Autoconsumo y agujero fiscal (I)

La palabra es «autoconsumo». Una posibilidad tecnológica, la de generar y producir energía como generador y consumidor independiente, además de verter a la red sus excedentes. Su actualidad proviene de la búsqueda de ventajas por parte de ciertos sectores que han visto una oportunidad para su reconversión a través de la venta e instalación de los equipamientos destinados a ello.

Así, el tratamiento regulatorio del autoconsumo de electricidad y del denominado balance neto (diferencia entre lo que genera un autoconsumidor independiente, lo que vierte a la red, consume y lo que recibe de ella), es una cuestión incluida en el conjunto de piezas normativas que configuran la reforma eléctrica. Y, ahora con abundante polémica dirigida a que se suavice la propuesta conocida.

Lo cierto es que la propuesta teórica del autoconsumo tiene componentes que la hacen atractiva desde el punto de vista demagógico. Y romántica. Independencia y rentabilidad de una instalación sin riesgos, porque existen los beneficios de la conexión al sistema. Una renta añadida. En el fondo, subyace una visión ultraindividualista de la sociedad, casi próxima a la Asociación del Rifle (una vivienda, un arma) o del Tea Party, más que a modelos avanzados y occidentales de organización social y económica.

Paradójicamente, en España el apoyo a iniciativas de estas características no proviene de formaciones políticas análogas de liberalismo nihilista, sino de todo lo contrario. En concreto, de aquellos partidos, los defensores de los sistemas de primas que han generado humeantes burbujas por su descontrol. En realidad, uno de los problemas del suministro eléctrico en nuestro país que permanece instalado en enfoques maniqueos permanentes.

Pero, volvamos a la regulación en ciernes. Se prevé en la propuesta normativa que, lógicamente, el autoconsumo debe sufragar las tarifas de acceso, puesto que utilizan la red para verter, así como cuando existe insuficiencia de generación. Y, además, se instrumenta una tarifa de respaldo por la energía generada y autoconsumida, en la medida que todo el resto de la generación y consumo eléctrico está gravado por diferentes (y abundantes) figuras tributarias. Existe una posición negacionista de quienes quieren eludir estas dos figuras para escapar a la fiscalidad de la energía y de los costes regulados incluidos en la tarifa eléctrica. Todo ello, al amparo de pretender su promoción.

Así, si el tratamiento fiscal y la asunción de los costes regulados y de los impuestos asociados que se establece para los autoconsumidores es «benigna», se estará fomentando esta forma de consumo y de suministro. Eso sí, mediante, la discriminación y subsidios cruzados encubiertos del resto de consumidores, abriendo brechas y horadando el suministro eléctrico como un queso de gruyère. Su impacto en términos económicos y de coste de oportunidad, sobre los costes regulados, sobre el resto de consumidores y los impuestos, lo trataremos en el siguiente artículo.

De hecho, en el extremo más nihilista, como ya se ha hecho explícito, lo que se persigue es conseguir un tratamiento fuertemente discriminatorio para consumidores y también para el sistema en su conjunto: la generación distribuida sería un agujero fiscal en nuestro país.

Continuará.

4 comentarios
  1. enrique
    enrique Dice:

    hoy he sacado de mi propio huerto tomates y judías. Si me los como, hago crecer el agujero fiscal del pais, ya que no los he comprado con impuestos.
    Según vuestra filosofía, toda la iniciativa própia del ciudadano, que normalmente no está vinculada al pago de impuestos, aumenta el agujero fiscal.

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  2. mortadelo
    mortadelo Dice:

    Vamos por partes:

    Esto del nihilismo también daria para un artículo sobre las cúpulas directivas de las empresas de Unesa, que solo se preocupan de torpedear el negocio de las renovables, porque no forma parte de su pastel de negocio (o muy poco).
    Y hablando de parisos fiscales, muchas filiales de las empresas de Unesa se encuentran en ellos, por lo que el país y su ciudadania no se beneficia de sus beneficios

    Eso de los costes regulados tambien da para otro artículo, porqué mantener centrales de ciclo combinado cuando no hacen falta. Los pagos por capacidad de esas centrales se llevan otra tarta de coste regulado por no hacer nada de nada.

    Las grandes industrias de consumo energético tienen otra tarta de coste regulado por desconexión que año tras año se les regala, cuando hay capacidad suficiente para abastecer a todo el país y no han sufrido desconexion alguna.

    El autoconsumidor, paga una parte fija de la factura de la luz consuma menos o mas. (Y mas que pagará, porque la parte fija es la que sube, en canvio los consumos se rebajan).

    Y lo que falta…

    Esa demagogia barata revuelta de parraafadas que tienden a la confusion del lector para terjiversar la realidad ya cansa

    Una ley que da la zancadilla a la eficiencia energética poniendo aranceles a la capacidad autosuficiente de personas y empresas para que sean mas competitivas

    Eso del mercado libre sufre el nihilismo del poder.

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  3. adrian mendoza
    adrian mendoza Dice:

    Por favor ¿ quien escribió este artículo? Para mandarle las naranjas que acabo de coger de mi pequeña finca que me las iba a comer yo pero me da que puedo con este gesto tan egoísta por mi parte arruinar la civilización occidental , no sea que arruine a los productores de naranjas de valencia. Por cierto mis naranjas si pagan impuesto (agua, abonos, tratamientos de plagas,…). Fuerte cara

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  4. Juan Fernández
    Juan Fernández Dice:

    Solo se me ocurren dos reflexiones sobre el autor del artículo.
    -No ha meditado nada en absoluto sobre lo que escribe, con lo cual queda en entredicho su profesionalidad.
    -Ha meditado mucho sobre lo que escribe, con lo cual queda en entredicho su profesionalidad y su honradez al hacernos creer que la mala regulación lo justifica todo.

    Me inclino más por la primera opción ya que no firma el artículo.

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