El PP, UPyD y CiU rechazan en el Congreso solicitar al Gobierno el cierre «inmediato» de Garoña

Durante el debate, el portavoz de IU, Jesús Yuste, aseguró que la intención de prorrogar la vida de la nuclear hasta 2019 se debe a que «la tónica general» de este Gobierno es ir «marcha atrás» porque, a su juicio, decidió paralizar las energías renovables y mantener la vida de la central más antigua de España, que está «obsoleta». En este contexto, culpó también al anterior Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero porque «aprobó una prórroga de 4 años» y así, «se perdió la oportunidad de cerrarla».

Asimismo, subrayó que, «según reconoció el CSN, Garoña sufre un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión» que afecta a diversos componentes internos de la vasija del reactor, lo que, en su opinión, «compromete seriamente la seguridad de la instalación», ya que el problema afecta al 70% de los tubos que atraviesan la vasija del reactor por los que pasan las barras de control, que son el «sistema de frenado» de la reacción nuclear.

Sin embargo, el portavoz del PP en la comisión, Antonio Erías, tras rechazar que la planta este obsoleta, aseguró que su producción no es «prescindible», ya que aporta el 6,5% de la energía nuclear de España, y el equivalente al consumo energético del 33% de la población de Castilla y León. Además, consideró que la energía nuclear es necesaria para dar estabilidad al sistema eléctrico y evitar los problemas de las renovables.

En la misma línea, la diputada de CiU Inmaculada Riera recordó que el CSN ya dijo que la orden de cierre del Gobierno anterior resulta «resoluble» al no existir impedimento «desde el punto de vista de la seguridad nuclear o la protección radiológica».

De la misma opinión es Carlos Martínez, de UPyD, que consideró que «es mentir decir que Garoña se cae a pedazos», por lo que, en su opinión, esto es un «insulto» a la sociedad y defendió la independencia del Consejo de Seguridad Nuclear.

Por el contrario, los socialistas presentaron una enmienda de adición, aceptada por los proponentes, en la que precisamente proponían, además del cierre, la vuelta a la estrategia de las energías renovables y al Real Decreto del anterior Ejecutivo que proponía un abandono progresivo de este tipo de energía. «Comporta serios riesgos para la seguridad», dijo al tiempo que aseguró que no se puede poner en duda la seguridad de las plantas españolas.

Mientras, el portavoz del PNV, Pedro Azpiazu, defendió su rechazo a la continuidad de la planta y pidió que se pongan en marcha políticas de reactivación de la zona para compensar su clausura. Finalmente, para la diputada de Amaiur, Maite Arístegui, Garoña es «un yogurt caducado desde hace mucho tiempo» porque «no cumple con las normas internacionales», una situación que definió como «lamentable».

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