Ecumenismo energético
Se trata de un cierto ecumenismo energético que no se ha visto acompañado por una mayor cultura regulatoria, energética o de mercado. A eso se une una sociedad multimedia en la que se promueve la opinión, sin un suficiente grado de autorreflexividad. Todos hemos podido comprobar cómo, en los programas informativos «serios», si un periodista le pone un micrófono a un ciudadano que pasa por la calle y le pregunta por la estructura de primas de las energías renovables, los entrevistados tienen capacidad de emitir una opinión, con el mayor desparpajo y sin ningún prejuicio.
Así, la semana pasada, el suplemento «Negocios« que edita el diario «El País», publicó un debate titulado «Repensar el modelo energético«. En el debate se recogía la posición de varios expertos, a saber: Miguel Angel García, responsable del gabinete Económico de Comisiones Obreras; Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School; José Luis Martínez, estratega de Citigroup; Rafael Myro, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense; José García Solanes, catedrático de la Universidad de Murcia; y José Ramón Cuadrado, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares.
Vean por ejemplo frases entresacadas de las declaraciones de los anteriores, entrecomilladas por Alicia González en su artículo-compilación. «El déficit de tarifa es la manifestación más clara de la dificultad para hacer los costes de la energía asumibles y reducir la factura que suponen para el Estado«. Otro ejemplo: «no mejorar la autosuficiencia a precios asequibles, plantea enormes riesgos» y lo enlaza con «partiendo de esta base que nadie a nivel político quiere asumir, nos enfrentamos a la necesidad de cerrar el déficit de tarifa«. O, por ejemplo, con la situación actual de demanda, esta perla: «el déficit tiene que ver con los altos precios en generación de energía en el mercado mayorista, normalmente guiados por los costes de las centrales de gas« (cuando el mercado mayorista español es de los más baratos de Europa y el exceso de capacidad instalada en los ciclos combinados está consiguiendo ofertas muy baratas y fuertes pérdidas en estas centrales). Por otra parte, ni una sola mención al sistema de subsidios a las renovables, algo que se enuncia solamente de una forma bastante ambigua en las declaraciones de José García Solanes «los costes regulados suben al ritmo de las subvenciones a las energías alternativas« (en realidad, donde dice subvenciones, hasta el momento, han sido subsidios, y donde dice energías alternativas, son renovables).
En primer lugar, una cuestión general a todo el artículo es que el modelo energético no es el modelo eléctrico, pese a que los distintos interlocutores establecen una identidad plena, identificando la parte por el todo. Si existiera aún el curso de deontología profesional que impartía el programa «Caiga quien caiga», sería la primera apreciación a efectuar.
Una vez efectuada esta primera apreciación, cabe preguntarse por las dudas que sugiere la redactora sobre el modelo de suministro eléctrico, que más que dudas son desconocimientos. El modelo de suministro eléctrico de separación de actividades (generación, transporte, distribución y comercialización), con actividades liberalizadas (en mercado) y actividades reguladas (con retribución establecida de forma administrada) es claro y se contiene en las Directivas Europeas y en la Ley del Sector Eléctrico.
Del mismo modo, es totalmente entendible el proceso para el final de las tarifas reguladas y lo que significa el proceso de liberalización en el sector eléctrico, en condiciones de ortodoxia regulatoria, al menos para el mundo de los sectores económicos, productivos, financiero y para el mundo académico relacionado. Y, también, que se trata de un sector que requiere grandes inversiones en el que existe competencia en el mercado de generación. Por otra parte, es particularmente curioso que no exista ninguna referencia a la falta de calidad regulatoria de nuestro país, así como a los modelos de supervisión y operación.
Otra cosa es que no se esté de acuerdo con el modelo actual, como expresa, subrepticia pero claramente, el responsable del Gabinete Económico de Comisiones Obreras, que se inclina por un modelo de costes reconocidos cuando habla de criterios de cálculo de costes e impacto de cada tecnología en la factura. García señala que, a su juicio, hay poca competencia, en genérico, pero no habla del sistema de subsidios a las renovables incluido en las tarifas de acceso, para concluir que es compleja la fórmula de retribución de la oferta, sin concretar si lo que le parece complicado es el mercado o el mercado más los subsidios a las renovables que es lo que retribuye la oferta o todos los componentes del coste del suministro.
En resumen, sería recomendable una mayor claridad expositiva y una mayor profundización del mundo académico (y, también, el mundo político) respecto al modelo energético y al sector eléctrico. La confusión de ideas siempre atrae la ganancia de pescadores.



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