria y de perspectiva. La oportuna gestión de la memoria de pez.

1 comentario
  1. E. M. Gus
    E. M. Gus Dice:

    Memoria de Pez, capacidad de Mosquito.

    Pues la verdad es que me parece muy poco lo que esta pasando teniendo en cuenta la incapacidad de los sujetos que están tomando las decisiones.

    Liberales de principios, educados en escuelas privadas, que accedieron a puestos funcionariales, pero que nunca se atrevieron a aplicar sus principios en empresas privadas ni sufrieron en sus carnes tensiones de tesoreria.

    Vamos, una verguenza.
    Señores Nadales, pongan una fruteria de barrio o un huerto fotovoltaico y si son capaces de que su negocio sobreviva al menos a un secretario de estado o un ministro, habran demostrado ser merecedores de un puesto en la administracion.

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