Con un poquito así, un resultado así

Hay que reconocer que la publicidad es un vivero de argumentos y lemas muy interesante, porque cabe traer a la actualidad el lema de aquel detergente, que afirmaba que con un poquito de polvo para lavar la ropa se conseguía un resultado enorme en número de lavados con un paquete. Es decir, que el citado detergente le cundía mucho a las sufridas y sufridos amas y amos de casa.

Eso mismo se puede traer a la actualidad con la forma en que REE, con un minoritario 20% de su titularidad en manos públicas, es decir, de la SEPI como heredera del INI, hace valer su condición de pública a efectos de nombramientos en Presidencia, Consejos de Administración y cúpula directiva e influencia, en grupos parlamentarios y decisiones de las Administraciones competentes, a la hora de maximizar su beneficio privado e incumplir los preceptos legales que reducirían aún más su halo de «pública».

Eso se está viendo en el trámite de la Ley de los Sistemas Extrapeninsulares, donde se comprueba cómo Red Eléctrica de España consigue para sí misma, mediante su influencia en la regulación, la titularidad de las instalaciones de generación hidroeléctrica por bombeo en Canarias, poniendo el pie en la puerta para conseguirlo a nivel nacional. En este caso, consigue expropiar un proyecto (Chira-Soria) al que ni siquiera se presentó en el momento del concurso público.

Siempre es más fácil la consecución de un activo, la ampliación de su perímetro de actividades o la titularidad de una instalación por la vía de la usucapión, con la ayuda directa y arbitraria del regulador, de la misma forma que ya consiguió parte de las redes de distribución por la vía de definirlas de transporte en función de su tensión. Y en el caso de esta ley en ciernes, vía influir o inspirar, porque después de la primera polémica sobre si la ley se había fabricado en la sede del operador de sistema y transporte, José Folgado se apresuró a afirmar que «no habían sido ellos los autores». Y, es que, a veces, un desmentido oficial es una forma de confirmación de beneficiario.

Eso sí, también con inusitada unanimidad y consenso de criterios, José Folgado y Luis Atienza, presidente y expresidente de REE respectivamente, tanto monta, monta tanto, se han mostrado favorables a esta propuesta de ley y sus postulados, tan anómalos, y que se empeña en violar en su procedimiento y contenido la Ley del Sector Eléctrico, las Directivas Europeas y el concurso de las comunidades autónomas afectadas y mencionadas en dicho proyecto de ley. El hecho es que habrá que plantearse que algo se estará haciendo mal, cuando ante una propuesta así, que es una involución en la liberalización eléctrica, tiene el beneplácito de las facciones más intervencionistas de los dos partidos.

Y, seguramente, tiene su esencia en el rédito que se obtiene de ese 20% de titularidad de la REE en manos públicas, exprimido hasta la extenuación y que se engendra en ese sistema de presidencia de turnos de partidos, amenazado eso sí, por la explosión del bipartidismo que anticipa que los nuevos secretarios de Estado de Energía, resuelvan o no el déficit tarifario, no podrán arribar a la presidencia de esta sociedad como tierra de promisión.

A esto se une la vinculación de los retroprogresivos de la electricidad con Red Eléctrica, el camino tradicional de una, el papanatismo de parte de la progresía española hacia todo lo «público» (aunque, en puridad, sea una afirmación falsaria en este caso y a la vista de los sueldos e indemnizaciones), de los intervencionistas de izquierdas y derechas o de los que consideran que una empresa «pública/estatal» (táchese lo que no proceda) recupera la esencia social del falangismo. O, simplemente, de los que consideran natural la existencia de esta puerta giratoria de la política y la Administración a esta empresa.

En este sentido, han trascendido las presiones de Atienza, hombre bien retribuido y mejor indemnizado de REE con un buen paquete privado de más de 2 millones de euros tras su salida pactada de la presidencia de REE (volviendo al símil de los detergentes, ¿y si le cambio su paquete?), al Partido Socialista Obrero Español, tanto al grupo parlamentario y a esta formación política en apoyo a esta ley, buscando el posicionamiento a favor de la captura de esta actividad por parte del operador de transporte y sistema español.

En todo caso, REE es una magnifica empresa desde el punto de vista técnico en el desarrollo de sus actividades. Es el carácter e influencia política y su configuración integrada de transportista y monopolista único el que tiene que ser revisado en profundidad. REE actúa en régimen de monopolio y su titularidad es privada en un 80%. Sólo en un 20% sigue en manos públicas y, además, de vez en cuando, aparece la posibilidad de que se enajene parte de ese porcentaje para mejorar las cuentas públicas, hasta llegar al 10% que establece la ley como suelo a la titularidad pública, una decisión, por otra parte, aplazada y bloqueada también durante años.

Además, está también pendiente el aplazamiento sine die de la separación efectiva y completa del operador de sistema, todavía inscrito en el operador de transporte y que genera distorsiones notables en el funcionamiento del sistema eléctrico. A cambio de estos aplazamientos y bloqueos en reducir a su nivel mínimo su titularidad pública, REE consigue con este proyecto de ley, además, ampliar sus actividades hacia la generación hidráulica por bombeo con la supuesta coartada de la operación del sistema en las islas.

También está por la primera declaración pública de los responsables de Red Eléctrica de España para reafirmarse en su condición de empresa privada con todas las de la ley, con accionistas, reparto de beneficios, cotización en bolsa, fondos de inversión, free float, consejo de administración, con la excepción del hecho de fijar sus retribuciones salvando las limitaciones aplicadas a los funcionarios públicos y su cotización a MUFACE.

Pero por su condición de privada, gestionando un monopolio, hay que sacar conclusiones coherentes desde el punto de vista de organización institucional del sector. Un monopolio en manos privadas tiene que tener un perímetro preciso, inelástico, controles rigurosos desde la Administración y unos límites en su actividad infranqueables. Dichos límites deben ser fijados con estilete y vigilados de forma escrupulosa para que no se supere su actividad, ni a nivel nacional, ni internacional. Las razones para violentar la separación de actividades de las Directivas Europeas y de la Ley del Sector Eléctrico en esta ley son argumentos traídos por los pelos por el equipo actual. Y, deben superarse las justificaciones para seguir aplazando y evitando el proceso de dimensionamiento del operador de transporte y sistema, por separado y en su justa medida.

Mientras, lo que ocurre es que, con un poco de público, el resultado es plenipotenciario.

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