Industria afirma que autorizará la extracción de gases por «fracking» siempre que cumplan la normativa

Se trata de una técnica de extracción de gases no convencionales que se encuentran en rocas subterráneas poco porosas y poco permeables, que se emplea para liberarlos y llevarlos al exterior rompiendo la roca mediante explosiones e inyectando a presión toneladas de agua y productos químicos.

Así lo explicó en el Congreso durante la interpelación presentada por el diputado de la CHA, Chesús Yuste, sobre el desarrollo en España de esta técnica de extracción de gases no convencionales, «a pesar de las negativas consecuencias que conlleva para la salud y el medio ambiente«.

Según explicó el responsable de Industria, esta técnica industrial, como cualquier otra, sí que implica una serie de «riesgos específicos» que, a su juicio, deben ser gestionados adecuadamente y minimizados con la última tecnología en la materia.

«Siempre los hay pero la diferencia entre unos países y otros es que hay algunos como España donde las cautelas se extreman porque estamos insertos en la Unión Europea, que nos obliga por directivas a estimularlas», insistió.

Es más, Soria reconoció que se trata de una técnica que necesita de grandes cantidades de agua, si bien discrepó de las críticas del diputado aragonesista de que siempre produce importantes daños a la salud y al medio ambiente a través de la contaminación de aguas subterráneas o en el aire con las sustancias químicas que se liberan.

«Estaría de acuerdo si dijera que podría producirlos si no se adoptan las cautelas necesarias a la hora de permitir este tipo de prospecciones. Todo depende de si se toman las cautelas medioambientales o no«, sentenció.

Sobre las críticas del diputado de la CHA de «oscurantismo» a la hora de conceder los permisos de extracción, Soria defendió que los procedimientos están reglados y supervisados por expertos del Estado. «Le puedo dar garantías de que oscurantismo cero y transparencia infinita en la materia», apostilló.

Mientras, el diputado de CHA insistó en que se trata de una técnica que, además de necesitar un «elevado consumo» de agua, produce «importantes daños» para la salud y el medio ambiente, a través de la contaminación tanto de las aguas subterráneas como del aire con sustancias químicas, metales pesados e incluso partículas radiactivas, en su mayor parte compuestos tóxicos e incluso cancerígenos.

Yuste señaló a su vez que, mientras en Francia, Irlanda, Bulgaria, Sudáfrica, Canadá o Gran Bretaña se prohíbe esta práctica o se establecen moratorias y suspensiones, en España está proliferando su desarrollo con «un enorme oscurantismo» a la hora de conceder «numerosos permisos» por todo el territorio.

En este sentido, puso de ejemplo las Cortes de Aragón que declararon por unanimidad Aragón como «territorio libre de fracking», a la vez que el Parlamento europeo abordó la cuestión recientemente y, aunque ha rechazado la prohibición de la técnica, dejando la decisión en manos de los estados, sí aprobó una resolución en favor de la cautela y de extremar las medidas de seguridad y el respeto al medio ambiente.

«Si no quiere prohibir el «fracking» establezca una moratoria y paralice los permisos hasta que la comunidad científica garantice ese riesgo cero del que habla. No vale la pena empeñarse con la fractura hidráulica», reclamó al ministro.

Industria afirma que autorizará la extracción de gases por «fracking» siempre que cumplan la normativa

Se trata de una técnica de extracción de gases no convencionales que se encuentran en rocas subterráneas poco porosas y poco permeables, que se emplea para liberarlos y llevarlos al exterior rompiendo la roca mediante explosiones e inyectando a presión toneladas de agua y productos químicos.

Así lo explicó en el Congreso durante la interpelación presentada por el diputado de la CHA, Chesús Yuste, sobre el desarrollo en España de esta técnica de extracción de gases no convencionales, «a pesar de las negativas consecuencias que conlleva para la salud y el medio ambiente«.

Según explicó el responsable de Industria, esta técnica industrial, como cualquier otra, sí que implica una serie de «riesgos específicos» que, a su juicio, deben ser gestionados adecuadamente y minimizados con la última tecnología en la materia.

«Siempre los hay pero la diferencia entre unos países y otros es que hay algunos como España donde las cautelas se extreman porque estamos insertos en la Unión Europea, que nos obliga por directivas a estimularlas», insistió.

Es más, Soria reconoció que se trata de una técnica que necesita de grandes cantidades de agua, si bien discrepó de las críticas del diputado aragonesista de que siempre produce importantes daños a la salud y al medio ambiente a través de la contaminación de aguas subterráneas o en el aire con las sustancias químicas que se liberan.

«Estaría de acuerdo si dijera que podría producirlos si no se adoptan las cautelas necesarias a la hora de permitir este tipo de prospecciones. Todo depende de si se toman las cautelas medioambientales o no«, sentenció.

Sobre las críticas del diputado de la CHA de «oscurantismo» a la hora de conceder los permisos de extracción, Soria defendió que los procedimientos están reglados y supervisados por expertos del Estado. «Le puedo dar garantías de que oscurantismo cero y transparencia infinita en la materia», apostilló.

Mientras, el diputado de CHA insistó en que se trata de una técnica que, además de necesitar un «elevado consumo» de agua, produce «importantes daños» para la salud y el medio ambiente, a través de la contaminación tanto de las aguas subterráneas como del aire con sustancias químicas, metales pesados e incluso partículas radiactivas, en su mayor parte compuestos tóxicos e incluso cancerígenos.

Yuste señaló a su vez que, mientras en Francia, Irlanda, Bulgaria, Sudáfrica, Canadá o Gran Bretaña se prohíbe esta práctica o se establecen moratorias y suspensiones, en España está proliferando su desarrollo con «un enorme oscurantismo» a la hora de conceder «numerosos permisos» por todo el territorio.

En este sentido, puso de ejemplo las Cortes de Aragón que declararon por unanimidad Aragón como «territorio libre de fracking», a la vez que el Parlamento europeo abordó la cuestión recientemente y, aunque ha rechazado la prohibición de la técnica, dejando la decisión en manos de los estados, sí aprobó una resolución en favor de la cautela y de extremar las medidas de seguridad y el respeto al medio ambiente.

«Si no quiere prohibir el «fracking» establezca una moratoria y paralice los permisos hasta que la comunidad científica garantice ese riesgo cero del que habla. No vale la pena empeñarse con la fractura hidráulica», reclamó al ministro.

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