Las renovables piden que se «meta el dedo» para conocer los costes regulados reales de las eléctricas
«Lo verdaderamente importante es conocer cuál es el coste real por el que producen las empresas, algo que hasta el momento parece un secreto de Estado», afirmó el presidente de APPA, José María González Vélez, en un encuentro con periodistas, antes de defender la transparencia en la retribución a las renovables.
González Vélez insistió en que las renovables «no son las culpables del déficit de tarifa, sino un gran negocio para España», y pidió al Gobierno que tenga en cuenta las propuestas de la asociación para acabar con el déficit de tarifa, en las que se citan medidas para ahorrar 6.800 millones de euros al sistema eléctrico.
El presidente de la asociación explicó que «de haberse cumplido con el decreto que regula la tarifa, este déficit nunca se hubiese alcanzado» y defendió en que «para establecer la tarifa ya existe una norma, y sólo hubiese hecho falta que cada compañía sumase y restase, algo que no han hecho».
«Estamos diciendo de dónde se puede rascar» para acabar con la deuda eléctrica, aseguró, antes de reconocer que el actual sistema de primas «no es sostenible» para alcanzar el objetivo de un 40% de renovables en el ‘mix’ en 2020 y de proponer alternativas como la repotenciación de parques eólicos o criterios de I+D.
Junto a esto, defendió que otros sectores energéticos asuman parte del coste de las renovables, en línea con el ‘céntimo verde’ a los carburantes propuesto por las eléctricas y la Comisión Nacional de la Energía (CNE). «No nos parece bien que la descarbonización de la economía solo pase por el señor que enciende la luz», afirmó.
El presidente de APPA añadió que actualmente la generación con carbón cuesta a los españoles mucho más que las renovables y aseguró que muchas centrales hidráulicas o nucleares ya están amortizadas por mucho que lo intenten negar sus propietarios.
En su opinión, no es comprensible que tecnologías baratas como éstas sean retribuidas como las más caras, tal y como ocurre en la actualidad.
En cuanto a los ingresos del sistema eléctrico y la conveniencia de subir el recibo de la luz, indicó que «cuanto más se retrasen» los incrementos de la tarifa, «más gordo será el déficit de tarifa y más se tendrá que subir después».
González Vélez también se mostró de acuerdo con que, como propone la CNE, haya tecnologías renovables como la termosolar que tengan que hacer recortes en aspectos como la parte de generación obtenida en estas plantas con ayudas del gas.
No obstante, se mostró a favor de la idea de las eléctricas de que los operadores de renovables también financien el déficit de tarifa en caso de que a las tecnologías ‘verdes’ se les dé un tratamiento similar en otros aspectos al del régimen ordinario.
«Si quieren que nos igualemos al régimen ordinario, que lo hagamos en todas las cosas», señaló. «Si nos ponemos en igualdad de condiciones, lo firmo ahora mismo. Lo que no se puede es que se queden con la parte ancha del embudo y que la estrecha la soporte el de al lado», añadió.
Por su parte, el nuevo director general de APPA, Jaume Margarit, confió en que la profunda «revolución» en el sector eléctrico que anunció Industria no se quede sólo en la paralización temporal de las primas a las renovables, tecnologías que por eso ya no pueden aportar más en la solución del problema del déficit de tarifa.
«Para nosotros, la paralización de las primas ha sido un duro golpe» porque paraliza el trabajo de las renovables, afirmó Margarit, quien confió en que este esfuerzo sirva para algo, aunque advirtió de que el tiempo perdido nunca se podrá recuperar. «Me consta que muchas empresas se han ido de España», dijo.
Las renovables son una «gran apuesta estratégica para España y un buen negocio para el país, destacó, y recordó que la retribución que reciben no es una «subvención» para que puedan competir contra las tecnologías tradicionales, que no internalizan muchos de los costes del sistema.
El nuevo director general de APPA también lamentó que «a unos se les exijan grandes esfuerzos mientras que otras tecnologías tienen beneficios tremendos», en alusión a las plantas del régimen ordinario «amortizadas».
Pese a la «sobrecapacidad» del sistema eléctrico, a la que aludió González Vélez, Margarit pidió al Gobierno que no paralice la instalación de renovables porque la industria necesita una «base sólida» para salir al exterior y porque existe el riesgo de que se pierdan empresas, empleos e I+D.



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