Petronor solicita debatir sobre tecnologías para extraer energía

En una conferencia de Matins de Esade, Imaz dijo que «no podemos ser el único país en el mundo» que tiene hidrocarburos y no los explota y recordó que, en muchos casos, la oposición social que está habiendo es incluso para saber si hay recursos y son económicamente rentables.

Por ello reclamó un debate «social e institucional» sobre la explotación de recursos energéticos ya que un país con un paro tal alto como el nuestro «no puede renunciar» a sus recursos energéticos.

También mencionó la falta de regulación europea sobre las reglas medioambientales sobre estas tecnologías de extracción.

Imaz dijo que se necesita una regulación europea que «marque las reglas» que requiere la industria para seguir evolucionando y planteó un nuevo escenario geopolítico mundial en el que los europeos deben saber qué papel quieren jugar.

El presidente de Petronor expuso que mientras que Estados Unidos en unos años superará en producción de petróleo a Arabia Saudí, Europa seguirá su gran dependencia de Oriente Medio y Rusia porque ha estado ajena al debate.

Según Imaz, en 10 o 15 años Estados Unidos exportará energía y no dependerá de Oriente Medio, mientras Europa será «menos competitiva» y más dependiente de Norteamérica.

Imaz ligó la competencia industrial a los precios energéticos y dijo que las industrias americanas pagan una tercera parte de los costes energéticos que una industria europea.

Para el presidente de Petronor, aunque el sector todavía vivirá 2, 3 ó 4 años de competitividad compleja, la industria española de refinería hizo los deberes ya que invirtió unos 6.000 millones de euros en el corazón de la crisis.

Respecto a las normativas del sector, en opinión de Imaz, no tiene sentido la manera en la que se plantean los derechos de emisión de CO2 que tienen que pagar las industrias europeas mientras que las asiáticas no tienen que hacerlo, lo que conlleva el cierre de plantas europeas, pérdida de trabajo en la industria y más producción en países que contaminan más, con lo que aumentan las emisiones de CO2 a la atmósfera.

También pidió en su intervención que haya un mayor «reconocimiento social» del empresario.

Petronor solicita debatir sobre tecnologías para extraer energía

En una conferencia de Matins de Esade, Imaz dijo que «no podemos ser el único país en el mundo» que tiene hidrocarburos y no los explota y recordó que, en muchos casos, la oposición social que está habiendo es incluso para saber si hay recursos y son económicamente rentables.

Por ello reclamó un debate «social e institucional» sobre la explotación de recursos energéticos ya que un país con un paro tal alto como el nuestro «no puede renunciar» a sus recursos energéticos.

También mencionó la falta de regulación europea sobre las reglas medioambientales sobre estas tecnologías de extracción.

Imaz dijo que se necesita una regulación europea que «marque las reglas» que requiere la industria para seguir evolucionando y planteó un nuevo escenario geopolítico mundial en el que los europeos deben saber qué papel quieren jugar.

El presidente de Petronor expuso que mientras que Estados Unidos en unos años superará en producción de petróleo a Arabia Saudí, Europa seguirá su gran dependencia de Oriente Medio y Rusia porque ha estado ajena al debate.

Según Imaz, en 10 o 15 años Estados Unidos exportará energía y no dependerá de Oriente Medio, mientras Europa será «menos competitiva» y más dependiente de Norteamérica.

Imaz ligó la competencia industrial a los precios energéticos y dijo que las industrias americanas pagan una tercera parte de los costes energéticos que una industria europea.

Para el presidente de Petronor, aunque el sector todavía vivirá 2, 3 ó 4 años de competitividad compleja, la industria española de refinería hizo los deberes ya que invirtió unos 6.000 millones de euros en el corazón de la crisis.

Respecto a las normativas del sector, en opinión de Imaz, no tiene sentido la manera en la que se plantean los derechos de emisión de CO2 que tienen que pagar las industrias europeas mientras que las asiáticas no tienen que hacerlo, lo que conlleva el cierre de plantas europeas, pérdida de trabajo en la industria y más producción en países que contaminan más, con lo que aumentan las emisiones de CO2 a la atmósfera.

También pidió en su intervención que haya un mayor «reconocimiento social» del empresario.

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