Enagás defiende la eliminación por decreto de la única tarifa de gas y lograr la liberialización del sector
«Normalmente los sistemas de tarifas y subsidios acaban malgastando una buena parte del dinero público porque a veces van a parar a bolsillos de quienes menos lo necesitan», dijo Llardén durante su intervención en una conferencia organizada por Intereconomía Conferencias.
El presidente del operador del sistema gasista recordó que actualmente sólo el 8% del consumo nacional de gas está sujeto a tarifa y consideró que la «factura gasista es perfectamente asumible» para gran parte de la población.
«Hágase un real decreto diciendo que quedan liberalizados y que escojan la compañía que quieran o que, por defecto, se queden con la que ya tienen», apuntó Llardén, que insistió en la creación de una tarifa social para proteger a determinados colectivos vulnerables, por motivos económicos.
En su opinión, la liberalización total del sector permitiría tener definitivamente «un mercado eficiente», a lo que añadió que la cultura de la «gratuidad, extendida en España en los últimos diez o quince años, no lleva a ningún sitio».
«Los mercados eficientes funcionan cuando hay precios liberalizados. Eliminemos la última tarifa de gas natural que queda, que no representa prácticamente nada«, afirmó Llardén
Por otra parte, pidió al Ejecutivo que considere «una cuestión de Estado» aprovechar la ubicación estratégica de España para convertirlo en «un país de tránsito de gas producido en el Norte de África u Oriente Próximo hacia Europa», algo para lo que está preparado y lo que permitiría «abaratar enormemente» los costes de mantenimiento del sistema gasista español.
Para ello, es fundamental aumentar las interconexiones con Francia, apuntó Llardén, que expresó su confianza que entre este año y el que viene se cierre la construcción del gasoducto que unirá a ambos países vía Cataluña (MidCat).
El presidente de Enagás pidió también al nuevo Ejecutivo que defina «con claridad» el mix energético que se quiere para España para los próximos 10 o 20 años para que las empresas sepan adónde ir. «No podemos dar señales que puedan ser equívocas, porque las señales que se han dado a los mercados no siempre han sido claras, y eso nos ha llevado a ciertas burbujas», afirmó.
«El sector energético no tiene que ser una lucha a ver qué tecnología es la más guapa, sino que necesitamos todas», aseguró Llardén.
Además, subrayó la necesidad de solucionar el problema del déficit de tarifa eléctrica porque es un asunto que «preocupa permanentemente» a los inversores internacionales, que son los que prestan el dinero a las empresas energéticas.
Llardén también advirtió de la «preocupación permanente de los inversores extranjeros» con el déficit de tarifa y destacó, frente a este desajuste, el equilibrio alcanzado en el sistema regulado gasista, a pesar de que 2011 se cerrará con un desajuste que podría oscilar entre 200 y 250 millones de euros.
Llardén reconoció que el sistema gasista cerró 2011 con un déficit de unos 200 millones de euros y subrayó que, a diferencia de lo que ocurre en el sector eléctrico, éste no es «estructural» y la regulación ya establece que se puede absorber en años posteriores. Explicó que el déficit se generó porque cuando se establecieron los peajes no se previó que la demanda de gas caería en 2011 un 7%.
De cara a 2012, auguró que, en valores absolutos, la demanda de gas «no va a bajar» sino que será «algo superior» a la de 2011, con un crecimiento del 3% en el caso del consumo convencional (hogares e industria), mientras que el utilizado para generación eléctrica sigue una senda «absolutamente volátil», por lo que su evolución es difícil de pronosticar, explicó.
La evolución de la demanda de gas para generación eléctrica dependerá en gran parte del uso de carbón, que el año pasado se disparó al 20% del total y que, en su opinión calificó de «poco coherente», por lo que se debería reducir su peso en el mix de generación por debajo del 10% para volver a la situación anterior a la entrada en vigor del decreto que incentiva su uso.
Consideró que las energías renovables deben continuar creciendo, aunque señaló que habría que cuestionarse a qué ritmo y a qué coste, al tiempo que defendió la tesis de que se necesita un megavatio de ciclos combinados de gas como respaldo para cada megavatio de renovables.
En todo caso, indicó que «en este momento no se necesitan más ciclos combinados» de gas, sino una mayor utilización de estas instalaciones, a las que Enagás consideró necesarias como ‘backup’ del sistema ante la variabilidad en la producción con renovables.
Además, advirtió de que el «enorme crecimiento de las renovables en los últimos años introducijo un factor de confusión» en tecnologías como los ciclos combinados, que han pasado de un factor de carga del 55% al 20%.

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