España logra incluir seis proyectos energéticos entre los prioritarios que recibirán apoyo de la Unión Europea
La Comisión Europea seleccionó en total 248 proyectos, en su mayoría redes de transmisión de gas y electricidad, que podrán beneficiarse de una parte de los 5.850 millones de euros que facilitará Bruselas a las infraestructuras energéticas transeuropeas entre 2014 y 2020 mediante el Fondo «Conectar Europa«.
España figura en el listado, dado a conocer por la Comisión Europea, con cuatro proyectos destinados al desarrollo de infraestructuras eléctricas y otros dos gasísticos.
El primero de ellos es una línea eléctrica terrestre de 40 kilómetros y 400 kV que conectará Santa Llogaia, Ramis y Bescanó (Gerona) con la idea de aumentar la capacidad de la interconexión entre Bescanó y Baixas (Francia), que deberá estar construido y operativo en 2014.
El segundo proyecto español seleccionado es una interconexión eléctrica de 360 kilómetros y 2000 MW de capacidad entre el País Vasco y Aquitaine (Francia) a través del Golfo de Vizcaya, vía cable submarino, que deberá estar completa y operativa en 2020.
La instalación de transformación de la subestación eléctrica de Arkale (País Vasco) es la tercera que aparece en el listado comunitario y estará también destinada a aumentar la capacidad de la conexión con Argia (Francia) y deberá estar operativa en 2016.
También recibirá fondos comunitarios la interconexión eléctrica de 162 kilómetros entre Beariz-Fontefría (Orense) y Vila Fria-Vila do Conde-Recarei (Portugal), que deberá estar completado y operativo en 2016.
Los proyectos españoles incluyen además de estos cuatro planes eléctricos, otros dos para el desarrollo de infraestructuras gasísticas.
Uno pensado para seguir adelante con el desarrollo del gasoducto de 310 kilómetros y una capacidad prevista de 142 GWh/d que ya está siendo construido entre Zamora y Celorico da Beira y Braganza (Portugal), que deberá estar completado y operativo en 2018, y otro para establecer un conducto nuevo de 184 kilómetros entre España y Francia, que reforzará la capacidad de la estación de compresión de gas de Le Perthus, que deberá estar terminado y operativo para 2020.
Estos proyectos no sólo recibirán fondos de la Unión Europea sino que se beneficiarán también de procedimientos acelerados de concesión de licencias y de un marco normativo mejorado, algo que Bruselas confía en que fomente la participación de los inversores y agilice el desarrollo de los planes.
En cualquier caso, los Estados miembros y el Parlamento Europeo todavía tienen que dar su visto bueno a la lista inicial de proyectos, que la Comisión Europea ha «consensuado» con los Gobiernos, los operadores y las empresas, según explicó el comisario de Energía, Gunter Oettinger, que confió por ello en que «la mayoría» se realicen en «pocos años» y en que «muchos» no necesiten ayudas de Bruselas de hecho.
De hecho, Oettinger, recordó que los fondos comunitarios son limitados y hay que utilizarlos con prudencia y dirigirlos a aquellos proyectos que tienen más beneficios para los consumidores europeos.
El comisario de Energía dejó claro que se trata de una primera lista de proyectos que tendrán «prioridad» y se beneficiarán de permisos de autorización de un máximo de tres años y medio, evitando así proyectos «interminables», pero que otros proyectos podrán sumarse más adelante, puesto que la lista se revisará cada dos años, con vistas a incluir los planes nuevos que sean necesarios y retirar los que queden obsoletos.
La Comisión Europea destacó que una vez que concluyan estos proyectos se habrá logrado una mayor integración del mercado energético europeo, así como la diversificación de las fuentes de energía.
Los planes también permitirán poner fin al aislamiento energético que sufren algunos Estados miembros y aumentarán la capacidad de la red energética europea para captar energías renovables, lo que en la práctica se traducirá en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los proyectos fueron seleccionados en función de su contribución de si beneficiaban al menos a dos Estados miembros, contribuir a la integración del mercado energético en la Unión Europea y al incremento de la competencia, su contribución a la seguridad de suministro y su contribución a reducir las emisiones de C02.
Asimismo, los elegidos podrán optar «por un amplio abanico de instrumentos de financiación» a partir del fondo, por ejemplo «un porcentaje» de financiación o «préstamos con intereses bonificados» pero también a través de «una garantía» para que sea el Banco Europeo de Inversiones (BEI) el que asuma parte del riesgo del proyecto, ha explicado el comisario.
«Otra posibilidad es comenzar con bonos de proyectos con el BEI y otros bancos que pueden participar en estos bonos. La idea es que cada proyecto pueda utilizar los instrumentos más adecuados» a fin de promover «un factor palanca» para «multiplicar» la «inversión inicial», explicó Oettinger.
«Tenemos que ver si es posible una financiación a través de mercado (para estos proyectos). Cofinanciaremos ahí donde haya una necesidad real desde el punto de vista económico, pero también desde el punto de vista social», precisó.
El comisario admitió que con estos proyectos seleccionados todos los Estados miembros salvo España y Francia podrán obtener al menos el 10% de sus necesidades de electricidad a través del Estado miembro vecino. «Para la próxima lista de proyectos, vamos a ver si podemos recuperar este retraso en la segunda lista», explicó en el caso de Francia y España.
Los proyectos de gas seleccionados por su parte también contribuirán a que todos los Estados miembros cuenten al menos con dos proveedores, salvo en el caso de Chipre, precisó.




Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir