El Gobierno está trabajando en una «reordenación» para sacar del precio de la luz los costes no energéticos

Durante su intervención en una Cumbre de Industria organizada por la CEOE en su sede de Madrid, Soria explicó que las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno en materia energética han ido encaminadas únicamente a acabar con el déficit de tarifa eléctrico y no a reformar el sector energético, cuya gestión deberá dotar a España de un marco estable que genere confianza.

«El objetivo es que el déficit de tarifa sea cero en 2013 y luego entrar de lleno en reformar los aspecto regulatorios del sistema para que el consumidor doméstico y la industria puedan tener en España una energía que responda a un precio que refleje exactamente los costes de generación, de transporte y de distribución y no otro tipo de costes», insistió Soria.

También habrá que perseguir otro objetivo, según Soria, que es que el precio que pagan por kilovatio hora consumido los usuarios, tanto domésticos como industriales, «sea un precio que refleje realmente el coste de generación de ese kilovatio, de transporte y de distribución».

«En todo lo demás va a haber una reordenación» con el fin de que otros costes «no sigan reflejándose en los precios», apuntó Soria, quien aseguró comprender que las medidas adoptadas para corregir el déficit de tarifa «no pueden gustar» a la patronal, sobre todo en lo que respecta a la nueva fiscalidad energética, pero defendió que «no es posible» hacerlo sin repartir las cargas entre el conjunto de los agentes implicados en el sector, consumidores, administraciones públicas y también empresas, aunque para ello «hay que buscar una combinación lo más equilibrada posible».

«Entiendo que al conjunto de patronales no les están gustando estas medidas. ¿Cómo le va a gustar a una compañía que se le imponga un impuesto sobre residuos radiaocativos? A mí tampoco me gustaría. ¿O una que tuviese un salto hidroéléctrico y ahora se le ponga un canon para usar el caudal? A mí tampoco me gustaría», enfatizó.

Ahora bien, preguntó: «¿Alguien está pensando que podemos corregir el déficit repercutiendo el coste sólo sobre la tarifa del consumidor?», a lo que añadió: «No sería razonable».

«Me hago cargo de la incomodidad de las distintas patronales, pero es la condición necesaria sin la que no se puede acometer la reducción de la tarifa eléctrica para disponer de un marco energético estable que genere confianza», y en la que Industria está trabajando «desde hace meses», añadió.

En este sentido, Soria aseguró que estas medidas eran necesarias porque el Gobierno se encontró a un sector eléctrico «enfermo» al que tuvo que intervenir por «enfermedad regulatoria grave» y al que había que taponar la «hemorragia» que presentaba -el déficit de tarifa- para que «no se quedara encima de la mesa de operaciones».

Dicho esto, el ministro de Industria defendió que reducir un déficit, que asciende a 24.000 millones de euros y que corría el riesgo de duplicarse, «con satisfacción de todos los sectores no es posible».

Actualmente, a través de la factura de la luz se pagan, además de la distribución, la generación y el transporte de la energía, otros aspectos como las primas a las renovables, los intereses generados por el déficit de tarifa, la moratoria nuclear, los costes extrapeninsulares o las ayudas al carbón.

El Gobierno está trabajando en una «reordenación» para sacar del precio de la luz los costes no energéticos

Durante su intervención en una Cumbre de Industria organizada por la CEOE en su sede de Madrid, Soria explicó que las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno en materia energética han ido encaminadas únicamente a acabar con el déficit de tarifa eléctrico y no a reformar el sector energético, cuya gestión deberá dotar a España de un marco estable que genere confianza.

«El objetivo es que el déficit de tarifa sea cero en 2013 y luego entrar de lleno en reformar los aspecto regulatorios del sistema para que el consumidor doméstico y la industria puedan tener en España una energía que responda a un precio que refleje exactamente los costes de generación, de transporte y de distribución y no otro tipo de costes», insistió Soria.

También habrá que perseguir otro objetivo, según Soria, que es que el precio que pagan por kilovatio hora consumido los usuarios, tanto domésticos como industriales, «sea un precio que refleje realmente el coste de generación de ese kilovatio, de transporte y de distribución».

«En todo lo demás va a haber una reordenación» con el fin de que otros costes «no sigan reflejándose en los precios», apuntó Soria, quien aseguró comprender que las medidas adoptadas para corregir el déficit de tarifa «no pueden gustar» a la patronal, sobre todo en lo que respecta a la nueva fiscalidad energética, pero defendió que «no es posible» hacerlo sin repartir las cargas entre el conjunto de los agentes implicados en el sector, consumidores, administraciones públicas y también empresas, aunque para ello «hay que buscar una combinación lo más equilibrada posible».

«Entiendo que al conjunto de patronales no les están gustando estas medidas. ¿Cómo le va a gustar a una compañía que se le imponga un impuesto sobre residuos radiaocativos? A mí tampoco me gustaría. ¿O una que tuviese un salto hidroéléctrico y ahora se le ponga un canon para usar el caudal? A mí tampoco me gustaría», enfatizó.

Ahora bien, preguntó: «¿Alguien está pensando que podemos corregir el déficit repercutiendo el coste sólo sobre la tarifa del consumidor?», a lo que añadió: «No sería razonable».

«Me hago cargo de la incomodidad de las distintas patronales, pero es la condición necesaria sin la que no se puede acometer la reducción de la tarifa eléctrica para disponer de un marco energético estable que genere confianza», y en la que Industria está trabajando «desde hace meses», añadió.

En este sentido, Soria aseguró que estas medidas eran necesarias porque el Gobierno se encontró a un sector eléctrico «enfermo» al que tuvo que intervenir por «enfermedad regulatoria grave» y al que había que taponar la «hemorragia» que presentaba -el déficit de tarifa- para que «no se quedara encima de la mesa de operaciones».

Dicho esto, el ministro de Industria defendió que reducir un déficit, que asciende a 24.000 millones de euros y que corría el riesgo de duplicarse, «con satisfacción de todos los sectores no es posible».

Actualmente, a través de la factura de la luz se pagan, además de la distribución, la generación y el transporte de la energía, otros aspectos como las primas a las renovables, los intereses generados por el déficit de tarifa, la moratoria nuclear, los costes extrapeninsulares o las ayudas al carbón.

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