La Sociedad Nuclear Española urge un pacto de Estado sobre energía y ampliar «hasta 60 años» la vida de las centrales

«España no puede quedarse al margen», ha advertido José Emeterio Gutiérrez, tras abogar por el uso de una energía, la nuclear, «limpia, eficiente, segura y tremendamente competitiva». Por ello, ha reivindicado la ampliación de los años de vida de las centrales «por lo menos hasta los 60», de los 40 actuales, algo por lo que ya han optado países como Estados Unidos, Suiza, Finlandia, Bélgica, Holanda, Japón, Rusia y Eslovaquia.

En la presentación de la XXXVI reunión anual de la SNE, que se celebrará entre los días 6 y 8 en Santiago, el máximo responsable de esta asociación de profesionales sin ánimo de lucro ha aludido a la intención de PP y PSOE de «sentarse» para adoptar un pacto de Estado «antes de verano», pero ha incidido en que «España no puede perder tiempo» tras el estancamiento de las negociaciones.

Ha hecho hincapié en que España «no puede ni debe tirar por la borda el trabajo realizado en todos estos años», para, a continuación, hacer un llamamiento al Ejecutivo socialista: «Espero que el Gobierno alemán sea el penúltimo en tomar la importante decisión de seguir utilizando las centrales nucleares siempre que operen de forma segura», ha proclamado.

Al respecto, ha destacado que España tiene un parque de centrales que opera «de forma excepcional» y lo ha situado «entre el top 10» mundial, por el «gran prestigio» de profesionales y empresas, la «experiencia» de su órgano regulador y la existencia de una industria «que para sí quisieran otros países».

El cierre de Garoña, «un profundo error»

La SNE cree que la decisión del Gobierno de ordenar el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en el norte de la provincia de Burgos, constituye «un profundo error», ya que «opera de forma muy eficiente y segura» y se sitúa en «las primeras posiciones» en el ámbito internacional.

En cuanto a la construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC), José Emeterio Gutiérrez ha considerado que «el debate debe ser más técnico, sereno y riguroso».

Así, ha defendido que se trata de una institución, a su juicio, «segura, limpia y competitiva» y ha argumentado que la decisión de que se centralice –en lugar de crearse varios y que el almacenamiento se realice de forma distribuida– responde a un criterio económico, esto es, a razones «operativas de eficiencia y coste». «No es una discusión política ni técnica», ha recalcado.

Convencido de que se da «un renacimiento de la energía nuclear» en un momento de «crisis» en el que este recurso presenta «mayor competitividad, respeto medioambiental y generación de empleo» –que ha cifrado en 30.000 profesionales en España–, Gutiérrez ha aclarado que su posicionamiento no implica «que no haya que seguir fomentando otro tipo de energías», como las renovables, entre las que ha citado la hidráulica, la eólica y la solar.

Al respecto de las advertencias de Greenpeace sobre el supuesto mal funcionamiento de la central de Cofrentes, en Valencia, ha sentenciado que el parque nuclear español está «en mejor estado hoy que cuando empezó a operar» hace décadas.

Lo que ocurre, ha explicado, es que la nueva norma determinada por el Consejo de Seguridad Nuclear para informar sobre incidencias implica «dar parte de forma inmediata, pública y transparente» de cualquier suceso.

Ha negado, también, que las centrales de España estén por detrás de otras europeas y americanas, ya que todas ellas son de generación dos, aunque países como China y Finlandia «están empezando a construir las de generación tres, que incorporan parámetros que incrementan la seguridad».

Asimismo, ha rechazado la fijación de un límite temporal para la generación de energía eléctrica por el hecho de que dentro de 100 años –según datos que ha atribuido a un organismo europeo de estadística– se acaben las reservas de uranio.

Esta fecha se calcula a partir de las reservas «extraíbles a corto plazo», ha señalado. Sin embargo, ha asegurado que con las minas que no están operativas, «pero que sí lo estarían a medio plazo», el suministro puede prolongarse durante 200 años.

Las reservas aumentan, además, cuando lo hacen los precios, «porque la industria invierte en ello», ha indicado Gutiérrez, quien también ha hecho referencia a los nuevos reactores, que demandan una menor cantidad de uranio, y a la reutilización de combustible.

La Sociedad Nuclear Española urge un pacto de Estado sobre energía y ampliar «hasta 60 años» la vida de las centrales

«España no puede quedarse al margen», ha advertido José Emeterio Gutiérrez, tras abogar por el uso de una energía, la nuclear, «limpia, eficiente, segura y tremendamente competitiva». Por ello, ha reivindicado la ampliación de los años de vida de las centrales «por lo menos hasta los 60», de los 40 actuales, algo por lo que ya han optado países como Estados Unidos, Suiza, Finlandia, Bélgica, Holanda, Japón, Rusia y Eslovaquia.

En la presentación de la XXXVI reunión anual de la SNE, que se celebrará entre los días 6 y 8 en Santiago, el máximo responsable de esta asociación de profesionales sin ánimo de lucro ha aludido a la intención de PP y PSOE de «sentarse» para adoptar un pacto de Estado «antes de verano», pero ha incidido en que «España no puede perder tiempo» tras el estancamiento de las negociaciones.

Ha hecho hincapié en que España «no puede ni debe tirar por la borda el trabajo realizado en todos estos años», para, a continuación, hacer un llamamiento al Ejecutivo socialista: «Espero que el Gobierno alemán sea el penúltimo en tomar la importante decisión de seguir utilizando las centrales nucleares siempre que operen de forma segura», ha proclamado.

Al respecto, ha destacado que España tiene un parque de centrales que opera «de forma excepcional» y lo ha situado «entre el top 10» mundial, por el «gran prestigio» de profesionales y empresas, la «experiencia» de su órgano regulador y la existencia de una industria «que para sí quisieran otros países».

El cierre de Garoña, «un profundo error»

La SNE cree que la decisión del Gobierno de ordenar el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en el norte de la provincia de Burgos, constituye «un profundo error», ya que «opera de forma muy eficiente y segura» y se sitúa en «las primeras posiciones» en el ámbito internacional.

En cuanto a la construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC), José Emeterio Gutiérrez ha considerado que «el debate debe ser más técnico, sereno y riguroso».

Así, ha defendido que se trata de una institución, a su juicio, «segura, limpia y competitiva» y ha argumentado que la decisión de que se centralice –en lugar de crearse varios y que el almacenamiento se realice de forma distribuida– responde a un criterio económico, esto es, a razones «operativas de eficiencia y coste». «No es una discusión política ni técnica», ha recalcado.

Convencido de que se da «un renacimiento de la energía nuclear» en un momento de «crisis» en el que este recurso presenta «mayor competitividad, respeto medioambiental y generación de empleo» –que ha cifrado en 30.000 profesionales en España–, Gutiérrez ha aclarado que su posicionamiento no implica «que no haya que seguir fomentando otro tipo de energías», como las renovables, entre las que ha citado la hidráulica, la eólica y la solar.

Al respecto de las advertencias de Greenpeace sobre el supuesto mal funcionamiento de la central de Cofrentes, en Valencia, ha sentenciado que el parque nuclear español está «en mejor estado hoy que cuando empezó a operar» hace décadas.

Lo que ocurre, ha explicado, es que la nueva norma determinada por el Consejo de Seguridad Nuclear para informar sobre incidencias implica «dar parte de forma inmediata, pública y transparente» de cualquier suceso.

Ha negado, también, que las centrales de España estén por detrás de otras europeas y americanas, ya que todas ellas son de generación dos, aunque países como China y Finlandia «están empezando a construir las de generación tres, que incorporan parámetros que incrementan la seguridad».

Asimismo, ha rechazado la fijación de un límite temporal para la generación de energía eléctrica por el hecho de que dentro de 100 años –según datos que ha atribuido a un organismo europeo de estadística– se acaben las reservas de uranio.

Esta fecha se calcula a partir de las reservas «extraíbles a corto plazo», ha señalado. Sin embargo, ha asegurado que con las minas que no están operativas, «pero que sí lo estarían a medio plazo», el suministro puede prolongarse durante 200 años.

Las reservas aumentan, además, cuando lo hacen los precios, «porque la industria invierte en ello», ha indicado Gutiérrez, quien también ha hecho referencia a los nuevos reactores, que demandan una menor cantidad de uranio, y a la reutilización de combustible.

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